Un reh¨¦n en la corte de Kim Jong-un
Corea del Norte condena a 15 a?os de trabajos forzados a un estadounidense por pretender ¡°derrocar¡± al r¨¦gimen
Cuando el estadounidense Kenneth Bae viaj¨® a Corea del Norte en noviembre pasado acompa?ado de cuatro turistas, no sab¨ªa que hab¨ªa elegido un mal momento. Los meses siguientes iban a ver una de las mayores escaladas de tensi¨®n de las ¨²ltimas d¨¦cadas entre Pyongyang y Washington, y Bae, de 44 a?os, se iba a ver afectado de lleno por la crisis.
Desde noviembre, se encuentra detenido en el pa¨ªs asi¨¢tico, y ha sido condenado a 15 a?os de ¡°trabajos forzados¡± por sus ¡°actos hostiles¡± contra el r¨¦gimen de Pyongyang, seg¨²n ha anunciado este jueves la agencia oficial norcoreana KCNA.
Varios estadounidenses de origen coreano, como ¨¦l, han tenido problemas en el pasado en Corea del Norte, que ha intentado utilizar sus detenciones para llamar la atenci¨®n de la comunidad internacional y conseguir la visita de altas personalidades pol¨ªticas, como el expresidente Bill Clinton, con objeto de hacer avanzar su agenda.
Pyongyang no ha especificado los delitos que supuestamente cometi¨® Bae, quien, seg¨²n algunas informaciones, es un operador tur¨ªstico, pero le acusa de querer derrocar al r¨¦gimen de Kim Jong-un; tercero de la dinast¨ªa Kim -iniciada por su abuelo, Kim Il-sung, y seguida por su padre, Kim Jong-il- en dirigir el pa¨ªs. ¡°Durante la investigaci¨®n, admiti¨® que cometi¨® cr¨ªmenes destinados a derribar la Rep¨²blica Democr¨¢tica Popular de Corea (nombre oficial del Corea del Norte). Sus cr¨ªmenes han sido probados con evidencias¡±, dijo KCNA el s¨¢bado pasado. Fue juzgado el martes.
Bae, cuyo nombre coreano es Pae Jun-ho, formaba parte de un grupo de cinco personas, que visitaron la ciudad costera nororiental de Rason, en un viaje de cinco d¨ªas, en noviembre. Desde entonces, est¨¢ en manos de la polic¨ªa. Rason, cerca de la frontera con Rusia y China, tiene una zona econ¨®mica especial, y fue aqu¨ª donde fue arrestado, seg¨²n la prensa norcoreana.
No est¨¢ claro de qu¨¦ forma se salt¨® la ley, si lo hizo. Un peri¨®dico del Sur publicado por una familia evang¨¦lica ha asegurado que quiz¨¢s llevaba im¨¢genes de ejecuciones de desertores y disidentes en el Norte. Otros activistas en Se¨²l afirman que puede haber sido detenido por haber fotografiado a ni?os fam¨¦licos con objeto de llamar la atenci¨®n internacional sobre la necesidad de enviar m¨¢s ayuda. Sus amigos lo han descrito como un cristiano devoto y operador tur¨ªstico, que viv¨ªa en China y viajaba a menudo a Corea del Norte para ayudar a los hu¨¦rfanos. Al menos otros tres americanos detenidos en los ¨²ltimos a?os eran cristianos fervientes.
¡°No s¨¦ si Pae viol¨® el c¨®digo criminal norcoreano de alguna forma, y, si lo hizo, si fue de forma consciente o sin intenci¨®n. Y no s¨¦ si es inocente de todos los cargos. Sin embargo, dada la naturaleza del sistema judicial norcoreano, no hay raz¨®n para pensar que pudiera tener nunca un juicio justo. El sistema judicial en Corea del Norte no es imparcial. Hace cumplir la ¡®justicia socialista¡¯ tal y como la determina el Partido de los Trabajadores de Corea. Es chocante y dif¨ªcil imaginar que hizo algo que justifique una sentencia tan severa¡±, explica desde Se¨²l Daniel Pinkston, subdirector para Asia nororiental en International Crisis Group, una organizaci¨®n no gubernamental dedicada a la prevenci¨®n de conflictos.
La condena se ha producido en medio de una de las mayores crisis entre Pyongyang y Washington desde el fin de la guerra de Corea (1950-1953). El Norte est¨¢ furioso por las sanciones impuestas por la ONU por haber disparado un cohete en diciembre pasado, que, seg¨²n Estados Unidos, fue la prueba de un misil bal¨ªstico ?¡ªPyongyang dice que se trat¨® simplemente del lanzamiento de un sat¨¦lite¡ª, y haber ejecutado un ensayo at¨®mico en febrero pasado. Tambi¨¦n ha mostrado su ira por las maniobras militares conjuntas que han realizado Corea del Sur y Estados Unidos en la pen¨ªnsula coreana.
En respuesta, ha desatado un torrente de amenazas y ret¨®rica b¨¦lica ¨Cincluida la intenci¨®n de llevar a cabo ataques nucleares preventivos contra Corea del Sur y Estados Unidos-, ha declarado roto el armisticio que puso fin a la guerra de Corea, ha reactivado la central nuclear de Yongbyon -coraz¨®n de su programa de armas at¨®micas- y ha retirado a sus 53.000 trabajadores del complejo industrial de Kaesong, en el Norte, que opera conjuntamente con empresas de Corea del Sur.
Washington asegura que Kenneth Bae entr¨® en Corea del Norte con un visado v¨¢lido, y que podr¨ªa estar siendo utilizado como moneda de ¡°regateo pol¨ªtico¡± en la crisis. Fue visitado el viernes pasado por miembros de la embajada sueca en Pyongyang, que proporciona los servicios consulares de Estados Unidos, ya que Washington no tiene relaciones diplom¨¢ticas con el Norte.
El juicio a Bae reproduce una situaci¨®n similar ocurrida en 2009, cuando ambos pa¨ªses estaban tambi¨¦n bloqueados en la confrontaci¨®n por el lanzamiento norcoreano de un cohete de largo alcance y la realizaci¨®n de una prueba nuclear subterr¨¢nea. El Norte sentenci¨® a dos periodistas estadounidenses -Laura Ling y Euna Lee- a 12 a?os de trabajos forzados por entrar ilegalmente en el pa¨ªs y actos hostiles sin especificar. Su liberaci¨®n, gracias al viaje que efectu¨® a Pyongyang el expresidente Bill Clinton, allan¨® el camino a negociaciones diplom¨¢ticas. La visita de Clinton fue tratada por el entonces l¨ªder del Norte, Kim Jong-il, como un golpe maestro. Kim Jong-un parece estar emulando a su padre y maestro.
Bae es al menos el sexto norteamericano detenido en el Norte desde 2009. Los otros fueron deportados o liberados. En 2010, el expresidente Jimmy Carter negoci¨® la liberaci¨®n de Aijalon Mahli Gomes, condenado a ocho a?os de trabajos forzados por entrar ilegalmente desde China, y, en 2011, una delegaci¨®n liderada por Robert King -enviado especial estadounidense para derechos humanos y cuestiones humanitarias- logr¨® que fuera soltado Eddie Jun Yong-su, un empresario californiano que hab¨ªa sido detenido por supuestas actividades misioneras.
El conflicto de Corea (1950-1953) termin¨® con un alto el fuego que nunca se convirti¨® en tratado de paz definitivo, y los expertos creen que Pyongyang ha incrementado la tensi¨®n en los ¨²ltimos meses para lograr una posici¨®n ventajosa en unas futuras negociaciones, destinadas a normalizar las relaciones con Estados Unidos y conseguir ayuda econ¨®mica, y, al mismo tiempo, bru?ir la imagen de Kim Jong-un ante su pueblo. Tambi¨¦n busca la firma de un tratado de paz y el fin de las sanciones de la ONU.
Washington ha advertido que cualquier negociaci¨®n diplom¨¢tica pasa por que d¨¦ pasos ¡°significativos¡± hacia la desnuclearizaci¨®n. Algo que no ser¨¢ f¨¢cil. El Norte ha repetido numerosas veces que no abandonar¨¢ su programa de armas at¨®micas, que ha calificado de ¡°valioso¡± garante de su seguridad, y quiere ser reconocido como potencia nuclear. El presidente estadounidense, Barack Obama, tiene previsto reunirse con su hom¨®loga surcoreana, Park Geun-hye, el martes que viene en Washington.
¡°Corea del Norte est¨¢ inmersa en un juego de regateo pol¨ªtico coactivo con la comunidad internacional porque est¨¢ descontenta con la situaci¨®n actual. Ha demostrado que utilizar¨¢ cualquier cosa que sienta que puede hacer avanzar su agenda y sus objetivos pol¨ªticos¡±, afirma Pinkston.
Richard Bush, director del Centro de Estudios sobre Asia Nororiental en Brookings Institution, un centro de pensamiento con sede en Washington, coincide. ¡°Corea del Norte tiene una larga tradici¨®n de toma de rehenes. Este es solo uno de los casos m¨¢s recientes. Utiliza estos rehenes como herramienta de regateo pol¨ªtico, y para conseguir un rescate¡±.
Y a?ade: ¡°Si Bae estaba de verdad haciendo un trabajo de apostolado ¨Cno conozco los hechos-, deber¨ªa haber sabido que estaba corriendo un gran riesgo e ignorando los avisos de viaje en vigor desde hace mucho tiempo. La sentencia es severa, pero algo particular sobre el ¡®sistema judicial¡¯ en Corea del Norte es que las condenas pueden ser dejadas de lado tan r¨¢pido como se imponen. Este sigue siendo un caso c¨ªnicamente pol¨ªtico¡±.
La pena dictada contra Kenneth Bae es mayor que otras en el pasado, lo que podr¨ªa revelar la urgencia de Pyongyang en presionar a Washington. ¡°Ahora tendremos que observar y ver si se emprende alguna acci¨®n para lograr su perd¨®n y su liberaci¨®n¡±, a?ade Pinkston. ¡°Ya hay especulaciones de que el expresidente Jimmy Carter est¨¢ solicitando una visita para conseguir su puesta en libertad¡±.
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