El gigante encogi¨®
El declive de Eike Batista, el empresario que ostentaba la s¨¦ptima fortuna del mundo, refleja el mal momento de Brasil
?Uno de los lemas que m¨¢s se han o¨ªdo durante las protestas de Brasil alude a los enormes recursos del pa¨ªs: ¡°El gigante despert¨®¡±. Sin embargo, las noticias que llegan despu¨¦s de un largo sue?o no siempre son las que se desear¨ªa escuchar. Brasil, la sexta econom¨ªa del mundo, contaba hasta hace muy poco tiempo con un millonario a la altura de su tama?o.?Se llama Eike Batista, tiene 57 a?os y era en 2012 el hombre m¨¢s rico del Cono Sur y el s¨¦ptimo del mundo. La revista Forbes le atribu¨ªa entonces una fortuna de 22.847 millones de euros.
Batista es?el presidente de EBX, un grupo de cinco empresas que abarcan sectores de construcci¨®n, energ¨ªa, miner¨ªa, industria naval, entretenimiento y, sobre todo, gas y petr¨®leo. Pero la joya de la corona ha sido OGX, la compa?¨ªa de exploraci¨®n energ¨¦tica que fund¨® en 2007 y que le gener¨® en solo cinco a?os dos tercios de su fortuna. Sin embargo, su imperio ha ido desplom¨¢ndose a un ritmo mareante que en cierta forma padece y profundiza el estancamiento de la econom¨ªa brasile?a.
En marzo de 2012 Batista a¨²n figuraba entre las ocho personas m¨¢s ricas del mundo, seg¨²n la lista de la agencia Bloomberg. Aspiraba a convertirse en el primero, por delante del mexicano Carlos Slim. Era la ¨¦poca en que Batista encandilaba a sus socios asegurando que hab¨ªa firmado un pacto con la naturaleza. En mayo pasado ya abandon¨® la lista de los 100 m¨¢s ricos, y el 12 de junio sali¨® de la lista de los 200. Entonces, la fortuna pas¨® a ser de 4.600 millones de euros. Y segu¨ªa bajando.
El lunes pasado OGX emiti¨® un comunicado en el que afirmaba que su ¨²nico campo petrolero bajo producci¨®n, el de Turbar?o Azul, en Bacia de Campos, puede dejar de producir petr¨®leo en 2014. Y otros tres campos, situados en la misma zona, han sido considerados inviables por la empresa, bajo el pretexto de que no hay ¡°tecnolog¨ªa capaz de convertir en econ¨®micamente viable su desarrollo¡±. La noticia hizo desplomarse las acciones de la empresa en m¨¢s de 27 puntos porcentuales y arrastr¨® en su ca¨ªda a la bolsa de S?o Paulo.
¡°Hay mucho que explicar sobre el colapso del campo Turbar?o Azul¡±, comentaba ayer la columnista del diario O Globo Miriam Leit?o. ¡°En mayo del a?o pasado la empresa hizo junto a la Agencia Nacional del Petr¨®leo la ¡®declaraci¨®n de comercialidad¡¯ del campo. Si era comercial hace un a?o, ?c¨®mo es posible que ahora se descubra que no hay tecnolog¨ªa capaz de hace viable cualquier inversi¨®n adicional?¡±.
Brasil pas¨® de crecer en 2010 a un ritmo del 7,5% sobre su Producto Interior Bruto al 0,9% de 2012. No obstante, el pa¨ªs sigue siendo una potencia sin apenas desempleo y se espera un crecimiento para este a?o del 2,5%. El destino de Batista, sin embargo, parece menos propicio.
Lejos parecen haber quedado los tiempos en que Batista se presentaba ante los j¨®venes empresarios de su pa¨ªs como modelo de ¡°un nuevo capitalismo que no se averg¨¹enza de mostrar el dinero que tiene¡±. Y sin embargo, hace solo un a?o y medio, en enero de 2012, que?la revista m¨¢s le¨ªda del pa¨ªs le dedic¨® una portada y asegur¨® en su interior: ¡°El reportaje de esta edici¨®n de Veja captura ese momento especial de glorificaci¨®n de la riqueza producida con trabajo, honestidad, inversi¨®n personal y coraje para correr riesgos¡±.
Batista tiene en Twitter una cuenta con m¨¢s de 1,3 millones de seguidores y 21.686 tuits. Pero, al menos hasta el mediod¨ªa del martes, hab¨ªa pasado seis d¨ªas sin escribir un solo mensaje.
El domingo 23 de junio, The New York Times public¨® un reportaje sobre Batista en el que afirmaba que su auge y ca¨ªda refleja el rev¨¦s de la fortuna que ha vivido Brasil. El diario recordaba que el empresario emblema del poder¨ªo brasile?o recibi¨® m¨¢s de 4.000 millones de d¨®lares en cr¨¦ditos en inversiones procedentes de los bancos estatales.
Hijo del ingeniero brasile?o Eliezer Batista, ministro de Minas y Energ¨ªa en los a?os sesenta, y de una madre alemana de quien dice haber heredado la autoestima y la disciplina, Batista vivi¨® su adolescencia con sus padres entre Suiza, B¨¦lgica y Alemania. A los 21 a?os mont¨® una empresa que se dedicaba a comprar oro extra¨ªdo en las minas del Amazonas. En 18 meses ya hab¨ªa juntado seis millones de d¨®lares y compr¨® la primera de sus ocho minas. Desde entonces hasta hace menos de dos a?os, el viento siempre le sopl¨® a favor y su fortuna no paraba de crecer. Ahora, se tratar¨¢ de dilucidar si en su d¨ªa inform¨® a los inversores y a las autoridades burs¨¢tiles con el rigor y la transparencia que deb¨ªa hacerlo el gran gigante de la econom¨ªa brasile?a.
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