La oposici¨®n siria naufraga sin l¨ªder

El ejemplo lo pone el l¨ªder opositor Moaz al Jatib: ¡°Algunos l¨ªderes dicen: ¡®Luchar¨¦ hasta el ¨²ltimo soldado¡¯. Y yo digo: Luchar¨¦ por los sirios hasta el ¨²ltimo ni?o¡±. En rom¨¢n paladino: para algunos de los que tienen algo que decir desde el exilio sirio, la soluci¨®n a la guerra civil pasa por la guerra y concluye en la guerra. Para Al Jatib, expresidente de la Coalici¨®n Nacional Siria (CNS), principal ¨®rgano de oposici¨®n al r¨¦gimen, la violencia tambi¨¦n puede cesar con di¨¢logo. El boicot de la CNS a la futura cumbre de Ginebra no hace albergar sin embargo muchas esperanzas en el camino de la negociaci¨®n.

El ejemplo anterior es solo uno de los que el religioso sun¨ª sirio pone para ilustrar las divisiones que hacen casi imposible que la trinchera pol¨ªtica hable con una voz. El ruido de fuera no ayuda. Entrevistado en la Casa ?rabe de Madrid, al t¨¦rmino del Encuentro de Consulta Nacional Siria celebrado la pasada semana, Al Jatib, ya dimisionario, argument¨® que si lo dejaba era porque hab¨ªa visto ¡°muchas manos de Gobiernos vecinos alrededor de la CNS¡±. ?Qui¨¦nes? ¡°Pa¨ªses muy cercanos, hermanos¡±. Dos nombres copan esa hermandad con la revoluci¨®n: Catar y Arabia Saud¨ª.

M¨¢s ejemplos de Al Jatib: ¡°Yo propuse un d¨ªa que hab¨ªa que dialogar con el r¨¦gimen y ellos ¡ªno pone nombres¡ª lo rechazaron¡±. Otro m¨¢s: ¡°Unos pa¨ªses quieren que algunos grupos entren en la coalici¨®n, mientras que otros pa¨ªses, no¡±. Y por eso y porque la f¨®rmula de Al Jatib para ¡°arrinconar a El Asad a trav¨¦s de iniciativas pol¨ªticas¡± no ha sido secundada, ¨¦l lo dej¨®.

Los grandes trazos que pint¨® Al Jatib en Madrid han coincidido con los que ha dibujado, entre borrones, la cumbre de opositores celebrada esta semana en Estambul (Turqu¨ªa). En el orden del d¨ªa, entre otras cosas, la ampliaci¨®n de la CNS a nuevos miembros. Y a la cabeza de las candidaturas, la de Michel Kilo, cristiano liberal de Latakia, que pretend¨ªa, con el empuj¨®n de Arabia Saud¨ª, colar una veintena de representantes. Le ofrecieron cinco y se arm¨® el l¨ªo.

Lo que subyace en ese l¨ªo recuerda a las ¡°manos¡± de las que hablaba Al Jatib. Si la CNS, hasta ahora con 60 representantes de diferentes grupos de la oposici¨®n, crec¨ªa con gente apoyada desde Riad, la influencia de los Hermanos Musulmanes, ahora fuerte, y de Catar, que ha ganado la mano en principio a Arabia Saud¨ª, ser¨ªa menor. Tras ocho d¨ªas de reuniones, Kilo obtuvo finalmente una decena de asientos nuevos. ?Y qui¨¦n sucede a Al Jatib? Eso se decidir¨¢ el pr¨®ximo 12 de junio. ?Y el Gobierno del nombrado primer ministro de la revoluci¨®n, Ghassan Hitto? Tambi¨¦n para m¨¢s adelante. Sin fecha. Donde s¨ª hubo acuerdo es en boicotear la reuni¨®n de Ginebra que preparan Rusia y EE UU, como se?al de protesta por la violencia desatada por el r¨¦gimen en la ciudad de Qusair (Homs).

Al Jatib fue el primero en recibir el consenso para liderar la CNS, pero antes de ¨¦l, otros opositores, a trav¨¦s de una organizaci¨®n m¨¢s reducida, el Consejo Nacional Sirio ¡ªno confundir con la coalici¨®n¡ª, contaron con el apoyo de Occidente: primero fue el sun¨ª Burhan Ghaliun, luego el kurdo Abdulbaset Seida y m¨¢s tarde el cristiano George Sabra, que ahora acepta liderar en funciones la nueva agrupaci¨®n opositora. Y en todo ese camino, la injerencia islamista y de pa¨ªses vecinos torpede¨® el avance de la trinchera pol¨ªtica y el apoyo sin condiciones de Bruselas y Washington.

Pero no solo por intromisi¨®n, sino tambi¨¦n por omisi¨®n, Catar y Arabia Saud¨ª concentran la atenci¨®n ¡ªy a veces s¨²plicas¡ª de los rebeldes. En un apartado de la cumbre de Madrid, Mohamed Faris, general sirio desertor, conocido entre los suyos como el primer astronauta sirio ¡ªporque lo fue¡ª, y miembro hoy del Ej¨¦rcito Libre de Siria, admit¨ªa que ¡°los que dicen que son amigos del pueblo sirio no est¨¢n ayudando a ese pueblo¡± con armas y municiones. ?Llega menos armamento que antes? ¡°S¨ª, s¨ª, claramente¡±, respond¨ªa Faris, ¡°recibimos much¨ªsimas menos armas de los pa¨ªses vecinos¡±. Y esos vecinos, ?qui¨¦nes son? ¡°Usted ya lo sabe¡±.

M¨¢s de dos a?os despu¨¦s del estallido de la revoluci¨®n, la oposici¨®n siria sigue fallando en su liderazgo. ¡°Hay muchos h¨¦roes dentro del pa¨ªs¡±, se consuela Al Jatib, quien, a tenor de sus palabras, poco disfrut¨® al frente de la CNS: ¡°Les deseo buena suerte¡±. Y ahora, ?qu¨¦? ¡°Se me ocurre trabajar en librer¨ªas para los ni?os refugiados o hacer mu?ecas para las ni?as; hemos perdido a toda una generaci¨®n¡±.