¡°Alemania impone sus recetas con una plantilla moral¡±
El soci¨®logo alem¨¢n cree que la canciller Merkel parece incapaz de ver las consecuencias laterales de su pol¨ªtica
Ulrich Beck ha ocupado dos c¨¢tedras de sociolog¨ªa, una en Par¨ªs y la otra en M¨²nich. Tambi¨¦n es profesor en la London School of Economics. Sus saltos entre las tres capitales le ofrecen una buena perspectiva sobre la Uni¨®n. Naci¨® en 1944, justo un a?o antes de la capitulaci¨®n de la Alemania de Hitler. Su biograf¨ªa es paralela al proceso de integraci¨®n de Europa, que ve peligrar por sus d¨¦ficits democr¨¢ticos y tambi¨¦n por la mala relaci¨®n entre los vecinos a ambas orillas del Rin.
Pregunta. ?Hasta qu¨¦ punto es importante el eje franco-alem¨¢n?
Respuesta. La buena relaci¨®n entre Alemania y Francia es crucial para ambos pa¨ªses y tambi¨¦n para Europa. Por eso tambi¨¦n es extraordinariamente importante que Angela Merkel y Fran?ois Hollande se entiendan bien. La canciller Merkel, en estrecha colaboraci¨®n con el anterior presiente de Francia, Nicolas Sarkozy, recet¨® una medicina amarga a toda Europa, la de la austeridad. As¨ª surgi¨® esta Europa alemana. Es una situaci¨®n opaca, en la que Merkel y Alemania no asumen verdadera responsabilidad para Europa. El bien de Europa no centra las preocupaciones pol¨ªticas del Gobierno. En la forma, las instituciones europeas comunes siguen siendo las competentes y Merkel no se ve a s¨ª misma como figura hegem¨®nica. Pero informalmente s¨ª lo es.
P. ?Hegemon¨ªa accidental?
R. Alemania impone sus recetas con una plantilla no solo econ¨®mica, tambi¨¦n moral. Ahora tiene todas las llaves pol¨ªticas, aunque formalmente pervivan las instituciones europeas. La fachada de esta construcci¨®n se ha mantenido mientras Francia apoy¨® la pol¨ªtica alemana. Sarkozy asum¨ªa los puntos esenciales de las propuestas alemanas. Incluso los defend¨ªa en la campa?a de las elecciones que perdi¨®. Con Hollande, la situaci¨®n es distinta.
P. Pero en Alemania no se percibe la oposici¨®n.
R. Hollande prometi¨® en su campa?a romper la espiral de austeridad y hacer que los m¨¢s ricos asuman m¨¢s responsabilidades en la crisis francesa. Ambos proyectos han fracasado, al menos de momento. La presi¨®n sobre Hollande los neutraliza ante Alemania, que se ha quedado sola en el liderazgo europeo. Esto es una novedad.
P. Cuando Francia era el motor de la integraci¨®n europea, ?era m¨¢s generosa?
R. Tras la II Guerra Mundial, Francia impuls¨® una integraci¨®n europea en la que desempe?ar¨ªa el papel principal. Era una potencia militar victoriosa, con una visi¨®n de armon¨ªa social y una vocaci¨®n de progreso que contaba con la energ¨ªa at¨®mica como museo vivo de la civilizaci¨®n futura. Estos tres pilares, que se desmoronan hoy. La relaci¨®n con Alemania se est¨¢ viendo salpicada por la inseguridad consiguiente.
P. Hay una contradicci¨®n entre la nostalgia por Holmut Kohl, como l¨ªder alem¨¢n generoso, extendida fuera de Alemania, y la percepci¨®n dentro, donde parece alguien de una ¨¦poca totalmente distinta.
R. Para Kohl, Europa era una prioridad dentro de la pol¨ªtica alemana. La Ley Fundamental alemana dedicaba un art¨ªculo al objetivo de la Reunificaci¨®n. Cuando se convirti¨® en superfluo, el proyecto europeo asumi¨® su lugar [a partir de 1992]. Pero lo hizo solo en el texto constitucional, porque integraci¨®n de Europa tiene hoy un papel pol¨ªtico secundario, relegado por la defensa de la econom¨ªa o, directamente, del dinero alemanes.
P. ?Hay explicaciones culturales?
R. Se dir¨ªa que Merkel est¨¢ empe?ada en confirmar las teor¨ªas de Max Weber sobre la ¨¦tica protestante como acicate del esp¨ªritu capitalista. Mart¨ªn Lutero se morir¨ªa de risa viendo c¨®mo su tesis de que hay que sufrir para tener una vida mejor se ha convertido en el fundamento de la pol¨ªtica europea. Siempre bajo el manto de la racionalidad econ¨®mica.
P. ?Pero es ideolog¨ªa?
R. La crisis actual no tiene una soluci¨®n econ¨®mica. Si nos empe?amos en pensar as¨ª, no saldremos de esta. El nacionalismo econ¨®mico se est¨¢ tornando en contra de los ciudadanos. Alemania nota la crisis por el hundimiento de los mercados europeos. Los problemas de la precariedad laboral, cada vez mayores, van a agravarse cuando nos impacte de lleno la crisis.
P. ?En Berl¨ªn cierran los ojos?
R. Tengo la sensaci¨®n de que esto est¨¢ cambiando y de que las cr¨ªticas empiezan a calar, tambi¨¦n en los medios alemanes. Pero hasta ahora es cierto, estamos ante una pol¨ªtica evang¨¦lica, fundamentalista, de revelaci¨®n. Como persona formada en la ciencias naturales, Merkel parece incapaz de ver las consecuencias laterales de su pol¨ªtica. S¨®lo cuenta la meta. Pero parece que ignora que el proceso est¨¢ destruyendo las condiciones de la posibilidad de esta meta.
P. Cuando el ministro de Hacienda, Wolfgang Sch?uble, habla de la parte humana de la econom¨ªa, se refiere a la ¡°confianza de los mercados¡±.
R. Confianza, moral, nunca falta eso. Ese es el modelo, pero la realidad es otra, la de las consecuencias. Personifican los mercados como sujetos terap¨¦uticos a los que hay que mimar para que no se nos pongan nerviosos o hist¨¦ricos. A los mercados les sobran los zalameros. Pero esto son brujer¨ªas ret¨®ricas para presentar ante los legos un modelo financiero intrincado y opaco. La confianza de ¡°los mercados¡± prima sobre la confianza de las personas.
P. El euroescepticismo en Alemania crece solo moderadamente. Muchos alemanes creen que Merkel y los rescates ayudan de veras a sus socios.
R. Y lo que m¨¢s sorprende es que la oposici¨®n no pinche de una vez esa pompa de jab¨®n. El problema es que las elecciones se ganan s¨®lo en casa. Merkel programa su pol¨ªtica europea fij¨¢ndose como prioridad la pol¨ªtica interior y los intereses alemanes.
P. La oposici¨®n socialdem¨®crata tambi¨¦n est¨¢ de acuerdo con Merkel respecto a Francia. Todos insisten en que Hollande aplique reformas.
R. Hay un consenso en que el ¨¦xito alem¨¢n de hoy se debe a los recortes del canciller socialdem¨®crata Schr?der. Este es el n¨²cleo. Creen que funcion¨® en Alemania y que tiene que ser bueno para todo el mundo, tambi¨¦n para Francia.
P. ?Econom¨ªa de vocaci¨®n universalista?
R. As¨ª es. Es una tendencia general alemana, en filosof¨ªa y en todo. No nos damos cuenta de que nuestro universalismo es casero. A los alemanes les cuesta relativizar.
P. Un mirarse el ombligo universalista.
R. S¨ª, pero con consecuencias para todos, porque se formula como puro racionalismo.
P. Este fin de semana estar¨¢ en Par¨ªs. ?C¨®mo ve las relaciones en la calle?
R. La vieja imagen del archienemigo hereditario se ha desvanecido. Pero en nuestro di¨¢logo no salimos de las frases solemnes. Nos hemos acercado mucho, pero seguimos siendo extra?os. Dir¨ªa que, en esta fase, los malentendidos son buenos porque ya ser¨¢ imposible evitarse mutuamente. As¨ª que los problemas nos permiten notar que no nos entendemos y nos obligar¨¢n a buscar nuevas salidas. El proyecto de Europa ha sido siempre cosa de ¨¦lites. La gente com¨²n, se cre¨ªa, saltar¨¢ de contenta por los buenos resultados. Pero esto se ha hundido con la crisis y nos arriesgamos a una Europa sin europeos. La crisis lo revela con mayor crudeza de lo que yo pensaba: en Europa no hemos aprendido a vernos a trav¨¦s de los dem¨¢s.
P. Cada vez que hay un esc¨¢ndalo en Espa?a, muchos me preguntan all¨ª ¡°qu¨¦ piensan de esto los alemanes¡±.
R. Seguramente eso es otra expresi¨®n de la hegemon¨ªa alemana. As¨ª y todo, hay esperanza de cambio despu¨¦s de las elecciones. No creo que Merkel vaya a querer pasar a la historia como la canciller que destruy¨® el euro.
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