Las maras de Honduras ofrecen una tregua a cambio de reinserci¨®n
Las pandillas dan el primer paso en un proceso similar al de El Salvador, donde se ha reducido la violencia
Nadie esperaba que fueran tan lejos. Cero homicidios, cero violencia y no m¨¢s reclutamientos en todo el pa¨ªs a partir de este martes. Incluso est¨¢n dispuestos a poner fin a las extorsiones, el llamado impuesto de guerra que arruina a la sociedad hondure?a. As¨ª se comprometieron las dos principales pandillas hondure?as, la Mara Salvatrucha y el Barrio 18 a cambio de que el Gobierno les facilite condiciones para la reinserci¨®n.
¡°Queremos ense?arle a la sociedad que no somos monstruos, y lo vamos a demostrar con hechos, pero queremos que nos apoyen para trabajar, para que podamos mantener a nuestros hijos, no m¨¢s violencia, queremos un cambio¡±, dijo Marco, portavoz de la Mara Salvatrucha que apareci¨® ante las c¨¢maras vestido con camisa de cuadros para ocultar los tatuajes, perilla recortada y mocasines. La Salvatrucha o M13 es la pandilla m¨¢s poderosa del pa¨ªs, con cerca de 7.000 miembros activos, seg¨²n el recuento del Observatorio de la Violencia y un historial sanguinario a lo largo de la regi¨®n. Sin embargo, ayer recibi¨® a la prensa en el taller de carpinter¨ªa que mantienen en la prisi¨®n y que ya ha alistado 50 camas y mesitas de noche que van a donar a un asilo de ancianos de la ciudad.
Despu¨¦s de 20 a?os de existencia, los pandilleros, que aparecieron en Centroam¨¦rica despu¨¦s de la guerra fr¨ªa, herederos de los conflictos armados en la regi¨®n y de las deportaciones desde los Estados Unidos, ya est¨¢n mayores, tienen familia y est¨¢n cansados de vivir con la persecuci¨®n y el estigma. Tampoco lo quieren para sus hijos. En Honduras, la simple pertenencia a la pandilla es un delito penal y el estar tatuado la prueba. As¨ª que ahora piden paz, trabajo y oportunidades.
Esta iniciativa se enmarca en la estrategia de pacificaci¨®n de Centroam¨¦rica que se ha propuesto la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) y que empez¨® a implementarse en El Salvador hace ya m¨¢s de un a?o con el anuncio de tregua entre estas mismas pandillas. Pese a las cr¨ªticas y la desconfianza de la sociedad, 14 meses despu¨¦s, el Salvador ha reducido las tasas de criminalidad a m¨¢s de la mitad. De 14 homicidios diarios de media se pas¨® a 5 y el delito de extorsi¨®n ha disminuido alrededor de un 20%.
Ahora podr¨ªa ser el turno de Honduras. ¡°Es un proceso muy similar al Salvador, primero una tregua con la sociedad y poco a poco llegaron a la tregua entre ellos, no hay una receta m¨¢gica, pero la estrategia de mano dura no ha funcionado y aunque este es un proceso fr¨¢gil, hemos demostrado en El Salvador que es posible¡±, explic¨® el subsecretario de Seguridad Multidimensional de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Adam Blackwell. El funcionario ha participado en ambos procesos de negociaci¨®n y es la pieza clave junto a Monse?or R¨®mulo Emiliani del anuncio de ayer. ¡°Es algo hist¨®rico para Honduras, es el comienzo de algo nuevo, pero no es f¨¢cil¡±, confes¨® el prelado que lleva m¨¢s de diez a?os trabajando con las pandillas hondure?as en los penales.
Emiliani recuerda que ya se intent¨® en 2006 y despu¨¦s de dos meses y medio la violencia estall¨® con m¨¢s brutalidad. Los homicidios se duplicaron en Honduras en los ¨²ltimos nueve a?os y ahora ostenta el triste t¨ªtulo de ser el pa¨ªs m¨¢s violento del mundo con 85,5 muertes violentas por cada cien mil habitantes. Espa?a, por ejemplo, no llega al 1%.
Sin embargo, seg¨²n las cifras de la polic¨ªa nacional de 2010 citados por el informe de la ONU, solo tres de cada 10 homicidios en el pa¨ªs son cometidas por las pandillas. ¡°En Honduras operan 200 bandas de crimen organizado entre las cu¨¢les se incluyen los principales carteles mexicanos y colombianos y otras agrupaciones que se dedican a delitos tan dispares como extorsi¨®n, secuestro o robo de recursos forestales, las maras son solo una partecita¡±, confiesa Arabesca S¨¢nchez, coordinadora de Seguridad del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Aut¨®noma de Honduras.
S¨¢nchez se?ala que para acabar con la violencia adem¨¢s de dar oportunidades socioecon¨®micas y reinserci¨®n a los pandilleros es necesario ¡°un rescate institucional del Estado, las instituciones de seguridad y justicia est¨¢n supercontaminadas por la delincuencia¡±. La polic¨ªa hondure?a ha sido imputada por v¨ªnculos con el crimen organizado y asesinatos extrajudiciales. Solo desde 2011 hasta noviembre de 2012 el Observatorio ha documentado 149 asesinatos a manos de las fuerzas de seguridad. De hecho, el Barrio 18 insisti¨® en que la polic¨ªa deje de matarlos.
¡°Tenemos que dejar de ver a estos j¨®venes como el problema y verlos como el producto del problema del pa¨ªs. Corrieron esa suerte porque no hab¨ªa m¨¢s oportunidades en sus comunidades, en sus familias. Pero el estado los trata nada m¨¢s como un problema a eliminar y no se trata de eso¡±, concluye S¨¢nchez. La pelota entonces est¨¢ en manos del Gobierno. El presidente Porfirio Lobo ha celebrado la iniciativa de las pandillas y ha declarado p¨²blicamente que ¡°estamos abiertos a cualquier proceso que disminuya la violencia¡±.
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