El f¨²tbol sigue su camino
Las protestas en Brasil no han logrado detener a la Copa Confederaciones
Nada asusta a la FIFA, la poderosa organizaci¨®n mundial del f¨²tbol. La UEFA, su sat¨¦lite europeo, no par¨® el calendario el 11-S, tampoco el 11-M, as¨ª que su matriz much¨ªsimo menos est¨¢ dispuesta a hacerlo en esta Copa Confederaciones que se disputa en un Brasil ¡°sin control¡±, como ayer titulaba O Globo a toda portada. A primera hora trascendi¨® que los internacionales italianos hab¨ªan expresado su preocupaci¨®n por la seguridad de un torneo que nadie puede garantizar, por supuesto ni siquiera el Gobierno, superado por los acontecimientos de estos d¨ªas con un pa¨ªs incendiado, que ha tomado el f¨²tbol como escaparate para sus proclamas y que tiene a la FIFA en su diana: ¡°Queremos educaci¨®n seg¨²n los patrones de la FIFA¡±, se leen en algunos de sus lemas. El Gobierno brasile?o ha admitido que el presupuesto del Mundial de 2014 se le ha disparado a casi 13.000 millones de d¨®lares (casi 9.900 millones de euros). Informaciones locales apuntan a que junto a los Juegos de R¨ªo de 2016 el gasto p¨²blico se elevar¨¢ hacia los 25.000 millones de d¨®lares (19.000 millones de euros). Brasil, un supuesto gigante en ebullici¨®n y deseoso de exportar su imagen, se ha enrolado en todos los eventos posibles. En su agenda internacional tambi¨¦n figura de forma inminente una visita del Papa a R¨ªo del 22 al 28 de julio.
No es extra?o que las asonadas de estos d¨ªas inquieten sobremanera a los equipos, que se ven en el disparadero. Muchos futbolistas italianos han viajado a la Copa acompa?ados por sus familias, lo que multiplica su angustia. Italia jugar¨¢ hoy ante Brasil en Salvador, donde en la madrugada de ayer los manifestantes asaltaron algunos autobuses de la propia FIFA. En el ¨²ltimo partido de Brasil, ante M¨¦xico, unas 25.000 personas intentaron bloquear los accesos al estadio Castelao, en Fortaleza, donde desde ayer por la ma?ana se dispone la expedici¨®n espa?ola a pasar una semana, salvo que de forma imprevista no se clasifique como primera de grupo. Tampoco Espa?a, que el domingo se mide a Nigeria y deber¨ªa jugar en la misma ciudad la semifinal el pr¨®ximo jueves, es ajena a la preocupaci¨®n general. Al margen de las revueltas de estos d¨ªas, en esta ciudad se cometieron 965 homicidios desde enero hasta abril, seg¨²n datos de O Globo, muy por encima de los datos de todo 2012, ya de por s¨ª espeluznantes: 1.628.
El temor de Italia prendi¨® la chispa. La posibilidad de una suspensi¨®n del torneo se expandi¨® por todo Brasil. Horas antes de que el movimiento Pase Libre anunciara la suspensi¨®n temporal de los levantamientos, la FIFA, contra la que abundan pancartas en las revueltas ¨C¡°fuck Cup¡±, se le¨ªa en balcones de los aleda?os a Maracan¨¢ el pasado jueves-, se vio obligada a salir al paso con el siguiente comunicado: ¡°Respaldamos y defendemos el derecho a la libertad de expresi¨®n y a la manifestaci¨®n pac¨ªfica, y condenamos toda forma de violencia. Mantenemos un contacto permanente con las autoridades locales y confiamos plenamente en las medidas de seguridad que se est¨¢n aplicando. Seguiremos muy de cerca el desarrollo de los acontecimientos. En ning¨²n momento, ni la FIFA ni el Comit¨¦ Organizador ni el Gobierno Federal se han planteado ni analizado la posibilidad de cancelar la Copa. Estamos en contacto continuamente con todas las partes implicadas, incluidas las selecciones, y las mantenemos puntualmente informadas de todas las medidas adoptadas. No hemos recibido por parte de ning¨²n equipo solicitud alguna en la que se plantee la posibilidad de abandonar Brasil¡±. Al inicio de las turbas, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, dijo entender ¡°que la gente no est¨¦ contenta¡±, pero lanz¨® un mensaje de reprimenda: ¡°No deben usar el f¨²tbol para que escuchen sus exigencias¡±. Por su parte, Demetrio Albertini, exjugador del Milan y el Bar?a y actual vicepresidente de la federaci¨®n italiana, asegur¨® que su delegaci¨®n estaba ¡°tranquila¡± y que ning¨²n caso hab¨ªa sopesado exiliarse del torneo. Seg¨²n algunos analistas locales, si la Confederaciones se suspendiera por motivos de seguridad, el Gobierno de Dilma Rouseff deber¨ªa costear una indemnizaci¨®n.
Tampoco la selecci¨®n espa?ola es ajena al recelo general. Seis de sus futbolistas ya sufrieron robos en sus habitaciones del hotel de Recife en el que se hospedaron la pasada semana y, con su nombre, Fortaleza enga?a. No es precisamente un fort¨ªn. Los agentes de turismo recomiendan de forma velada que la gente no se aleje mucho de la Avenida de Beira-Mar, principal arteria de esta urbe, la quinta del pa¨ªs, de unos 2,5 millones de habitantes. La selecci¨®n, hospedada en el mencionado paseo mar¨ªtimo, tendr¨¢ que desplazarse casi ocho kil¨®metros para entrenarse en las instalaciones de la Universidad. Por el camino cruzar¨¢n el barrio de Aldeota, donde la actriz y modelo Susana Werner, exnovia de Ronaldo y actual esposa de Julio C¨¦sar, portero de Brasil, fue atracada el pasado jueves a punta de pistola.
El pasado d¨ªa 13, 48 horas antes de que arrancara esta Copa, la presidenta Rouseff anunci¨® la instalaci¨®n de seis centros de seguridad en las ciudades sede, con una inversi¨®n total de 900 millones de d¨®lares. El despliegue abarca a unos 30.000 agentes de polic¨ªa y dotaciones del ej¨¦rcito. En Fortaleza, la custodia corresponde a unos 7.000 efectivos. Ocurre que lo que iba a ser un blindaje para el f¨²tbol ahora se ha desbordado con las rebeliones populares. Antes y despu¨¦s de que los indignados anunciaran una tregua, la FIFA sigue adelante con el f¨²tbol.
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