Catar, la diplomacia del bal¨®n
El diminuto pa¨ªs extiende su influencia a base de financiar proyectos por todo el mundo El emirato mantiene una activa diplomacia y aspira a controlar el planeta f¨²tbol
?Cu¨¢l de estas dos historias es verdad?
Catar va a lanzar un nuevo torneo de f¨²tbol llamado Dream Football League que se disputar¨¢ cada dos a?os, contar¨¢ con la participaci¨®n de los 24 clubes m¨¢s importantes del mundo y ofrecer¨¢ un premio de 200 millones de euros, amenazando con aniquilar a la relativamente empobrecida Liga de Campeones.
Catar patrocina un programa de excelencia deportiva global en el que han participado dos millones de j¨®venes de tres continentes en cinco a?os y cuyo objetivo final es nacionalizar los mejores para que vistan los colores de su pa¨ªs en el Mundial que acoger¨¢ en el verano de 2022 bajo temperaturas que rozar¨¢n los 50 grados cent¨ªgrados.
La segunda es la verdadera. Pero sonaba tan plausible la primera, tomando en cuenta la espectacular ambici¨®n global de Catar y las cantidades siderales de dinero de las que dispone, que el venerable The Times de Londres la public¨® como cierta con grandes titulares el mes pasado. The Times tuvo que rectificar y pedir disculpas a sus lectores. La sorpresa es que ese diario y otros tantos no hayan tenido que hacer eso mismo en m¨¢s ocasiones desde que este diminuto pa¨ªs del golfo P¨¦rsico tom¨® la decisi¨®n a principios de este siglo de convertirse en una especie de potencia imperial cuyo poder¨ªo monetario se extiende no solo a todas las ramas del deporte, sino a la adquisici¨®n de influencia pol¨ªtica y de imponentes bienes materiales en todos los rincones de la tierra.
Otra pregunta. ?Qu¨¦ tienen en com¨²n Lionel Messi, los Hermanos Musulmanes de Egipto, Tony Blair, Iberdrola, el almac¨¦n londinense Harrods, la marca de coches Porsche, David Beckham, el Banco de Santander, el F¨²tbol Club Barcelona, Nicolas Sarkozy, la resistencia islamista en Siria y el duque de Palma, I?aki Urdangar¨ªn?
Respuesta: Todos han sido comprados de una manera u otra por Catar, todos han recibido, reciben o recibir¨¢n dinero del emirato, per capita el pa¨ªs m¨¢s rico del mundo, uno de los m¨¢s peque?os y, hasta hace apenas una d¨¦cada, entre los m¨¢s insignificantes. Su producto interno anual es 75.000 euros per capita, el doble de Estados Unidos y diez veces m¨¢s que China. Si uno excluye a los inmigrantes y se limita a la poblaci¨®n nacional, a los 250.000 catar¨ªes, la cifra asciende a 525.000 euros anuales por persona. Esto en un pa¨ªs que a finales de los a?os noventa ten¨ªa que pedir dinero prestado para pagar a sus funcionarios.
Lo que ha logrado y lo que est¨¢ haciendo Catar no suena real; parece un sue?o, o una sucesi¨®n de sue?os, extra¨ªdos de una versi¨®n moderna de los cuentos de las Mil y una noches cuya banal moraleja es que, s¨ª, el dinero es el camino al poder y la amistad. A lo largo del siglo XX Catar fue el vecino pobre del golfo P¨¦rsico, un pa¨ªs en el desierto del tama?o de Asturias donde no pasaba nada, de cuya existencia pocos en el resto del mundo se enteraban. Comenz¨® el siglo XXI, los catar¨ªes empezaron a comercializar globalmente sus enormes reservas de gas y hoy est¨¢n en todos lados. En su tierra no conocen el desempleo, coleccionan grandes deportistas, clubes de f¨²tbol en Francia y Espa?a o emblem¨¢ticos edificios en grandes ciudades europeas, e invierten fortunas en grandes bancos o multinacionales.
Hiperactivo, insaciable, Catar es como un pulpo con una cabeza diminuta cuyos enormes tent¨¢culos est¨¢n en voraz y constante movimiento. A la familia real, que ejerce poder absoluto sobre los dos millones de habitantes, no le basta con adquisiciones materiales. Utiliza su dinero para comprar influencia pol¨ªtica en el convulso mundo ¨¢rabe. La magnitud de su intervenci¨®n en Libia, Egipto, Siria, Afganist¨¢n es tal que se ha vuelto un interlocutor indispensable no solo para los Gobiernos de la regi¨®n sino para los de Occidente. Los jefes de Gobierno de Alemania, del Reino Unido, de Francia, de cualquier pa¨ªs europeo tienen las puertas abiertas a los enviados catar¨ªes.
Pero si la marca Catar es conocida por ricos y pobres en todos los continentes se debe ante todo a su penetraci¨®n en el mundo del f¨²tbol, el fen¨®meno social que m¨¢s repercusi¨®n planetaria tiene. Nada ejemplifica mejor la fiebre acumulativa catar¨ª, el alcance de los tent¨¢culos, que su programa global de excelencia deportiva, Aspire. Inspirado por el modelo de cantera del F¨²tbol Club Barcelona, Aspire es una versi¨®n a lo grande, a lo colosal, de la Mas¨ªa, el centro donde el Bar?a entrena y educa a sus j¨®venes promesas. Las cifras son espectaculares. Desde que se fund¨® Aspire en 2007 el Programa de Identificaci¨®n de Talento de la organizaci¨®n ha observado y puesto a prueba a m¨¢s de dos millones de j¨®venes jugadores de f¨²tbol (es decir, igual que la poblaci¨®n total de Catar) en 800 campos de f¨²tbol de Asia, Am¨¦rica Latina y ?frica. Casi un mill¨®n de ellos han participado en cursos llevados a cabo por una red de 6.000 voluntarios comunitarios, adem¨¢s de t¨¦cnicos profesionales. Los mejores de los mejores reciben una beca para perfeccionar sus talentos en un centro de entrenamiento deportivo en Catar que personal del Barcelona describe como el mejor del mundo. Pere Gratac¨®s, actual director de relaciones institucionales del club y exentrenador del equipo B de f¨²tbol y de la selecci¨®n de Catalu?a, acaba de visitar Catar. Durante cuatro a?os, hasta 2010, trabaj¨® para Aspire, cuyo director general es Pep Colomer, exdirector de Formaci¨®n de F¨²tbol Base del Barcelona. Gratac¨®s describe Aspire como una ¡°Operaci¨®n Triunfo a lo bestia¡± por el mundo. ¡°Es un programa de scouting [b¨²squeda] global que empez¨® en ?frica, pas¨® a Am¨¦rica Latina y despu¨¦s a Asia para aquellos ni?os, ?que son muchos!, que sue?an con convertirse en profesionales¡±, explic¨® Gratac¨®s. Hay 15 pa¨ªses involucrados en el programa Aspire y cada uno tiene una red interna de ojeadores que hacen un primer filtro de ni?os de unos 13 a?os. ¡°Ya han pasado por los filtros unos 60.000 ni?os en algunos pa¨ªses¡±, relata Gratac¨®s. ¡°El incentivo es enorme. A los afortunados que llegan hasta el final les dan una formaci¨®n deportiva y acad¨¦mica, al estilo de la Mas¨ªa, y dinero para sus familias, que suelen ser pobres¡±.
La idea cada a?o es seleccionar a los mejores 50 ni?os en cada pa¨ªs y durante un mes hacerles participar en partidos y someterles a pruebas individuales. Ah¨ª entraba en juego Gratac¨®s, uno de los jueces de esta Operaci¨®n Triunfo multinacional con la dif¨ªcil tarea de elegir los tres mejores de cada pa¨ªs para que fueran a Catar un mes a someterse a m¨¢s pruebas y participar en partidos contra equipos juveniles de clubes como el Barcelona y el Bayern M¨²nich. Los mejores que salen de este proceso van de Catar a extender su formaci¨®n o a una academia en Senegal, patrocinada por Aspire. El objetivo altruista es formar profesionales capaces de competir en las grandes ligas europeas; el objetivo m¨¢s interesado es convencer a los m¨¢s notables de que su mejor opci¨®n de vida pasar¨ªa por nacionalizarse catar¨ªes para que en el Mundial de 2022 el pa¨ªs anfitri¨®n, cuya tradici¨®n futbol¨ªstica es pr¨¢cticamente nula, sea capaz no solo de evitar el rid¨ªculo sino de competir a un aceptable nivel.
El FC Barcelona se ha beneficiado de los millones catar¨ªes. Primero porque personas afines al club han formado parte del n¨²cleo del programa Aspire. Como dice Gratac¨®s, ¡°el dinero lo pone Catar y gente vinculada al Bar?a lo ejecuta¡±. Segundo, los ojeadores del Barcelona tendr¨¢n opci¨®n a elegir a los mejores jugadores del programa Aspire para su cantera. Tercero, la relaci¨®n forjada a trav¨¦s de Aspire ha contribuido a que hoy Catar sea el principal patrocinador del club.
El Barcelona luce en su camiseta el nombre de la Qatar Foundation, presidida por la esposa del emir. A cambio de la publicidad, que a partir de la temporada que viene ser¨¢ sustituida por la de Qatar Airways, el club catal¨¢n recibe 30 millones de euros al a?o. Hubo mucha pol¨¦mica en Barcelona cuando se anunci¨® el patrocinio ya que el club se hab¨ªa jactado hasta aquel momento de no exhibir ninguna publicidad en su camiseta. Los puristas perdieron el debate cuando qued¨® claro que si el Barcelona quer¨ªa seguir compitiendo al m¨¢ximo nivel y pagando el sueldo del mejor jugador del mundo, Lionel Messi, no hab¨ªa m¨¢s remedio que resignarse a perder la inocencia.
Messi recibe su ficha como futbolista indirectamente de las arcas catar¨ªes, pero recibe otra cantidad de manera m¨¢s inmediata gracias a un acuerdo que firm¨® en febrero con Ooredoo, la empresa de telecomunicaciones de Catar, en cuya representaci¨®n goza del t¨ªtulo de embajador global. Otros beneficiarios de la generosidad catar¨ª han sido Pep Guardiola, que acab¨® su carrera como jugador en un club de la liga nacional del emirato, y Ra¨²l Gonz¨¢lez Blanco, excapit¨¢n del Real Madrid y de la selecci¨®n espa?ola, que est¨¢ acabando la suya all¨ª ahora. La presencia de Catar en el f¨²tbol espa?ol se extiende al M¨¢laga Club de F¨²tbol, cuyo due?o desde 2010 es un pariente del emir. Pero tambi¨¦n est¨¢n en Francia, donde la cadena de televisi¨®n catar¨ª Al Yazira acaba de conseguir los derechos de la Liga francesa, llevando la inversi¨®n del emirato en el f¨²tbol franc¨¦s a m¨¢s de mil millones de euros.
El partido de cuartos de final de la Liga de Campeones entre el Barcelona y el Par¨ªs Saint-Germain fue, en cierto sentido, un Catar versus Catar. El Par¨ªs Saint-Germain, que como el Barcelona ganar¨¢ con toda seguridad su Liga nacional esta temporada, fue adquirido en su totalidad el a?o pasado por la Qatar Investment Authority, el fondo soberano de Catar cuyo director ejecutivo y presidente es Hamad bin Jasim bin Jaber al Thani, que tambi¨¦n ejerce de primer ministro y, despu¨¦s del emir Hamad, es el hombre m¨¢s poderoso del emirato. El reciente fichaje de Beckham por el club parisiense sum¨® el glamour del ingl¨¦s a una amplia colecci¨®n catar¨ª de c¨¦lebres trofeos humanos.
El pa¨ªs observa chavales por todo el mundo con vistas a formar un equipo para el Mundial que organizar¨¢ en 2022
Nada compara, sin embargo, con el gol que marc¨® Catar al adquirir los derechos a celebrar el Mundial de f¨²tbol de 2022 en su pa¨ªs. Gol, o quiz¨¢, a la larga, autogol. La FIFA vot¨® a favor de Catar, pese a que ten¨ªa rivales de peso como Estados Unidos, gracias en parte a contar con el apoyo p¨²blico de Pep Guardiola y Zinedine Zidane, el mejor jugador franc¨¦s de la historia, pero en primer lugar por las cantidades enormes de dinero que posee. Hay muchos rumores de compra de votos, pero de lo que no hay duda es que si la candidatura de Catar se consider¨® plausible fue porque prometieron contrarrestar el gran argumento en su contra, el hecho de que la temperatura puede llegar a los 50 grados en junio, con aire acondicionado en los estadios, tanto en el campo como en las gradas.
Los catar¨ªes, devotos musulmanes, dicen ser capaces de vencer las leyes naturales de Dios con la m¨¢s sofisticada tecnolog¨ªa terrenal. No todo el mundo est¨¢ convencido. M¨¢s bien, la adjudicaci¨®n del Mundial a Catar ha generado una acalorada pol¨¦mica que no da se?ales de disminuir. Aparte del tema del intenso calor, el aire acondicionado y el impacto que puede tener sobre la salud de los jugadores, tambi¨¦n existe la cuesti¨®n de c¨®mo va a llenar los estadios un pa¨ªs de dos millones de habitantes.
Pero, como dec¨ªa Oscar Wilde, ¡°hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de uno, y es que no hablen de uno¡±. El mundo habla de Catar. El f¨²tbol y otros deportes en los que se compite en Catar a primer nivel, como el tenis, el golf, el balonmano. El mundial de motociclismo se acaba de celebrar en Doha, la capital. ?Por qu¨¦? Porque, como explic¨® un diplom¨¢tico europeo residente en el pa¨ªs, el deporte ofrece el mejor escaparate para que el nombre de Catar llegue a todo el mundo. ¡°Es un instrumento de marketing excelente¡±, explic¨® el diplom¨¢tico.
Detr¨¢s del f¨²tbol hay mucho m¨¢s: el deseo de Catar de convertirse en un Londres o Nueva York econ¨®mico, en el Washington de la pol¨ªtica regional. Igual que con el f¨²tbol, Catar ha utilizado su dinero para atraer el mejor talento tecnol¨®gico y arquitect¨®nico, los mejores ingenieros para construir m¨¢s y m¨¢s torres lujosas en Doha, concebida por el emir y sus aleda?os como la ciudad del futuro, una sede mundialista que en 2022 asombrar¨¢ al mundo.
Pero el impacto del dinero catar¨ª se manifiesta tambi¨¦n en grandes ciudades lejos del desierto. Los europeos y los estadounidenses hacen sus compras en locales adquiridos por los catar¨ªes ¡ªen Harrods, el famoso gran almac¨¦n de Londres; en la joyer¨ªa Tiffany¡¯s de Nueva York; en las boutiques de la marca de moda de lujo Valentino; en los concesionarios de la marca Porsche¡ª. La gente ve la presencia de Catar en antiguos edificios de los Campos El¨ªseos de Par¨ªs o en el Shard, el edificio m¨¢s alto de Europa, en Londres, reci¨¦n construido con dinero catar¨ª. Uno levanta una baldosa, y ah¨ª est¨¢ Catar, incluso debajo de aquella que habita I?aki Urdangar¨ªn, el yerno del Rey de Espa?a, que se ir¨¢ al pa¨ªs a buscar un respiro de sus lacerantes problemas legales.
Tener acceso directo a los que mandan en el emirato, como lo tiene el Rey de Espa?a, es oro. Tony Blair lo sabe. Le ha sacado buen provecho a los lazos que estableci¨® con la realeza de Catar cuando ejerci¨® de jefe de Gobierno de Gran Breta?a. El a?o pasado Blair recibi¨® un mill¨®n de libras (o 1,17 millones de euros) por tres horas de trabajo sentado en una habitaci¨®n del Hotel Claridge¡¯s de Londres. Fue la comisi¨®n que recibi¨® por actuar de mediador entre dos grandes empresas europeas, en una de las cuales el emirato era accionista. La clave fue que Blair ten¨ªa el n¨²mero de tel¨¦fono del primer ministro de Catar, y que cuando Blair llama, el primer ministro contesta.
Pero todo esto es poca cosa, y le sale barato a los catar¨ªes, comparado con el contexto pol¨ªtico ¨¢rabe en el que se han metido de lleno. El emirato intervino en la revoluci¨®n Libia con m¨¢s contundencia que Estados Unidos y hoy est¨¢ dando dinero y armas a los rebeldes islamistas sirios que pretender derrocar a Bachar el Asad. Como escribi¨® el Financial Times recientemente, ¡°la bochornosa verdad es que la diminuta Catar est¨¢ influyendo m¨¢s sobre el terreno en Siria que Estados Unidos o la OTAN¡±. Catar tambi¨¦n aporta importante ayuda econ¨®mica al Gobierno egipcio presidido por Mohamed Morsi, de los Hermanos Musulmanes. Y en Doha, los talibanes de Afganist¨¢n han abierto una oficina, financiada por el Gobierno local. A primera vista ofrecer ayuda a los talibanes parecer¨ªa una provocaci¨®n a Occidente, pero diplom¨¢ticos europeos confiesan que la iniciativa ha sido ¨²til porque ha abierto la posibilidad de establecer v¨ªas de comunicaci¨®n.
?A qu¨¦ se debe el frenes¨ª catar¨ª? ?Por qu¨¦, despu¨¦s de a?os ¡ªsiglos¡ª en la oscuridad han emergido con tanta furia a la luz del d¨ªa planetario? ?Qu¨¦ objetivo tiene la hiperactiva campa?a que han emprendido en la pol¨ªtica, la econom¨ªa o el deporte internacionales? La estrategia expl¨ªcita tiene que ver con el deseo de Catar de prepararse para un futuro en el que los recursos naturales que posee, principalmente gas, no ofrezca las mismas garant¨ªas de autosuficiencia que hoy para un pa¨ªs que importa el 93% de sus alimentos y cuya agua potable es conseguida en su totalidad en un proceso car¨ªsimo de desalinizaci¨®n. Esto significa diversificar la econom¨ªa, haciendo inversiones importantes en empresas como Iberdrola, y formar alianzas duraderas con pa¨ªses importantes. ¡°Estamos invirtiendo para las generaciones futuras¡±, ha explicado Ahmad al Sayed, consejero delegado de Qatar Holdings. ¡°Y si esto nos conduce a alianzas valiosas m¨¢s all¨¢ del terreno de las ganancias econ¨®micas, mejor a¨²n¡±.
Las alianzas ser¨¢n ¨²tiles si perduran. ¡°El emir entiende que Catar debe pensar en la sobrevivencia a largo plazo, y por eso invierten en los grandes centros financieros europeos y en Asia¡±, dijo un diplom¨¢tico europeo especializado en el mundo ¨¢rabe. ¡°El emir entiende que sobrevivir tambi¨¦n consiste en forjar relaciones fuertes con pa¨ªses fuertes, porque Catar es un pa¨ªs peque?o en una regi¨®n vol¨¢til¡±. Tambi¨¦n el emir aspira a la modernidad. Impulsado quiz¨¢ en parte por el complejo de vecino pobre que arrastr¨® Catar durante el siglo XX en la regi¨®n del golfo, el emir desea presidir sobre un pa¨ªs reconocido en todas partes por su dinamismo vanguardista.
Aqu¨ª entra en juego el Mundial de f¨²tbol, deseado por Catar por dos motivos. El primero, el factor humano: el deseo de reconocimiento internacional, de poder proclamar al mundo, ¡°¨¦ramos un pa¨ªs peque?o desconocido, pero aqu¨ª estamos. Nos tienen que tomar en cuenta¡±. El segundo, el factor t¨¦cnico, un plan de inversi¨®n en infraestructuras de m¨¢s de cien mil millones de d¨®lares. Est¨¢n a punto de construir un nuevo aeropuerto, hay planes para nuevas autopistas, puentes y un sistema de ferrocarril, adem¨¢s de las torres altas y modernas, que emergen de la arena pr¨¢cticamente cada semana.
Catar agrega a la fortuna econ¨®mica la fortuna pol¨ªtica de ser un pa¨ªs estable, en el que la mayor¨ªa musulmana es homog¨¦nea, y no est¨¢ dividida entre sun¨ªes y chi¨ªes, como por ejemplo en el vecino y conflictivo Barh¨¦in. No hay ninguna se?al de inestabilidad pol¨ªtica. El emir y su familia simpatizan con los objetivos de aquellos que participaron en la primavera ¨¢rabe en Egipto y Libia. Pero no hay ning¨²n clamor a favor de la democracia en Catar. La riqueza no fomenta ni la rebeli¨®n, ni el pensamiento cr¨ªtico, sino m¨¢s bien el deseo de que las cosas sigan como est¨¢n. Y en el caso de Catar de que vayan a m¨¢s, a mucho m¨¢s a¨²n. Es bien sabida entre los extranjeros residentes en Catar la respuesta directa y sencilla que dan los lugartenientes del emir a la pregunta de por qu¨¦ gastan su dinero de manera tan extravagante por todos los rincones el mundo. ¡°?Por qu¨¦ no?¡±.
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