Los errores de los Hermanos
Autoritarismo, sectarismo, descuido de las redes de asistencia social y crecimiento del paro han desgastado a los Hermanos Musulmanes
Pan, libertad y justicia social. Estas eran las reivindicaciones populares de la Revoluci¨®n en Egipto de enero-febrero 2011. Siguieron 18 largos y dif¨ªciles meses de gobierno militar. Este periodo transitorio culmin¨® en elecciones presidenciales. Por primera vez en la historia egipcia, tomaba las riendas del poder un miembro de la Hermandad de los Hermanos Musulmanes (HM). Pasaron, por as¨ª decir, de la c¨¢rcel al palacio presidencial. Perseguidos por los sucesivos gobiernos desde su creaci¨®n en 1928, el ¨¦xito electoral de junio de 2012 fue para ellos la culminaci¨®n de m¨¢s de 80 a?os de lucha y de perseverancia. Pero poco les dur¨® este ¨¦xito tan esperado y deseado.
Los Hermanos Musulmanes en el poder (2012-2013). En junio del 2012, el candidato HM, Mohamed Morsi, toma las riendas del pa¨ªs. Adem¨¢s del camino pol¨ªtico transcurrido a lo largo de estas d¨¦cadas, los HM han sabido cubrir el vac¨ªo dejado por el r¨¦gimen de Mubarak y desarrollaron una labor social impresionante en todo el pa¨ªs; eso s¨ª, llevando a cabo tambi¨¦n una tarea de adoctrinamiento. Debido a su trayectoria hist¨®rica y pol¨ªtica, se trataba, y de hecho sigue siendo, el grupo pol¨ªtico mejor organizado y preparado. Gozaban por lo tanto del apoyo, o por lo menos de la simpat¨ªa, de buena parte de la sociedad. Pero poco a poco, este a priori positivo ¡ªy digo a priori porque nunca hab¨ªan tenido la oportunidad de ejercer el poder¡ª fue degrad¨¢ndose hasta alcanzar la situaci¨®n a la que hemos asistido en estos ¨²ltimos d¨ªas.
Pero ?c¨®mo consiguieron gastar y erosionar este capital en un tiempo r¨¦cord? Las principales razones de orden pol¨ªtico son un comportamiento altamente autocr¨¢tico, que ya no era aceptable en la sociedad egipcia post-2011. El establecimiento de un sistema sectario, basado esencialmente en la exclusi¨®n de los oponentes, aludiendo razones teol¨®gico-religiosas colabor¨® al descontento. Es decir que los miembros de la oposici¨®n, activistas o manifestantes enfrentados a su pol¨ªtica, eran ¡°acusados¡± de ser infieles y ateos. Adem¨¢s, esta ret¨®rica increment¨® las ya existentes tensiones inter-confesionales, sobre todo dirigidas en contra de los coptos, pero que culminaron hace poco en el linchamiento p¨²blico de cuatro chi¨ªes.
La ausencia de estrategia, bien por falta de visi¨®n pol¨ªtica, por incompetencia o por voluntad de inmovilismo, tuvieron igualmente un efecto p¨¦simo sobre la sociedad egipcia. A nivel social, hemos de destacar el abandono por parte de la Hermandad de la red de ayudas sociales cuidadosamente tejida a lo largo de varias d¨¦cadas. Parece que el acceso al poder les imped¨ªa seguir llevando a cabo su labor social y caritativa. Este desinter¨¦s creciente les rest¨® una vez m¨¢s credibilidad.
En cuanto a la situaci¨®n econ¨®mica, tampoco estuvieron a la altura. La tasa de desempleo sigui¨® dispar¨¢ndose, las reservas de divisas cayeron a niveles alarmantes. La crisis energ¨¦tica (cortes de luz y graves problemas de abastecimiento en carburantes) aument¨® el descontento. Sin hablar de la galopante inflaci¨®n que no pudieron frenar.
Tamarrud. El movimiento de Rebeli¨®n, Tamarrud en ¨¢rabe, ten¨ªa como principal objetivo, pedir la renuncia del presidente Morsi. Y seg¨²n las cifras facilitadas por el movimiento, consiguieron recaudar 22 millones de firmas. Hab¨ªan convocado manifestaciones multitudinarias para el domingo 30 de junio, primer aniversario de la llegada al poder de Mohamed Morsi, y varios millones de manifestantes acudieron a la cita. Tres d¨ªas m¨¢s tarde, ?era informado el presidente Morsi de su destituci¨®n!
?Golpe de estado militar o sublevamiento popular? Desde entonces, un debate prevalece en Egipto, y fuera de Egipto. ?Se trata de un golpe de estado militar o de un sublevamiento popular y democr¨¢tico logrado gracias a la ayuda del Ej¨¦rcito?
Ser¨ªa interesante detenerse un instante sobre el significado, la percepci¨®n, el sentido del t¨¦rmino democracia/democr¨¢tico.
Lo que est¨¢ claro es que democracia/democr¨¢tico implica la voluntad del pueblo. Y se podr¨ªa decir sin lugar a duda que los diversos procesos electorales que tuvieron lugar en Egipto desde 2011 no corresponden totalmente al t¨¦rmino ¡°democr¨¢tico¡±.
Hemos asistido a campa?as de referendos o elecciones parlamentarias y legislativas en las cuales hab¨ªan sido presentados argumentos de peso, de peso pesado para un pa¨ªs como Egipto: aqu¨¦l que no rellene la casilla indicada, ser¨¢ considerado como hereje o infiel. Campa?as electorales durante las cuales son distribuidos productos de gran consumo ¡ªsacos de arroz, de harina o de az¨²car¡ª en contrapartida de tomar la buena decisi¨®n a la hora de votar, ?releva de un proceso democr¨¢tico? Igualmente, el hecho de intimidar, v¨¦ase impedir el acceso a los colegios electorales a cierta parte de la poblaci¨®n ¡ªlos coptos en zonas del Alto Egipto concretamente¡ª, ?podr¨ªa definirse como siendo democr¨¢tico?
Supuestamente no, y muchos egipcios lo saben. De alguna manera, lo que ha pasado estos ¨²ltimos d¨ªas, revela una voluntad de decir Kefaya!, ?Basta ya!, a este supuesto parecer democr¨¢tico. La democracia no pasa ¨²nicamente por las urnas. La democracia supone un gobierno incluyente, un presidente que sirva los intereses del pueblo y no de la Hermandad a la que pertenece. Implica un presidente que respete un estado de derecho y que no se comporte con la sociedad, como con sus siervos.
La situaci¨®n actual y las perspectivas. Poco se puede decir todav¨ªa sobre lo que espera el pa¨ªs. Abdel Fatah el Sisi, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y actual hombre fuerte del pa¨ªs, es m¨¢s bien desconocido. En un clima altamente inestable, donde una din¨¢mica revolucionaria prevalece, ?qu¨¦ opciones tendr¨¢ este nuevo gobierno de transici¨®n? ?De qu¨¦ margen de maniobra dispondr¨¢ el presidente interino de Egipto, Adli Mansur frente al Ej¨¦rcito? Poco se sabe de esta figura. Presidente del Consejo Constitucional desde el d¨ªa 1 de junio, Mansur parece ser una persona pausada y de consenso. Desde luego la tarea que tiene que llevar a cabo no ser¨¢ de las m¨¢s envidiables tanto a nivel econ¨®mico-social, como para llegar a un consenso pol¨ªtico. Y eso s¨ª. Si Egipto quiere encaminarse realmente hacia una democracia, el pueblo tendr¨¢ que estar atento y no permitir nuevas derivas autocr¨¢ticas y excluyentes. ?Todo un reto que ser¨¢ ciertamente dif¨ªcil de conseguir
Eva S¨¢enz-D¨ªez Jaccarini es Doctora e investigadora sobre el Mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y en la Universidad de Par¨ªs 8. Es autora del libro "D'une revolution ¨¤ l'autre. Politiques d'enseignement et changements sociaux" (Publisud, Par¨ªs, 2013).
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