Un acto terrorista causa tres muertos y un centenar de heridos en Boston
Los corredores profesionales hab¨ªan terminado media hora antes pero, en el momento de la explosi¨®n, a¨²n segu¨ªan llegando participantes
El marat¨®n de Boston, una de las se?as de identidad de esta hist¨®rica ciudad, fue objeto este lunes de un ataque con bombas, coordinado y perfectamente planificado, seg¨²n la polic¨ªa, que ten¨ªa el claro prop¨®sito de sembrar la muerte y el caos de forma masiva e indiscriminada. Tres personas perdieron la vida, seg¨²n un primer balance, y cerca de un centenar sufrieron heridas de diversa consideraci¨®n, algunas de las cuales, al menos 17, se encontraban anoche en estado cr¨ªtico.
El presidente Barack Obama se dirigi¨® al pa¨ªs unas horas despu¨¦s del suceso para prometer que, pese a que no se conoc¨ªa a¨²n a los responsables de este nuevo ataque terrorista contra Estados Unidos, ¡°las personas o grupos culpables responder¨¢n ante la justicia¡±. ¡°Vamos a llegar hasta el fondo de este episodio¡±, asegur¨®.
El reloj de la meta del marat¨®n de Boston marcaba 4 horas, 9 minutos y 43 segundos cuando estall¨® el primer artefacto entre las filas del p¨²blico que segu¨ªa la carrera. Hac¨ªa ya hora y media que hab¨ªan entrado los mejores atletas y se acercaban en ese momento al final de su odisea los m¨¢s modestos aficionados. Algunos de ellos cayeron al suelo por efecto del estallido, otros siguieron corriendo espantados entre los gritos y los llantos de los presentes. El p¨²blico salt¨® alocadamente las vallas de protecci¨®n buscando refugio sin rumbo.
Tras su huida, los rastros de sangre y el destrozo provocado fueron la primera indicaci¨®n del tama?o de la tragedia ocurrida. Apenas 10 segundos despu¨¦s hizo explosi¨®n una segunda bomba en un lugar pr¨®ximo, en los alrededores del hotel Fairmont Copley Plaza, donde estaba la base de la organizaci¨®n del marat¨®n, provocando escenas similares.
Al tratarse de un acontecimiento de esa magnitud y seguimiento, la polic¨ªa y las ambulancias, que se encontraban movilizados en la zona, estuvieron inmediatamente en condiciones de trasladar a los heridos al hospital y desalojar el lugar, lo que, probablemente, salv¨® algunas vidas. Varios medios de comunicaci¨®n informaron de que una tercera bomba fue localizada por los especialistas antes de que llegase a hacer explosi¨®n y fue detonada de forma controlada.
Unos minutos m¨¢s tarde, en otro lugar emblem¨¢tico de Boston, la biblioteca John F. Kennedy, se produjo otra explosi¨®n que provoc¨® un incendio, aunque no muertos ni heridos. La polic¨ªa no quiso anoche vincular este incidente con los anteriores, pese a que reconoci¨® que las explosiones estaban siendo investigadas como un ataque coordinado y planificado. Entre los tres muertos confirmados, se encuentra, seg¨²n medios de comunicaci¨®n locales, un ni?o de ocho a?os.
Las autoridades tomaron r¨¢pidamente medidas extraordinarias de seguridad en Boston y en otras ciudades de Estados Unidos. En Boston fue cerrado el aeropuerto y se conmin¨® a la poblaci¨®n a permanecer en sus casas mientras la polic¨ªa, que no ha detenido a¨²n a ning¨²n sospechoso, proced¨ªa con las operaciones de control. En Nueva York, Washington y Los ?ngeles se adoptaron tambi¨¦n medidas adicionales de protecci¨®n de los edificios m¨¢s representativos, con el recuerdo inevitable del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001. Desde esa fecha, no se hab¨ªa producido un ataque de esta naturaleza.
Cuando se le pregunt¨® al jefe de polic¨ªa de Boston, Ed Davis, si est¨¢bamos ante un ataque terrorista, respondi¨®: ¡°No le estamos llamando as¨ª, pero ustedes pueden sacar sus propias conclusiones¡±. Obviamente, como un ataque terrorista est¨¢ siendo tratado por el FBI, que est¨¢ dirigiendo las investigaciones y con cuyo director, Robert Mueller, habl¨® este lunes Obama para recibir la ¨²ltima informaci¨®n. El presidente convers¨® tambi¨¦n con la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano.
La ausencia de una amenaza previa o de pistas sobre los posibles culpables hace este ataque terrorista particularmente preocupante para el Gobierno. Son muchos los autores potenciales y compleja la decisi¨®n de hacia d¨®nde dirigir la mirada de los investigadores.
El lugar en el que ocurrieron las dos explosiones principales dispon¨ªa de c¨¢maras, tanto de los organizadores de la carrera como de la polic¨ªa, que podr¨ªan ayudar en la b¨²squeda de pistas. La marat¨®n de Boston, como la de Nueva York o Chicago, son de esas grandes concentraciones humanas que cada a?o representan un dolor de cabeza para los responsables de la seguridad de esas ciudades, pero que tambi¨¦n resultan imprescindibles para mantener el ambiente de libertad y divertimento que exige una sociedad democr¨¢tica. Una carrera popular es un s¨ªmbolo, aqu¨ª y en otros pa¨ªses, de la conquista del espacio urbano por los ciudadanos. La de Boston, que este a?o reun¨ªa a unos 30.000 corredores de todo el mundo, es una de las m¨¢s antiguas e ilustres y, por tanto, un objetivo magn¨ªfico para quien pretende alcanzar relevancia a costa de sangre f¨¢cil. Por mucha protecci¨®n que se quiera dar a un evento as¨ª, siempre ser¨¢ inevitable una acci¨®n de esas caracter¨ªsticas.
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