Los Hermanos llaman a un ¡°d¨ªa de rechazo al golpe militar¡±
Los seguidores de Morsi se atrincheran en una mezquita cairota
S¨®lo basta atravesar el per¨ªmetro de seguridad que los Hermanos Musulmanes han creado alrededor de la mezquita de Raba al Adawiya en El Cairo para pasar de una ciudad que en los ¨²ltimos d¨ªas ha enloquecido con celebraciones, v¨ªtores y fuegos artificiales a un campamento que sirve de cuartel general y ¨²ltimo reducto numantino. Los seguidores de Morsi no van a ceder, no van a escampar, van a luchar. Aunque sus propios l¨ªderes les han pedido que no recurran a la violencia, todas las opciones siguen a¨²n en la mesa. De momento, la coalici¨®n encabezada por los Hermanos ha convocado para hoy un viernes del rechazo ¡°contra el golpe y las detenciones¡±.
Miles de seguidores de Mohamed Morsi duermen en el suelo, bajo camiones, junto al templo, bajo una abundancia de fotos del rais depuesto el mi¨¦rcoles. Escuadrones precariamente armados con palos y escudos de lat¨®n recorren las calles a paso militar, gritando al un¨ªsono el nombre de Morsi o de Egipto, su patria. Al fondo, los veh¨ªculos acorazados del Ej¨¦rcito se recortan en el horizonte, cortando los accesos al tr¨¢fico. Los soldados siguen junto a ellos, esperando no se sabe muy bien qu¨¦ ¨®rdenes.
Al lado de la mezquita, en una improvisada sala de reuniones, anunci¨® ayer el secretario del Partido Libertad y Justicia, al que pertenece Morsi, que la tensa calma pod¨ªa ser s¨®lo la antesala de una gran tormenta. ¡°Nunca hicimos ninguna injusticia, pero nos la hicieron a nosotros¡±, dijo Mohamed Beltagy, con evidente hartazgo e irritaci¨®n. ¡°Nunca planeamos un golpe, pero se nos impuso uno. Se ha rechazado la legitimidad electoral y constitucional. Se fuerza sobre nosotros una tutela en contra de la voluntad expresada por el pueblo¡±, a?adi¨®.
¡°El problema ahora es la postura del mundo libre, que empuja al pa¨ªs a un estado de caos, que empuja a grupos que no son los Hermanos Musulmanes a volver a la idea de cambio a trav¨¦s de la fuerza¡±, agreg¨®. Quedaba claro el mensaje. Puede que la Hermandad no vaya a protagonizar una contrarrevuelta, pero tal vez otros grupos isl¨¢micos s¨ª.
En este lugar, junto a la mezquita, en el distrito de Ciudad Nasser, los ¨²ltimos dos d¨ªas no ha sucedido. El presidente sigue siendo Morsi. La Constituci¨®n aprobada el a?o pasado sigue vigente. Y lo que ha sucedido afuera es un golpe militar en toda regla, sin legitimidad, sin raz¨®n, aunque los manifestantes en Tahrir digan lo contrario.
¡°As¨ª que el Ej¨¦rcito quita de en medio al presidente que elegimos en las urnas. Arrestan a los l¨ªderes de su partido pol¨ªtico y otros colaboradores. Cierran cadenas de televisi¨®n asociadas al movimiento isl¨¢mico. ?Y esto no es un golpe? ?Hoy nuestro pa¨ªs vive una dictadura militar!¡±, exclamaba, con tono indignado, Helmi Ibrahim, de 52 a?os, que llevaba acampado cerca de la mezquita desde hac¨ªa cinco d¨ªas. Manten¨ªa que el odio ancestral al islam y a aquellos que lo practican con devoci¨®n ha acabado imponi¨¦ndose. ¡°Y en otros pa¨ªses, como en Am¨¦rica, ?el presidente no es cristiano? ?Y no va a la iglesia? ?Y no reza? ?Por qu¨¦ aqu¨ª no?¡±, dijo.
Estos miembros de la sociedad de la Hermandad se sienten con la soga al cuello. Ayer llegaban m¨¢s noticias de arrestos domiciliarios, de detenciones, de prohibiciones de abandonar el pa¨ªs. Es un gran cambio. Un d¨ªa controlaban el pa¨ªs y el otro se ve¨ªan como proscritos. Jugaron al juego pol¨ªtico tras la ca¨ªda deMubarak. Lo ganaron en las urnas. Y les dejaron disfrutar de ¨¦l exactamente un a?o y tres d¨ªas. Y ahora ven con amargura c¨®mo gran parte del pa¨ªs celebra en la calle lo que para ellos es un atraco a mano armada.
¡°Los que tengan suficiente memoria ver¨¢n c¨®mo ahora se est¨¢ repitiendo lo que sucedi¨® en 1952¡±, dec¨ªa ayer Gehad el Haddad, portavoz de los Hermanos Musulmanes, en referencia al golpe de Estado militar de 1952, tras el cual el general Gamal Abdel Nasser tom¨® las riendas del pa¨ªs, que a lo largo de las d¨¦cadas heredar¨ªan Anuar el Sadat y Hosni Mubarak. Fueron 60 a?os en los que los Hermanos Musulmanes estuvieron en la sombra, esperando el momento adecuado, muchas veces acallados. ¡°Si hay algo que sabemos hacer es esperar nuestra oportunidad. Y por tiempo no es¡±, a?adi¨®.
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