Ni?ez tras las rejas en Bolivia
M¨¢s de 2.000 menores sufren abusos mientras conviven con sus padres en las prisiones del pa¨ªs andino
El dram¨¢tico caso de una ni?a de 12 a?os que durante cinco a?os fue violada repetidamente por su padre, su t¨ªo y un padrino en una celda de la c¨¢rcel de San Pedro en La Paz ha desbordado la indignaci¨®n ciudadana y ha forzado a las autoridades a anunciar la salida paulatina de las prisiones bolivianas de todos los ni?os mayores de seis a?os. La ni?a, cuyo nombre no fue revelado, est¨¢ embarazada de dos meses y est¨¢ recibiendo tratamiento psicol¨®gico. La madre de la ni?a est¨¢ siendo investigada bajo sospecha de haber permitido los abusos.
La medida ha desatado las protestas de los padres encarcelados que no desean separarse de su prole o que argumentan que en la calle estar¨¢n peor que entre rejas. Pero el problema es tan grave en Bolivia que hay poco margen para la negociaci¨®n. En las c¨¢rceles del pa¨ªs m¨¢s de 2.100 ni?os acompa?an en el penal a su padre, su madre, o a ambos. Junto a ellos, conviven otros 13.000 menores privados de libertad por diversas causas: asesinato, narcotr¨¢fico, hurto, estafas y violaci¨®n, entre otros delitos, en las penitenciar¨ªas de Bolivia.
Hasta el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Denis Racicot, ha intervenido en el debate para pedir al Gobierno boliviano que tome cartas en el asunto. Racicot record¨®, adem¨¢s, que el problema es m¨¢s dram¨¢tico en el pa¨ªs andino que en cualquier otro de Am¨¦rica Latina.
¡°Es un problema dif¨ªcil y complicado¡±, explica la coordinadora de la Pastoral Penitenciaria, la religiosa espa?ola Mar¨ªa ?ngeles Gonz¨¢lez, mientras advierte que mientras se intenta defender unos derechos se puede atentar contra otros, fundamentales. ¡°Los ni?os tienen derecho a estar con sus padres, a que los cuiden y que los amen. El est¨ªmulo afectivo es sumamente importante en el desarrollo¡± del ser humano, afirma la religiosa que semanalmente visita las seis c¨¢rceles en Cochabamba. Conoce de cerca la situaci¨®n de los menores que en el d¨ªa van a la escuela y regresan al hacinamiento para estar con sus padres y hermanos.
¡°Es una situaci¨®n de pobreza, de mucha pobreza¡±, dice Gonz¨¢lez. Cuenta que, en algunos casos, toda una familia se queda sin nada por pagar el coste del juicio. Si la pareja ¡ªgeneralmente la mujer¡ª tiene que salir a trabajar, los ni?os no pueden quedarse solos. Entonces, todos van a vivir a la c¨¢rcel y se acomodan como mejor pueden.
En un art¨ªculo publicado recientemente en el diario pace?o La Raz¨®n, la periodista Luc¨ªa Sauma relata que en 2008 decidi¨® hacer un programa de radio desde el penal de San Pedro, pues hab¨ªa sido alertada por una trabajadora social sobre la presencia de muchos menores en ese centro. ¡°Cuando llegu¨¦, vi c¨®mo sal¨ªan peque?itos que aparec¨ªan como fantasmas de la boca negra de alguno de los incontables pasillos, recovecos y huecos que tiene esa c¨¢rcel (...) Conoc¨ª a dos hermanitos que ganaban dinero cumpliendo encargos de peque?as compras o llamadas telef¨®nicas para los presos, en el horario de la tarde, cuando sal¨ªan a su escuela en Villa F¨¢tima. Su mam¨¢ los dejaba a cargo del padre, mientras ella hac¨ªa negocios en el Alto Beni. Se quedaban meses encarcelados por la ma?ana y libres por la tarde¡±.
Las autoridades penitenciarias planean llevar a los menores a hogares de acogida. La coordinadora Gonz¨¢lez admite que estos hogares no son seguros, despu¨¦s de los graves problemas que se han dado en varios de ellos cuando se puso en evidencia que los ni?os mayores segu¨ªan el ejemplo de algunos de sus cuidadores, que abusaban sexualmente de los pupilos m¨¢s j¨®venes o nuevos. La propuesta de la Pastoral de Cochabamba es construir edificios anexos a las c¨¢rceles para albergar a los ni?os sin separarlos de sus padres, de modo que puedan mantener ¡°el n¨²cleo integrador de la familia¡±. Los ni?os no ingresar¨ªan a los recintos donde se encuentran los reos, que no est¨¢n discriminados por delitos, pero los padres tendr¨ªan acceso a las habitaciones de los menores.
La situaci¨®n de los ni?os ha puesto en evidencia un complejo y grave problema en Bolivia: Hay pocas c¨¢rceles y las mayor¨ªa de ellas superpobladas y con infraestructuras inadecuadas, carentes de pol¨ªticas de reinserci¨®n, adem¨¢s de un sistema judicial desesperadamente lento que agrava la situaci¨®n de pobreza de los detenidos preventivamente (sin sentencia), que representan un 76% de la poblaci¨®n en las c¨¢rceles.
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