El ¨²ltimo gran capo de la Cosa Nostra rompe su silencio
Toto Ri¨ªna, condenado a perpetuidad, acusa a Italia de colaborar con la Mafia
Desde 1974 hasta su detenci¨®n en 1993, Salvatore Ri¨ªna mat¨® a 150 personas, a 40 de ellas personalmente, por lo que fue condenado a 13 cadenas perpetuas. El ¨²ltimo jefe de jefes de la Cosa Nostra tiene ahora 82 a?os, desde hace 19 vive en una celda de aislamiento y nunca ha mostrado arrepentimiento ni ganas de colaborar con la justicia. Sin embargo, hace unos d¨ªas, coincidiendo con el proceso que se desarrolla en Palermo para intentar aclarar el pacto alcanzado entre el Estado italiano y la Mafia para acabar con las matanzas de principios de los 90, el viejo criminal habl¨®. Fue de manera informal, durante el traslado desde su celda en la c¨¢rcel de Mil¨¢n a la sala de videoconferencias, pero algunas de sus palabras vienen a hurgar en la duda m¨¢s dolorosa de los misterios pendientes de Italia: ?El Estado permiti¨® o incluso particip¨® en los asesinatos de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino? Seg¨²n Tot¨° Ri¨ªna, ¡°en v¨ªa D¡¯Amelio [la calle de Palermo donde fueron asesinados Borsellino y cinco agentes de su escolta] estaban los servicios¡¡±.
Los magistrados tendr¨¢n que valorar hasta qu¨¦ punto creen la versi¨®n de Ri¨ªna (Corleone, 1930), pero por lo pronto han pedido un informe de lo sucedido a las dos agentes de la polic¨ªa penitenciaria que, el pasado 31 de mayo, escucharon la confesi¨®n del antiguo jefe mafioso. Seg¨²n una de las polic¨ªas, el capo habl¨® marcando las palabras, en un deseo evidente de que fueran escuchadas y entendidas. Dijo: ¡°Yo no buscaba a nadie, eran ellos los que me buscaban a m¨ª¡±, en clara referencia a que fueron los servicios secretos italianos los que contaron con ¨¦l para intentar llegar a un alto el fuego. Es eso, precisamente, lo que trata de establecer el juicio que se celebra ahora en Palermo: los t¨¦rminos de la negociaci¨®n que el Estado italiano y la Mafia siciliana sostuvieron desde 1992 a 1994, en un intento de frenar la ola de atentados que sacudieron al pa¨ªs en aquella ¨¦poca y, de camino, salvar el pellejo de una serie de pol¨ªticos que estaban en el punto de mira de la Mafia. En el banquillo de los acusados se sientan, entre otros, el exministro Nicola Mancino y el exsenador ¡ªe ¨ªntimo amigo de Silvio Berlusconi¡ª Marcello Dell¡¯Utri, adem¨¢s de oficiales de los Carabinieri y arrepentidos de la Mafia. Entre los testigos, la m¨¢s alta autoridad de la Rep¨²blica, el presidente Giorgio Napolitano.
De ah¨ª que las hipot¨¦ticas ganas de colaborar de Ri¨ªna, alguien que desprecia a los arrepentidos hasta el punto de condenarlos a muerte, pudiese significar un punto de inflexi¨®n. Por ahora, solo unas frases sueltas. Sobre su arresto, fruto seg¨²n el de una traici¨®n: ¡°Me hicieron arrestar Provenzano y Ciancimino, no los Carabinieri¡±. Esto es, su sucesor y su enlace con la pol¨ªtica, un exalcalde de Palermo de la Democracia Cristiana (DC). Sobre los atentados de Falcone: ¡°El arrepentido Gianni Brusca no ha hecho todo solo, ah¨ª est¨¢ la mano de los servicios secretos¡±. Y de Borsellino: ¡°Lo mismo vale para la agenda roja [una agenda que siempre llevaba el juez y que jam¨¢s se encontr¨®]. ?Por qu¨¦ no la recuperan?¡±.
Seg¨²n el viejo jefe de la Cosa Nostra, la complicidad con el Estado est¨¢ clara: ¡°He estado 25 a?os fugitivo sin que nadie me buscase. ?C¨®mo es posible que sea responsable de todas estas cosas? La verdadera mafia son los jueces y los pol¨ªticos que se han protegido entre ellos. Ellos descargan su responsabilidad sobre los mafiosos. La Mafia cuando empieza una cosa la termina. Yo estoy bien. Puedo ver m¨¢s all¨¢ de estas paredes¡±. Un agente de la polic¨ªa penitenciaria le pregunta: ¡°?Es verdad que usted le dio un beso a Andreotti?¡±. Seg¨²n los presentes, el ¨²ltimo capo dei capi devolvi¨® la pregunta con otra: ¡°F¨ªjese, ?usted cree que yo pude besar a Andreotti? Le puedo decir que era un caballero y que yo he sido siempre del ¡°¨¢rea andreottiana¡±. Tal vez ante la incredulidad de sus guardianes, Salvatore Riina de Corleone advirti¨®: ¡°Aunque me he hecho viejo, soy todav¨ªa un reloj suizo¡±.
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