M¨¢s de dos a?os de discordias y cr¨ªticas por las medidas de austeridad
Portas ha discrepado de algunas importantes decisiones del primer ministro
La relaci¨®n personal e ideol¨®gica entre el primer ministro portugu¨¦s, Pedro Passos Coelho, y el ministro de Asuntos Exteriores, Pablo Portas, l¨ªderes, adem¨¢s, de los dos partidos que sostienen la coalici¨®n gubernamental y la estabilidad parlamentaria, ha sido el eje sobre el que ha girado, desde hace dos a?os, la vida pol¨ªtica lusa. Y sus divergencias han colocado al Ejecutivo a un paso de quebrarse varias veces.
En un pa¨ªs rescatado, con una autonom¨ªa financiera y pol¨ªtica limitada, Passos Coelho eligi¨®, desde el primer momento ¡ªapoy¨¢ndose en el f¨¦rreo brazo ejecutor de su ministro de Finanzas, V¨ªtor Gaspar, quien dimiti¨® el lunes¡ª, seguir a rajatabla los dictados de la troika (incluso ir un poco m¨¢s all¨¢ en algunos asuntos) y fiarlo todo a que la austeridad, los recortes y el ahorro de las cuentas p¨²blicas acabar¨ªan por derrotar a la crisis. Portas, por su parte, comenz¨® a discrepar de la receta.
Un ejemplo: el 15 de septiembre de 2011 una gran manifestaci¨®n de cientos de miles de personas hizo recular al Gobierno, que devolvi¨® al caj¨®n una proyectada gran rebaja general de salarios. Portas rechazaba la medida, pero asegur¨® que mantuvo la coalici¨®n por el bien del pa¨ªs y de su gobernabilidad. Ya por entonces la oposici¨®n acusaba al ministro de Asuntos Exteriores de decir una cosa pero de no hacer nada, esto es, de amagar el golpe pero no dar.
Hace unos meses, cuando Passos Coelho anunci¨® otra oleada de medidas de austeridad que afectaban, entre otros colectivos, a los jubilados ¡ªa los que se les aplicaba un impuesto sobre las pensiones¡ª, Portas volvi¨® a discrepar y a hacerlo p¨²blico en varios sitios. La oposici¨®n volvi¨® a invitarle a abandonar el Gobierno ¡°y ser coherente¡±, pero el ministro de Asuntos Exteriores volvi¨® a evocar razones de gobernabilidad, a recordar la fragilidad econ¨®mica y financiera por la que atraviesa el pa¨ªs, para seguir en el Ejecutivo. Ahora da la impresi¨®n de que ha encontrado la oportunidad ideal para salir de una coalici¨®n que, dicho sea de paso, pierde apoyo electoral y popularidad a manos llenas desde que se form¨®.
Porque el barco del Gobierno naufraga en los sondeos porque, entre otras cosas, la f¨®rmula de los recortes no ha funcionado por ahora. Hace dos a?os, el ministro Gaspar asegur¨® que en 2013 la econom¨ªa comenzar¨ªa a crecer, cosa que ha resultado err¨®nea y fallida. Hace unos pocos d¨ªas, Passos Coelho, en Bruselas, anunci¨® que la econom¨ªa comenzar¨¢ a regenerarse en 2014. La poblaci¨®n, hastiada de vivir peor cada d¨ªa, de cobrar menos cada mes y de trabajar m¨¢s jornadas cada a?o (m¨¢s horas laborales, menos d¨ªas de fiesta), no acaba de creerle.
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