Dos asesinatos recuerdan a M¨¦xico que Chihuahua es a¨²n un dolor de cabeza

El asesinato durante la madrugada del s¨¢bado en Chihuahua, estado fronterizo al norte de M¨¦xico, de los dos hijos de los periodistas Martha Gonz¨¢lez Nicholson y David P¨¢ramo ha vuelto a poner sobre la mesa la cuesti¨®n de la violencia en esa zona de la Rep¨²blica mexicana. ¡°Cuando el Gobernador, C¨¦sar Duarte, opina que la violencia se termin¨® son buenos deseos, y se lo agradecemos, pero nada m¨¢s. La violencia no ha cesado, solo se movi¨® de territorio¡±, asegura Gustavo de la Rosa, abogado experto en Derechos Humanos, quien reconoce que ahora ¡°ya no hay picos de muertes tan elevados¡± en municipios como Ciudad Ju¨¢rez.

Seg¨²n los datos del Sistema Nacional de Seguridad publicados por la fiscal¨ªa estatal, en los primeros tres meses del a?o se registraron un total de 427 homicidios dolosos en Chihuahua, lo que supone una disminuci¨®n del 62% con respecto a 2011. Sin embargo, si bien la mayor¨ªa de los municipios refleja una disminuci¨®n de los asesinatos, la zona sur sufre un repunte en relaci¨®n con el mismo periodo de 2012, con 114 muertos frente a los 102 de hace un a?o. Este aumento contrasta enormemente con la tendencia a la baja registrada en la zona norte, donde se encuentra Ciudad Ju¨¢rez. All¨ª los homicidios pasaron de 327 en el primer trimestre de 2012 a 117 este a?o. ¡°La situaci¨®n en Ju¨¢rez mejor¨® porque el cartel de Chihuahua se desplaz¨® al sur. Ahora dos tercios de la plaza est¨¢n controlados por la banda de Sinaloa y la situaci¨®n se ha estabilizado¡±, explica De la Rosa. En este sentido, Sandra Rodr¨ªguez, periodista de investigaci¨®n en El Diario de Ju¨¢rez entre 2003 y 2012 y autora de La F¨¢brica del Crimen?cree que la disminuci¨®n de la violencia ¡°se debi¨® m¨¢s a un arreglo entre grupos, incluyendo polic¨ªas y Ej¨¦rcito, que a la intervenci¨®n de las autoridades¡±, pero alerta que el resto del Estado ¡°no ha experimentado un proceso de pacificaci¨®n¡± similar al de la ciudad fronteriza.

Pese al descenso en el n¨²mero de muertes violentas Chihuahua es la tercera entidad del pa¨ªs con m¨¢s homicidios, seg¨²n el informe ¡®Evoluci¨®n de la violencia. Reporte Trimestre 2013¡ä, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), solo por detr¨¢s de Guerrero y el Estado de M¨¦xico. El director de Seguridad del organismo, Alejandro Hope, se?ala que las cifras siguen siendo muy altas: ¡°Venimos de haber sufrido alrededor de 6.000 homicidios en 2010, y se estima que en 2012 fueron unos 2.500, as¨ª que se han reducido, pero a¨²n as¨ª, este ¨²ltimo dato ser¨ªa equivalente al n¨²mero de muertes violentas registradas en Francia, Reino Unido y Espa?a juntos; y Chihuahua tiene alrededor de cuatro millones de habitantes¡±. Hope reconoce que la mejor¨ªa se concentr¨® donde hab¨ªa m¨¢s problemas, en las grandes ciudades, pero las zonas rurales pegadas a Durango y Sinaloa siguen siendo las m¨¢s peligrosas¡±. Localidades como Camargo, Delicias, Meoqui, Saucillo o Cuauht¨¦moc est¨¢n en el foco. En esta ¨²ltima en marzo, dos estudiantes universitarias fueron halladas sin vida y semidesnudas al d¨ªa siguiente de haber desaparecido.

Aunque sigue siendo un problema ignorado, si bien los feminicidios en Ciudad Ju¨¢rez han disminuido a la par que el total de muertes en la zona norte ¨Cocho de enero a marzo-, la situaci¨®n ofrece caracter¨ªsticas muy diferentes cuando uno mira hacia el sur. La directora del Instituto Chihuahuense de la Mujer, Emma Salda?a, califica de ¡°preocupante¡± las condiciones en las que viven las mujeres en la Sierra Tarahumara. La responsable del centro explica que la violencia de las ciudades no tiene nada que ver con la que se da en el contexto de las poblaciones ind¨ªgenas, donde muchas veces, la violencia intrafamiliar forma parte del d¨ªa a d¨ªa. ¡°Era normal que las encontr¨¢ramos con la cara cortada por un hacha. El problema es que al llevar a estas mujeres al albergue de Chihuahua, en un entorno absolutamente diferente al suyo, se encontraban con problemas de adaptaci¨®n pues ni sab¨ªan espa?ol, ni c¨®mo usar los ba?os¡±. Por este motivo el instituto ha abierto un refugio en la sierra. ¡°Tenemos un programa para capacitar a mujeres ind¨ªgenas y ellas son las encargadas de dar la informaci¨®n a sus propios municipios¡±.

Alejandro Hope opina que parte de los enfrentamientos en el sur ya no puede ser atribuido a los grandes carteles, sino a grupos m¨¢s peque?os. ¡°El problema es que en este Estado la violencia se ha normalizado. La sierra de Chihuahua ha sido escenario desde hace d¨¦cadas de cultivos il¨ªcitos de amapolas y marihuana, lo que convierte a esta zona en territorio de conflicto, que puede que se haya acrecentado en los ¨²ltimos tiempos¡±.

¡°Pasamos de una guerra de alta intensidad a una guerra de baja intensidad¡±, se?ala el abogado De la Rosa, quien se muestra preocupado porque las autoridades no est¨¦n mirando hacia los m¨¢s j¨®venes. Al no ser ahora la situaci¨®n de las bandas tan peligrosa como hace unos a?os, las autoridades no son conscientes de que tan solo en Ju¨¢rez hay ¡°20.000 j¨®venes reclutables para la guerra¡±, una cifra que en todo el Estado se ampl¨ªa a 40.000. ¡°En Ju¨¢rez sabemos d¨®nde viven, podr¨ªamos identificarlos por nombre y el ¨²nico proyecto que tiene como objetivo evitar que acaben en las bandas es un programa que impulsa la mesa de seguridad con recursos propios. El Gobierno no lo financia porque los programas de intervenci¨®n social tienen que dar votos, y estos j¨®venes, de entre 12 y 16 a?os, no votan, as¨ª que no interesa¡±.

Por su parte, el Gobierno se defiende. ¡°Nadie lanza las campanas al vuelo. La violencia no ha terminado¡±, asegura Carlos Gonz¨¢lez, portavoz de la fiscal¨ªa estatal. ¡°Pero hay mayor colaboraci¨®n entre corporaciones, profesionalizaci¨®n de los cuerpos de seguridad, y m¨¢s implicaci¨®n ciudadana a trav¨¦s de las denuncias¡±. Algo diferente a lo expresado por el Gobernador al presentar su segundo informe de Gobierno, quien, seg¨²n lo recogido en el diario La Jornada el 1 de octubre de 2012 se?alaba: ¡°Chihuahua logr¨® superar la crisis de seguridad y reducir en 51% los delitos de alto impacto. No lo digo yo, lo dice el Sistema Nacional de Seguridad¡¯¡±.