¡°Las maras no han pedido mejoras en las prisiones, es nuestra iniciativa¡±
David Mungu¨ªa Pay¨¦s asegura que el proceso de paz iniciado hace un a?o va a consolidarse y explica el cuestionado rol del Gobierno en la tregua entre las maras
El ministro de Justicia y Seguridad de El Salvador, el general retirado David Mungu¨ªa Pay¨¦s, ha liderado la delegaci¨®n de su pa¨ªs durante su visita a Washington para explicar los avances en la reducci¨®n de la violencia, tras un a?o de tregua entre las principales maras salvadore?as. Aunque Mungu¨ªa insiste en que el Gobierno salvadore?o, y su Ministerio, ¨²nicamente han servido de ¡°facilitadores¡± de la tregua, en algunas entrevistas, el dirigente y otro de los principales interlocutores de la tregua, el exguerrillero del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional, Ra¨²l Mijango, han reconocido que el proceso de paz ha estado promovido por el propio Mungu¨ªa y su Departamento. El ministro explica a EL PA?S el rol del Gobierno en la tregua y los avances logrados.
Pregunta. ?Qu¨¦ balance hace su Gobierno, presidido por Mauricio Funes, de este a?o de tregua entre las maras?
Respuesta. Nosotros y el resto de observadores del proceso consideramos que esta tregua es el proceso m¨¢s exitoso de disminuci¨®n de la violencia en todo el hemisferio occidental. Despu¨¦s de ser el segundo pa¨ªs m¨¢s violento del mundo, con una tasa de 70 muertos por cada 100.000 habitantes, hemos pasado a tener un promedio de 24 muertos por cada 100.000 habitantes.
Nosotros como Gobierno no podemos sentarnos con criminales, pero hemos favorecido los espacios para que otros actores dialoguen con ellos"
P. Muchos en El Salvador consideran que el Ejecutivo ha tenido una intervenci¨®n directa y no de mero ¡°facilitador¡± como usted ha asegurado. Su presencia como ministro salvadore?o en Washington, liderando la delegaci¨®n de su pa¨ªs para explicar los logros del proceso de paz, ?es una forma de institucionalizar el papel del Gobierno en la tregua??
R. Con esta visita lo que se fortalece es nuestro rol de mediaci¨®n. En este proceso siempre hemos estado atr¨¢s. Nosotros como Gobierno no podemos sentarnos con criminales, pero hemos favorecido los espacios para que otros actores dialoguen con ellos.
Nuestra ley penitenciaria es muy moderna y amigable con los privados de libertad, se les reconocen una serie de derechos que, en los ¨²ltimos a?os, se hab¨ªa decidido restringir, en respuesta a su mal comportamiento"
P. Pero, coincidiendo con el anuncio de la tregua, se ha mejorado la situaci¨®n de los presos de las maras en las c¨¢rceles. Ese tipo de medidas s¨®lo las puede adoptar el Gobierno y son indicativas que denotan una implicaci¨®n m¨¢s profunda en el proceso que la de mero mediador
R. Hay que entender c¨®mo funciona esto. Nuestra ley penitenciaria es muy moderna y amigable con los privados de libertad, se les reconocen una serie de derechos que, en los ¨²ltimos a?os, se hab¨ªa decidido restringir, en respuesta a su mal comportamiento. Esta estrategia solo hab¨ªa generado m¨¢s violencia. Tras comprobar su buena voluntad y que el ratio de homicidios comenzaba a disminuir, nosotros decidimos restituirles varios de sus derechos, como trasladarlos de c¨¢rceles de alta seguridad a prisiones con un r¨¦gimen de aislamiento menos estricto o permitirles las visitas familiares.
P. Entonces, ?eso no fue una concesi¨®n?, ?No fue una exigencia de los l¨ªderes de las maras a cambio de mantener la tregua?
R. En absoluto, ellos no pidieron como condici¨®n para la tregua mejoras en la prisi¨®n. Nosotros decidimos levantar las restricciones.
Tras comprobar su buena voluntad y que el ratio de homicidios comenzaba a disminuir, nosotros decidimos restituirles varios de sus derechos"
P. Es un hecho que los homicidios se han reducido. En su presentaci¨®n asegura que de 14 asesinatos diarios, se ha pasado a una media de 5,4, pero la extorsi¨®n de las maras, una de sus actividades delictivas que m¨¢s afecta a las familias que viven en los barrios territorio de las bandas, contin¨²a.
R. La informaci¨®n de los interlocutores es que los mareros se han comprometido a reducir paulatinamente el problema delicuencial, pero, deliberadamente, no han querido eliminar la extorsi¨®n porque es su forma de vida.
P. ?Pero desde el Gobierno, ustedes deber¨ªan impedir eso?
R. El razonamiento de las maras ante los mediadores ha sido el siguiente: Dennos una forma alternativa de vida y nosotros nos iremos desvinculando poco a poco de la extorsi¨®n. Y por ello nosotros hemos puesto en marcha el programa de los Municipios Libres de Violencia, un espacio donde el compromiso es que las ciudades ofrezcan programas de reinserci¨®n y desarrollen proyectos productivos que generen puesto de trabajo para los pandilleros, a cambio de que ¨¦stos reduzcan la violencia.
Lo que estamos tratando de hacer ahora es dar sostenibilidad a la tregua y tratar de que, en el futuro, esta forma de combatir la violencia se convierta en una pol¨ªtica de Estado que se mantenga, no importa qui¨¦n est¨¦ en el Gobierno"
P. Antes evidenciaba c¨®mo la pol¨ªtica de mano dura en las prisiones se hab¨ªa demostrado poco eficaz en la lucha contra las maras. ?Existe temor en el Gobierno de que, tras las elecciones, un cambio de signo pol¨ªtico m¨¢s hacia la derecha pueda reinstaurar esa estrategia?
R. Lo que estamos tratando de hacer ahora es dar sostenibilidad a la tregua y tratar de que, en el futuro, esta forma de combatir la violencia se convierta en una pol¨ªtica de Estado que se mantenga, no importa qui¨¦n est¨¦ en el Gobierno, y eso lo estamos haciendo involucrando a la Iglesia, a la sociedad civil, a la academia... en el proceso. En la medida en que m¨¢s gente se adhiera, haremos el proceso m¨¢s estable de modo que cualquier partido que llegue al poder no le quede m¨¢s remedio que seguir con el mismo porque, de lo contrario, est¨¢ claro que volveremos al pasado de 14 muertos por d¨ªa. Este proceso est¨¢ aqu¨ª para quedarse.
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