El juicio a la banda neonazi alemana deja en evidencia la actuaci¨®n policial
El juez aplaza la vista contra la ¨²nica superviviente del grupo que asesin¨® a 10 personas
El juicio a la neonazi Beate Zsch?pe y a cuatro presuntos colaboradores de su banda terrorista ha quedado aplazado este lunes hasta el d¨ªa 14, despu¨¦s de que la defensa pidiera la recusaci¨®n del juez en la primera vista oral. Los abogados ven indicios de parcialidad en las medidas de seguridad del juez de la Audiencia territorial de M¨²nich, Manfred G?tzl. ?ste orden¨® registrar y cachear a los letrados de Zsch?pe antes de que entraran al juzgado, pero no hizo lo mismo con los fiscales ni con los polic¨ªas. Adem¨¢s, la defensa de Ralf Wohlleben, supuesto colaborador de la banda neonazi, pidieron la recusaci¨®n de G?tzl alegando que el juez le deneg¨® un tercer abogado de oficio para su defensa.
Wohlleben es un destacado neonazi del land oriental de Turingia y antiguo funcionario del partido ultra alem¨¢n NPD. Los fiscales creen que ayud¨® al grupo a conseguir algunas de sus armas. Zsch?pe, que tiene 38 a?os, est¨¢ acusada de haber conformado una banda terrorista neonazi junto a Uwe Mundlos y Uwe B?rhnhardt, que entre 2000 y 2007 asesinaron a ocho personas de ascendencia turca, a un griego y a una agente de la polic¨ªa. Zsch?pe es la ¨²nica superviviente del tr¨ªo.
Las im¨¢genes televisadas mostraron una mujer sonriente y aparentemente tranquila. Compareci¨® ante el juez de M¨²nich con un traje negro de chaqueta y pantal¨®n, estilo ejecutivo. No iba esposada. Daba la espalda a los fot¨®grafos, que la requer¨ªan en busca de una buena imagen: "?frau Zsch?pe!". Ella los ignor¨®. Sus abogados ya han anunciado que no abrir¨¢ la boca durante todo el juicio.
Minutos despu¨¦s de que entrara en la sala, la defensa present¨® el recurso contra el juez, que interrumpi¨® la vista por media hora. La solicitud de recusaci¨®n lo acusa de dudar si los letrados "participan en actividades prohibidas o criminales". Ya se hab¨ªan pronunciado de manera similar antes de que empezara el juicio. Cuando G?tzl reanud¨® la vista, un abogado del neonazi Wohlleben present¨® su propio recurso. Ante la decisi¨®n de retrasar el juicio una semana m¨¢s, la acusaci¨®n particular atribuy¨® a la defensa intenciones de entorpecer el proceso que debe esclarecer "los peores cr¨ªmenes cometidos en Alemania desde que termin¨® la II Guerra Mundial". Los abogados lo niegan, pero ya es indudable que la demora ser¨¢ parte de su t¨¢ctica defensiva.
El juicio a la neonazi est¨¢ atrayendo una enorme expectaci¨®n en Alemania, donde la revelaci¨®n de la existencia de la banda caus¨® estupor en 2011. Los dos Uwes fueron hallados muertos en la rulot que usaban para perpetrar sus cr¨ªmenes por toda Alemania. Acababan de atracar un banco en el este del pa¨ªs y la polic¨ªa les estaba siguiendo la pista. La investigaci¨®n apunta que se suicidaron. Adem¨¢s de los nueve asesinatos a sangre fr¨ªa de peque?os empresarios de ascendencia extranjera y de la agente de polic¨ªa, el grupo cometi¨® dos atentados con bomba y 14 atracos.
Vivieron 13 a?os en la clandestinidad, de los que dedicaron seis a tirotear extranjeros a quemarropa, muchas veces en la cara y siempre con la misma pistola. Grabaron algunos de los asesinatos y confeccionaron un truculento v¨ªdeo propagand¨ªstico que no llegaron a distribuir hasta la muerte de los dos hombres. Zsch?pe revent¨® entonces el ¨¢tico que compart¨ªan en Zwickau y se entreg¨® a la polic¨ªa. Este lunes en M¨²nich, algunos abogados de la defensa dijeron percibir "satisfacci¨®n" en la expresi¨®n de la neonazi.
Las inmediaciones de la Audiencia estaban abarrotadas de polic¨ªas y curiosos, adem¨¢s de manifestantes que protestaban por la impunidad con la que actuaron los terroristas durante m¨¢s de una d¨¦cada. Se registraron algunos rifirrafes leves entre los manifestantes y los polic¨ªas. Tambi¨¦n hab¨ªa tensi¨®n en la entrada de los periodistas a la sala, porque las 50 plazas disponibles se repartieron por sorteo, de tal modo que numerosos grandes diarios no pudieron asistir al juicio.
Se acusa a Zsch?pe de complicidad en los 10 asesinatos y de haber preparado los explosivos que, en 2004, aterrorizaron el barrio inmigrante de Colonia-M¨¹lheim. Los artefactos, muy cargados de metralla, hirieron a 22 personas. El entonces ministro federal de Interior, el socialdem¨®crata Otto Schily (SPD), se apresur¨® a descartar que se tratara de un ataque terrorista.
Entre 2000 y 2007, ni la polic¨ªa, ni los servicios secretos, ni la prensa de Alemania dieron con la pista neonazi. Las autoridades insistieron durante una d¨¦cada larga en que se trataba de cr¨ªmenes mafiosos. Los familiares de las v¨ªctimas han denunciado que fueron tratados como sospechosos durante todo ese tiempo. La prensa sensacionalista alemana hablaba de "los asesinatos del d?ner", porque la mayor¨ªa de las v¨ªctimas eran peque?os empresarios y algunos regentaban establecimientos de esta comida r¨¢pida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.