El Gobierno b¨²lgaro que cay¨® por las protestas resucita en las urnas
Los primeros resultados oficiales dan la victoria al populista Boiko Borisov, seguido de cerca por el Partido Socialista


La soleada y g¨¦lida ma?ana del 24 de febrero, las calles de Sof¨ªa se llenaron de miles de manifestantes que clamaban contra la corrupci¨®n, contra los desacreditados pol¨ªticos, contra la miseria en el pa¨ªs m¨¢s pobre de la UE. En los enormes altavoces colocados en la plaza frente al Parlamento una de las canciones que sonaba era Wind of change (Vientos de cambio), la pegajosa balada de Scorpions. Hac¨ªa solo cuatro d¨ªas que la fuerza de las protestas hab¨ªa obligado a dimitir en bloque al Gobierno del populista de derechas Boiko Borisov y hab¨ªa una sensaci¨®n de ebullici¨®n social.
Sin embargo, dos meses y medio despu¨¦s, los resultados oficiales dan la victoria al mismo Borisov y a las mismas recetas por las que cay¨® su Gobierno: disciplina fiscal y creaci¨®n de infraestructuras, sufragadas en buena medida por fondos de la UE. Con el 96% de los votos escrutados, el antiguo guardaespaldas y karateca obtiene alrededor del 31% de los sufragios, insuficientes para gobernar solo. El escenario que se perfila es incierto y se prev¨¦ muy dif¨ªcil alcanzar pactos.
Los socialistas le siguen de cerca con cerca del 27% de los votos. El ultranacionalista Ataka parece uno de los que puede sacar alguna ventaja del descontento ciudadano, un partido que algunos consideran de extrema derecha ¡ªbeligerante con Europa, racista con la minor¨ªa turca y con los gitanos, con cierto acento antisistema¡ª. Los resultados le dan el 7,4%, con lo que entrar¨ªa en el Parlamento con holgura, algo menos que el partido de la minor¨ªa turca DPS, un 10,5%.
Las denuncias de fraude y de compra de votos han dominado la jornada electoral, del mismo modo que un esc¨¢ndalo de escuchas que salpicaba al partido de Borisov acapar¨® la atenci¨®n de la campa?a, en la que apenas hubo alguna idea nueva o amago de responder al hartazgo ciudadano por los bajos salarios ¡ªel sueldo medio son 400 euros¡ª y la corrupci¨®n generalizada. Una legi¨®n de observadores internacionales han supervisado los comicios parlamentarios, donde ya se han detectado posibles fraudes: el s¨¢bado, en la jornada de reflexi¨®n, la polic¨ªa requis¨® 350.000 papeletas falsas en una imprenta. La posibilidad de compra de votos era elevada y cinco partidos ¡ªexcepto el de Borisov, GERB (Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria)¡ª encargaron un recuento paralelo a una consultora austriaca.
Adem¨¢s, en la calle esta noche hay tensi¨®n: como informa Efe, cientos de personas se concentraron en el centro de Sof¨ªa para protestar contra la "reedici¨®n del antiguo parlamento" y unas 300 se han concentrado ante el palacio de Cultura de la capital, donde se espera que den ruedas de prensa los representantes de los partidos. La polic¨ªa ha evitado que varios de ellos penetraran en el edificio, mientras el resto gritaba "criminales" y "mafiosos". El desapego hacia los pol¨ªticos y el hast¨ªo por la corrupci¨®n se han notado en la baja participaci¨®n, del 53%, la m¨ªnima en unas parlamentarias desde la ca¨ªda del comunismo.
Tampoco la adhesi¨®n a la UE ha cubierto las expectativas. Seis a?os despu¨¦s, los b¨²lgaros no ven en la realidad ni rastro de las enormes ilusiones que ten¨ªan depositadas en el ingreso en cuanto a mejora de las condiciones de vida y de la calidad democr¨¢tica del pa¨ªs. Lo que s¨ª ven es que todav¨ªa no forman parte del espacio Schengen, igual que sus vecinos rumanos, debido a la desconfianza del resto de Europa hacia estos dos pa¨ªses. La falta de expectativas ha empujado a unos dos millones de b¨²lgaros, de una poblaci¨®n de 7,3 millones, a emigrar.
De confirmarse con resultados, la maniobra de Borisov de dimitir cuando estallaron las manifestaciones para no desacreditarse m¨¢s y ganar tiempo, habr¨ªa funcionado. En estos dos meses y medio, siete hombres se han prendido fuego y han muerto en un gesto desesperado de protesta. Las manifestaciones han ido desapareciendo y no ha habido tiempo o capacidad de traducir ese impulso de transformaci¨®n a las urnas, que parecen consolidar la opci¨®n m¨¢s conservadora. Sin embargo, hay algo m¨¢s que no ha cambiado: el descontento de los b¨²lgaros y las condiciones que lo hicieron estallar.
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