Los talibanes amenazan a los que acudan a votar en las elecciones de Pakist¨¢n
¡°La democracia es cosa de infieles¡±, dice los islamistas radicales Nawaz Sharif, de la Liga Musulmana, se perfila como el vencedor en los comicios
Una bicicleta, una vaca, una botella, una cabra, un libro... incluso una cama y un saxo. La lista es tan larga como numerosos los partidos pol¨ªticos que hoy se presentan a las elecciones en Pakist¨¢n. Cada uno ha elegido un s¨ªmbolo con el que hacerse reconocible ante un electorado en parte analfabeto. Aunque la clave para saber qui¨¦n va a gobernar est¨¦ en los resultados del bate de cr¨ªquet (PTI), el tigre (PML) y la flecha (PPP), la exuberancia de partidos refleja la diversidad y divisi¨®n del pa¨ªs. Resulta muy arriesgado hacer apuestas, m¨¢s cuando los talibanes ¡°aconsejaron¡± ayer que no se vaya a votar. Un portavoz talib¨¢n reiter¨® que ¡°la democracia es cosa de infieles¡± y pidi¨® a los paquistan¨ªes que ¡°no arriesguen su vida acudiendo a los colegios electorales¡±, seg¨²n France Presse.
Nusrat Javeed, un comentarista televisivo, se muestra convencido de que ganar¨¢ el PML. Incluso se aventura a dar datos de esca?os, tras establecer combinaciones y alianzas s¨®lo aptas para iniciados. La realidad es que en Pakist¨¢n no hay sondeos de opini¨®n fiables y eso es, como recuerda el columnista Ayaz Amir, lo que hace interesante estas elecciones.
¡°Cada experto o tertuliano se convierte ¨¦l mismo en un sondeo (¡), pero es m¨¢s un arte que una ciencia, como siempre [pasa] con nosotros, la fe y la esperanza triunfan sobre cualquier intento de an¨¢lisis racional¡±, escrib¨ªa ayer en The News.
Por eso es posible la sorpresa en este pa¨ªs de 193 millones de habitantes, una decena de idiomas, casi igual n¨²mero de grupos ¨¦tnicos, y cuya aplastante mayor¨ªa musulmana sigue tal abanico de ramas y escuelas religiosas que resulta dif¨ªcilmente homog¨¦nea. Sin embargo, en los m¨ªtines de cierre de campa?a, el jueves por la noche, todos los dirigentes de los principales partidos se mostraron convencidos de obtener la mayor¨ªa suficiente para gobernar.
¡°El 11 de mayo, inshallah [si Dios quiere], la Liga Musulmana formar¨¢ Gobierno. Ya no queda mucho¡±, asegur¨® a sus simpatizantes Nawaz Sharif, cuyo partido ha elegido como s¨ªmbolo al tigre y se perfila en cabeza. El veterano pol¨ªtico, que aspira a un tercer mandato como primer ministro, tambi¨¦n subray¨® que su pa¨ªs ¡°no puede permitirse un nuevo experimento¡±, una pulla a sus dos rivales.
Sharif se ha presentado durante la campa?a como un pragm¨¢tico que va a sacar al pa¨ªs del vag¨®n de cola del desarrollo con grandes infraestructuras, entre ellas un tren de alta velocidad de una punta a otra del pa¨ªs. Sin embargo, ha guardado silencio en asuntos clave como el islamismo violento o el papel de los militares. S¨®lo en una entrevista con la agencia Reuters dio a entender que Pakist¨¢n deber¨ªa reconsiderar su apoyo a la guerra de EE UU contra los extremistas isl¨¢micos y sugiri¨® que era partidario de negociar con los talibanes, ideas ambas que sin duda preocupan en Washington.
Similares propuestas, pero planteadas de forma clara, ha hecho Imran Khan, el popular exjugador de cr¨ªquet y fundador del Movimiento por la Justicia (PTI, en sus siglas en urdu). De ah¨ª que sus oponentes le hayan apodado ¡°Taliban Khan¡±. No obstante, ese discurso populista, con un toque de antiamericanismo y su estilo moderno le han granjeado una gran audiencia entre los j¨®venes, que pone en peligro el bipartidismo PML-PPP.
Sin embargo, a diferencia de la publicidad electoral, en la que el bate que representa a su partido ayuda a esquivar las adversidades a los ciudadanos que encuentra en su camino, a Khan no le evit¨® una aparatosa ca¨ªda el martes durante un mitin, que le ha dejado maltrecho en un hospital de Lahore. Desde all¨ª se dirigi¨® por videoconferencia a sus seguidores en Islamabad, donde planeaba cerrar la campa?a, para pedirles que voten por el cambio que promueve.
Tambi¨¦n us¨® la videoconferencia el joven e inexperto Bilawal Bhutto-Zardari, cuyo temor a sufrir un atentado como el que acab¨® con la vida de su madre Benazir Bhutto en 2007 le ha mantenido alejado de los actos electorales. De hecho su formaci¨®n, el Partido Popular de Pakist¨¢n (PPP), representado por una flecha, ha hecho la campa?a sin l¨ªder. A eso se une que el PPP, junto a sus socios de coalici¨®n el ANP y el MQM, ha sido uno de los principales objetivos de la yihad lanzada por los talibanes contra los comicios, lo que ha limitado su contacto con los electores.
Aunque han sido los peor parados, los atentados talibanes no se han limitado a los partidos liberales. En mayor o menor medida, todos los grupos, incluso los religiosos que no esconden ciertas simpat¨ªas con su ideolog¨ªa, han recibido el zarpazo de los intolerantes. Sus bombas han dejado un centenar de muertos y medio millar de heridos en un mes.
¡°La tragedia de este pa¨ªs es que los que llegan al poder, enseguida se olvidan de la gente¡±, conf¨ªa por su parte Tahir Khan, un columnista de The Express Tribune.
Como es habitual, el Ej¨¦rcito va a estar observando. ¡°La salvaci¨®n est¨¢ en transformar el Gobierno en una verdadera plataforma de representaci¨®n p¨²blica. Otra cosa significar¨ªa continuar saqueando la riqueza nacional¡±, ha advertido el jefe del Estado Mayor, el general Ashaq Pervez Kayani.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.