Teher¨¢n descarta a dos candidatos cr¨ªticos en las presidenciales

El Consejo de Guardianes de Ir¨¢n ha descartado a Ali Akbar Hachemi Rafsanyani y a Esfandiar Rahim Mashaei como candidatos a las elecciones presidenciales del pr¨®ximo 14 de junio, seg¨²n anunciaron diversas agencias iran¨ªes citando un comunicado del Ministerio del Interior.

Ninguna sorpresa. La lista de ocho personas incluye al jefe negociador nuclear, Said Yalili; al alcalde de Teher¨¢n, Mohamed Qalibaf; al expresidente del Parlamento Gholam-Ali Haddad-Adel; al exministro de Exteriores Ali Akbar Velayati, y otros cuatro candidatos de relleno. Todos ellos figuras conservadoras de probada lealtad al l¨ªder supremo, Ali Jamene¨ª, y al sistema de velayat-e-faqih que justifica la capacidad de veto de la m¨¢xima autoridad sobre las instituciones elegidas. Qalibaf, Velayati y Haddad-Adel, agrupados bajo la Coalici¨®n Principalista de los Tres, han dicho que se retirar¨ªan de la campa?a si el Consejo aprobaba la candidatura de Yalili.

De momento, la preselecci¨®n es esencial para asegurarse de que las pr¨®ximas elecciones no se salen del gui¨®n establecido y evitan cualquier riesgo de que las voces discrepantes puedan hacerse o¨ªr siquiera durante la campa?a. La experiencia de 2009, cuando los iran¨ªes se lanzaron a la calle para denunciar lo que consideraron un fraude electoral en la reelecci¨®n de Mahmud Ahmadineyad, ha obligado a extremar las precauciones. Las candidaturas, presentadas en el ¨²ltimo momento, de Rafsanyani y Mashaei constitu¨ªan un riesgo por distintas razones.

Desde la v¨ªspera, el secretario del Consejo de Guardianes ya hab¨ªa adelantado que a partir de cierta edad no se estaba en condiciones plenas para ejercer de presidente, una poco velada alusi¨®n a los 78 a?os de Rafsanyani. Y es que el veterano expresidente, largamente enfrentado con Jamene¨ª, se hab¨ªa convertido en el candidato reformista por eliminaci¨®n. Aunque no s¨®lo es un hombre del r¨¦gimen sino uno de los hombres que hicieron el r¨¦gimen, su estilo pragm¨¢tico de gobernar abri¨® las puertas en los a?os noventa del siglo pasado a la llegada de Mohamed Jatam¨ª. Como miembro de la ¨¦lite del sistema, despreci¨® sin ocultarlo a Ahmadineyad (quien adem¨¢s le propin¨® una humillante derrota electoral en 2005). De ah¨ª que hace cuatro a?os, apoyara a los reformistas aunque no llegara a romper la baraja por ellos.

En cuanto a Mashaei, las enemistades que concita son de otro car¨¢cter. El consuegro de Ahmadineyad (un hijo de ¨¦ste est¨¢ casado con una hija de aqu¨¦l) paga tanto la incomodidad que sus ideas suscitan entre los tradicionalistas que monopolizan el poder como su asociaci¨®n el presidente saliente. Existe la percepci¨®n generalizada de que Ahmadineyad, quien por ley no puede presentarse a un tercer mandato, intentaba colocar a Mashaei en la presidencia para proseguir su proyecto conservador-populista que tanto ha irritado a las ¨¦lites gobernantes. El propio l¨ªder sancion¨® su triunfo en 2009 en una toma de partido que le hizo perder una buena dosis de prestigio; sin embargo, poco despu¨¦s depuso a Mashaei como primer vicepresidente apenas una semana despu¨¦s de su nombramiento por Ahmadineyad.

La ¨²nica sombra en la lista de que Ir¨¢n no es un monolito ideol¨®gico es la inclusi¨®n de tres altos cargos de la ¨¦poca del reformista Jatam¨ª: el exjefe negociador nuclear Hasan Ruhani, el ex vicepresidente Mohammad Reza Arer y el ex ministro Mohammad Gharazi. Pero es un gesto menos que simb¨®lico, ya que los tres son figuras poco conocidas, sin apoyo popular y que no se han significado p¨²blicamente en la defensa de la pluralidad que el r¨¦gimen silenci¨® sin contemplaciones tras las ¨²ltimas presidenciales. El octavo en liza es Mohsen Rezai, un ex jefe de los Pasdar¨¢n que ya concurri¨® sin ¨¦xito en 2009 y que se presenta como centrista.

Aparte de controlar Internet, el gran reto para los gobernantes iran¨ªes va a ser movilizar a una poblaci¨®n que, mayoritariamente, ha dejado de creer en ellos y en la limpieza de los comicios que organizan.