Margaret Thatcher sigue dividiendo a los brit¨¢nicos despu¨¦s de muerta
La muerte de la ex primera ministra provoca un torrente de elogios, pero tambi¨¦n festejos y cr¨ªticas de quienes rechazaron su pol¨ªtica
Fiestas en Brixton (sur de Londres), en Liverpool, en Irlanda del Norte, en Glasgow, con final m¨¢s violento que festivo en Bristol. El muy conservador diario The Daily Telegraph, obligado a cerrar los comentarios en los art¨ªculos sobre Margaret Thatcher en su edici¨®n electr¨®nica. El Daily Mail exigiendo un funeral de Estado y el Daily Mirror quej¨¢ndose de que se le otorguen honores militares¡ La ¨²nica mujer que alcanz¨® el rango de primera ministra sigue dividiendo a los brit¨¢nicos despu¨¦s de muerta y as¨ª lo certifica una encuesta de ICM para The Guardian que revela un profundo contraste de pareceres sobre el legado de Thatcher.
Fallecida poco antes de las 11.30 de la ma?ana del lunes en la suite del Ritz de Londres en la que viv¨ªa desde que a finales del a?o pasado sufriera un nuevo derrame cerebral, la Dama de Hierro ha conseguido ser genio y figura hasta la sepultura.
Su muerte ha provocado un torrente de elogios desde todo el planeta y no pocas l¨¢grimas de cocodrilo. Pero tambi¨¦n muestras de j¨²bilo entre quienes nunca le perdonaron unas pol¨ªticas radicales que buscaban extirpar lo que Thatcher consideraba las partes enfermas de la sociedad brit¨¢nica. Una cirug¨ªa que llev¨® al paro y a una miseria a¨²n m¨¢s miserable a millones de personas.
Nada m¨¢s conocerse la muerte de la ex primera ministra, cientos de personas se echaron a la calle para celebrarlo en Brixton, el barrio m¨¢s caribe?o de Londres, en el sur de la capital, que en muchos sentidos ha representado la resistencia de una amplia capa de la sociedad brit¨¢nica a las pol¨ªticas de Thatcher, que tend¨ªan a marginar a los m¨¢s marginados con el argumento de que eso era necesario para que despertaran de su letargo y se dieran cuenta de que el primer paso contra la pobreza no es la ayuda del Estado, sino la ambici¨®n personal.
En Brixton, los festejos acabaron derivando en escenas de violencia y enfrentamientos con la polic¨ªa, al igual que en Bristol, en el oeste de Inglaterra. Hubo tambi¨¦n celebraciones en Liverpool, en Irlanda del Norte, en Escocia. Y en los pubs de algunos pueblos mineros de Yorkshire que sufrieron como muy pocos las pol¨ªticas de ajuste aplicadas por Thatcher cuando decidi¨® cerrar las minas que solo se aguantaban gracias a las subvenciones del Estado.
Las celebraciones han sido calificadas como "de muy mal gusto" por el ex primer ministro laborista Tony Blair, el hombre que aprendi¨® de Thatcher que deb¨ªa llevar al laborismo al centro pol¨ªtico para ganar las elecciones¡ y las gan¨® tres veces. "Por mucho que uno pueda discrepar profundamente de alguien, hay que ser capaz de mostrar cierto respeto, sobre todo en el momento de su muerte", declar¨® Blair.
Tambi¨¦n el actual l¨ªder laborista, Ed Miliband, ha pedido a sus seguidores cierta contenci¨®n. "Ed Miliband condena categ¨®ricamente las celebraciones por la muerte de lady Thatcher. Como dej¨® ayer claro, fue una gran figura de la pol¨ªtica brit¨¢nica y mundial. Y, aunque el Partido Laborista discrepa de muchas de las cosas que hizo, hay que respetar sus logros personales", declar¨® un portavoz del principal partido de la oposici¨®n.
Tambi¨¦n en el Ulster se han o¨ªdo llamamientos a la mesura. Si el l¨ªder del Sinn F¨¦in, Gerry Adams, critic¨® con inequ¨ªvoca dureza el lunes las pol¨ªticas de Thatcher en el conflicto de Irlanda del Norte, el n¨²mero dos republicano, Martin MacGuinness, ha criticado los festejos por la muerte de la ex primera ministra brit¨¢nica. Cientos de personas se congregaron tambi¨¦n en Glasgow para celebrar su muerte.
Los festejos se han tornado en violencia verbal en las p¨¢ginas de muchos peri¨®dicos electr¨®nicos. Hasta el extremo de que el muy thatcherista The Daily Telegraph se ha visto obligado a cerrar los comentarios de los lectores en las piezas sobre la muerte de la ex primera ministra por el nivel de abusos de muchos de los comentarios.
Si esos festejos o abusos pueden ser interpretados como la reacci¨®n de una minor¨ªa, una encuesta de ICM para The Guardian revela hasta qu¨¦ punto la figura de Thatcher sigue dividiendo y enfrentando al conjunto de la sociedad brit¨¢nica. Un 50% de los brit¨¢nicos consideran que su reinado pol¨ªtico fue bueno para Reino Unido frente a un 34% que creen que fue malo. Solo hay consenso en el rechazo generalizado a la poll tax -que gravaba por igual a los inquilinos ricos que a los pobres (70% en contra, 14% a favor)- y en su pol¨ªtica de permitir la venta a precio reducido de las viviendas sociales (65% a 24%), pese a que muchos ven en aquella decisi¨®n el origen de la burbuja inmobiliaria que ha acabado poniendo al pa¨ªs contra las cuerdas en los ¨²ltimos a?os.
En las dem¨¢s pol¨ªticas hay polarizaci¨®n total (como en las peleas con Europa o la pol¨ªtica de bajar el IRPF y subir el IVA) o muy marcada (como en las privatizaciones, priorizar la lucha contra la inflaci¨®n a costa del empleo o enfrentarse a los sindicatos).
El funeral se celebrar¨¢ el d¨ªa 17 con procesi¨®n militar
El Gobierno brit¨¢nico, con la aprobaci¨®n de la reina y el visto bueno de la familia, ha confirmado que el funeral de Margaret Thatcher, el mi¨¦rcoles 17 de este mes, tendr¨¢ rango de honores militares pero no alcanzar¨¢ el rango de funeral de Estado que s¨ª tuvieron las exequias de Winston Churchill en 1965. Seg¨²n lord Bell, amigo personal y en los ¨²ltimos a?os portavoz de la fallecida primera ministra, esta hab¨ªa dejado claro su deseo de no tener un funeral de Estado debido al car¨¢cter profundamente pol¨¦mico de su figura pol¨ªtica.
Aunque hay otras m¨¢s, las dos diferencias clave entre el funeral que recibir¨¢ Thatcher y el de Estado es que este ¨²ltimo ha de ser aprobado en votaci¨®n por la C¨¢mara de los Comunes ¨Clo que introduc¨ªa de forma autom¨¢tica un elemento de controversia pol¨ªtica¨C y que incluye que el cad¨¢ver del finado sea expuesto en p¨²blico de manera solemne durante tres d¨ªas, normalmente en la inmensa sala de Westminster Hall en el que se rindi¨® homenaje p¨²blico a la reina madre en 2002. Algo que Thatcher deseaba evitar tambi¨¦n para evitar pol¨¦micas.
Por lo dem¨¢s, el funeral de la Dama de Hierro tendr¨¢ toda la pompa que desean sus partidarios. El f¨¦retro ser¨¢ transportado al atardecer del martes 16 a la capilla de St Mary Undercroft, en el palacio de Westminster. Desde all¨ª ser¨¢ transportado a la ma?ana siguiente por las calles cerradas al tr¨¢fico hasta la capilla de la RAF, la fuerza a¨¦rea, en la iglesia de St Clement Danes, en Aldwych, a las puertas de la City. Desde all¨ª ser¨¢ transportado con escolta militar y en carruaje de artiller¨ªa hasta la catedral de San Pablo, en el que constituir¨¢ el ba?o de masas de la ex primera ministra y el momento potencialmente m¨¢s peligroso dada su controvertida figura.
El f¨¦retro ser¨¢ alzado a lo largo de la escalinatas de la catedral de San Pablo por una guardia de honor. La ceremonia religiosa, presidida por la Reina, ser¨¢ de acceso restringido a pol¨ªticos, invitados internacionales y amigos de la familia. La familia realizar¨¢ ¡°una contribuci¨®n¡± para pagar el transporte, las flores y la cremaci¨®n, pero el grueso de la factura correr¨¢ a cargo de los contribuyentes.
Quiz¨¢s una contradicci¨®n de ¨²ltima hora, que no ha pasado desapercibida para los enemigos pol¨ªticos de la baronesa. "?Tenemos que darle realmente un funeral ceremonial como el de la princesa Diana?", se pregunta el tabloide izquierdista Daily Mirror bajo su expl¨ªcito titular de primera p¨¢gina: "La mujer que dividi¨® a la naci¨®n". "Nunca olvidaremos, nunca perdonaremos", se conjura en su comentario el principal columnista del diario, Kevin Maguire, que recuerda que para Thatcher "el paro masivo era un precio que ella cre¨ªa que val¨ªa la pena que los trabajadores pagaran".
En sentido opuesto, el Daily Mail reclama para Thatcher los honores de un funeral de Estado y la presenta como "La mujer que salv¨® a Gran Breta?a". Es lo que se llama disparidad de opiniones¡
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