La vigilia por Mandela contin¨²a mientras sigue el secreto sobre su estado de salud
Los ancianos del clan del expresidente sudafricano visitan el hospital en el que lleva 19 d¨ªas
Otro d¨ªa de incertidumbre en Sud¨¢frica. "?Hay alguna novedad sobre Madiba?", pregunta una mujer que pasa por delante del Mediclinic Heart Hospital de Pretoria, donde Nelson Mandela lleva ingresado desde hace 19 d¨ªas. No hay ninguna novedad sobre el estado de salud ¡°cr¨ªtico pero estable¡± que se mantiene desde el pasado s¨¢bado y ni siquiera se sabe si est¨¢ con respiraci¨®n asistida.
Mientras, las muestras de solidaridad hacia el que fue el primer presidente de la Sud¨¢frica democr¨¢tica se han repetido hoy mi¨¦rcoles en el exterior del centro sanitario. Muchos ni?os han aprovechado el par¨®n trimestral escolar para acudir al hospital y dejar en el muro de fuera dibujos, flores o mensajes para desear una pronta recuperaci¨®n a Madiba.
Mary ha venido con su hija Colokile, de 10 a?os, y llora cuando se le cuestiona si cree que ha llegado el momento de que Mandela se vaya de este mundo. La peque?a dibuj¨® ayer unos corazones de colores con la leyenda ¡°Tata (padre) mej¨®rate¡± y hoy ha venido ¡°orgullosa¡± de que Sud¨¢frica haya parido a un ¡°hombre valiente y tan grande¡±.
Los ni?os llegan a las puertas del hospital entre emocionados y curioseados por la cantidad de c¨¢maras y periodistas de todo el mundo que esperan una imagen peculiar. Hasta aqu¨ª ha venido un grupo de menores que bailan o que han pintado de colores sus huellas digitales, emulando las conocidas de Mandela.
A pesar de que Pretoria es una ciudad con fuerte presencia de blancos afrik¨¢ners, abundan sobre todo los menores negros porque el hospital est¨¢ en una zona mayoritaria de negros. Cerca viven Prudence, de 13 a?os y su hermano Vusi, de 11, que explican que es la d¨¦cima vez que se acercan hasta el centro hospitalario para ¡°darle fuerzas a Tata¡±.
Como el resto de ni?os, llegan con la lecci¨®n bien aprendida de qui¨¦n es el hombre de 94 a?os ingresado en el centro que levanta tanto revuelo. ¡°Fue un luchador por la libertad que estuvo 27 a?os preso¡±, explica Prudence a modo de resumen la biograf¨ªa de Mandela.
Sheawn Alimohammadi espera pacientemente su turno para depositar la flor en el muro de los obsequios. Es blanco, tiene 15 a?os y acierta a decir que gracias a ¡°Madiba Sud¨¢frica est¨¢ unida hoy¡±. Su madre lo escucha orgullosa y bastante emocionada. Le da pena, dice, lo que est¨¢ sufriendo Mandela y recuerda que justo antes de que fuera escogido presidente en 1994 tuvo a su primera hija, Emma, de casi 19 a?os, que se presenta como ¡°la generaci¨®n de la libertad¡±.
Una peque?¨ªsima ni?a blanca y rubia como el oro se suelta de su madre para dejar una peque?a flor. Es Jana, de dos a?os, atenta a todo el traj¨ªn y el colorido de los mensajes, cuadros y globos que cuelgan de la pared exterior del centro. Su madre Marie explica que han venido a petici¨®n de Peter, de cinco a?os, que quer¨ªa ¡°despedirse del oupa [abuelo en afrikans] antes de volver a casa a Ciudad del Cabo y quer¨ªamos que los ni?os le rindieran homenaje¡±.
Esto pasa en el exterior, mientras entre las cuatro paredes del hospital sigue el silencio informativo. Los medios locales han informado de que el ex presidente sudafricano ha seguido recibiendo visitas de sus familiares, as¨ª como de los m¨¢s ancianos de su clan, que han viajado hasta Pretoria desde la regi¨®n suroeste del Cabo Oriental, de donde los Mandela son originarios. Nadie se atreve a interpretar si esta es una visita de cortes¨ªa o un cumplimiento para seguir la tradici¨®n africana de que las personas m¨¢s cercanas al enfermo deben autorizar su marcha hacia el oro mundo.
Ayer, los familiares se reunieron de urgencia en la casa de Madiba en Qunu, la localidad donde pas¨® su infancia y posiblemente donde ser¨¢ enterrado, para tratar ¡°situaciones delicadas¡± sobre su salud. Poco se sabe de qu¨¦ se trat¨® en ese encuentro convocado por la hija mayor del Premio Nobel de la Paz pero, seg¨²n un invitado, no se habl¨® de nada relacionado sobre el funeral, a pesar de que se les vio en el cementerio local.
Por otro lado, todo est¨¢ preparado para recibir al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que aterriza en Pretoria el pr¨®ximo viernes, en una escala dentro de su gira por ?frica que empieza hoy en Senegal y que tambi¨¦n le llevar¨¢ a Tanzania. El Gobierno sudafricano asegur¨® ayer que Obama no visitar¨¢ a Mandela en el hospital, tal y como se hab¨ªa rumoreado y de que la delicada situaci¨®n del viejo presidente no har¨¢ variar la agenda pactada.
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