El anhelo de la grandeza perdida
Contrasta la tolerancia del siglo IX con el ¡°c¨¢ncer sectario¡± que hoy se come Siria, Irak y tantas otras naciones ¨¢rabes
Hisham Melhem, un prominente periodista liban¨¦s, recuerda una emotiva visita a la Mezquita de C¨®rdoba, en el sur de Espa?a, el pasado mes de mayo. Con l¨¢grimas en los ojos, se encontr¨® pensando c¨®mo el genio ¨¢rabe musulm¨¢n de hac¨ªa mil a?os hab¨ªa girado en los tiempos modernos hacia el caos y la represi¨®n.
Melhem escribi¨® una columna para el diario de Beirut An Nahar describiendo su visita a la regi¨®n andaluza, ¡°vagando como si fuera un sue?o¡±, rozando los pilares de la mezquita en C¨®rdoba y otros magn¨ªficos restos de un tiempo musulm¨¢n ¡°caracterizado por la confianza, el coraje, la apertura, la tolerancia y el amor por el intelecto, la filosof¨ªa, arte, arquitectura y felicidad en la tierra¡±.
?Qu¨¦ pas¨® con esta cultura sublime? Esa cuesti¨®n de grandeza perdida ha dividido a los ¨¢rabes durante siglos, y fue dolorosamente visible la semana pasada mientras Egipto avanzaba a bandazos hacia un nuevo instante de episodio de derramamiento de sangre y agitaci¨®n pol¨ªtica.
Los egipcios anhelan la grandeza de un pasado que produjo las gloriosas pir¨¢mides y tumbas de los faraones, y despu¨¦s convirti¨® la mezquita de al Azhar en El Cairo en el ¨¢rbitro y guardi¨¢n de la teolog¨ªa musulmana sun¨ª. Lo que los egipcios encuentran en el presente es una revoluci¨®n que, a lo largo de los dos ¨²ltimos a?os, ha estado devorando por igual a sus hijos, a liberales seculares y a los Hermanos Musulmanes.
Al hablar del desarrollo de esta tragedia en Egipto con mi amigo Melhem, pens¨¦ que ¨¦l ten¨ªa raz¨®n al fijarse tanto en la apertura y la tolerancia de los reyes moros de Andaluc¨ªa. Fue esta sofisticaci¨®n la que dio a C¨®rdoba su reputaci¨®n como el ¡°ornamento del mundo¡±. No fueron s¨®lo los musulmanes los que prosperaron en Andaluc¨ªa en el siglo IX, sino tambi¨¦n los jud¨ªos y los cristianos.
Melham contrasta esta tolerancia del siglo IX con el ¡°c¨¢ncer sectario¡± que hoy se come Siria, Irak y tantas otras naciones ¨¢rabes. ?l escribi¨® en An Nahar: ¡°Los musulmanes de Oriente Medio, con su estrecha ideolog¨ªa sectaria, parecen extremadamente alejados del humanismo que, bajo el Islam, les convirti¨® en la segunda gran civilizaci¨®n tras los Romanos. Est¨¢n tan separados de las fuentes que garantizaron al mundo un nuevo lenguaje en la intelectualidad, el arte y el comercio con una visi¨®n universal supuestamente basada en la l¨®gica y la justicia¡±.
El esp¨ªritu pluralista de C¨®rdoba fue descrito por Mar¨ªa Rosa Menocal en 2003 en su libro ¡°El Ornamento del Mundo: C¨®mo los Musulmanes, Jud¨ªos y Cristianos crearon una cultura de tolerancia en la Espa?a medieval¡±. Ella describi¨® c¨®mo los l¨ªderes musulmanes ¨¢rabes de entonces promovieron una libertad de pensamiento que, adem¨¢s de producir grandes obras de arte y el comienzo de las matem¨¢ticas y la ciencia, tambi¨¦n permitieron que prosperaran otras religiones.
Esta ¨¦tica de tolerancia -tan central al c¨¦nit de la cultura musulmana- es precisamente lo que parece faltar en tantos pa¨ªses ¨¢rabes en la actualidad. La cultura pol¨ªtica est¨¢ rota. Los pol¨ªticos de ambos lados carecen de la confianza que facilita su compromiso y moderaci¨®n. La pol¨ªtica es un juego de sumas y todo se lucha a muerte, ya sea en El Cairo, Damasco, Tr¨ªpoli o Bagdad.
Los incidentes recientes en Egipto subrayan este problema: si no es el autoritarismo de los Hermanos Musulmanes, es la dictadura represiva de los militares. No parece haber t¨¦rmino medio.
Podemos adivinar los comienzos del movimiento para construir una cultura pol¨ªtica musulmana de tolerancia que podr¨ªa sostener sociedades democr¨¢ticas modernas. Asef Bayat, un profesor iran¨ª de la Universidad de Illinois en Champaign-Urbana ha escrito durante la ¨²ltima d¨¦cada sobre lo que ¨¦l considera tendencias ¡°post-islamistas¡±. ?l defendi¨® este caso poderosamente en su libro de 2007, ¡°Construyendo un Islam democr¨¢tico¡±.
Mustafa Akyol, un columnista turco y acad¨¦mico, argumenta a favor de la apertura y la tolerancia en ¡°Islam sin extremos: un caso musulm¨¢n de libertad¡±. ?l explica: ¡°Me he convencido de que una necesidad fundamental para el mundo musulm¨¢n contempor¨¢neo es abrazar la libertad - la libertad de los individuos y comunidades, musulmanes y no musulmanes, creyentes y ateos, mujeres y hombres, ideas y opiniones, mercados y emprendedores¡±.
Un amigo musulm¨¢n liban¨¦s me explic¨® recientemente en un correo electr¨®nico que los principios que gu¨ªan este movimiento post-islamista es que ¡°llevar el Islam hasta todos los aspectos del d¨ªa a d¨ªa ha demostrado ser extremadamente peligroso para la religi¨®n. Para salvar el Islam, debemos elevarlo una vez m¨¢s y protegerlo de la humanidad que obra y negocia en su nombre¡±.
Defender la tolerancia y la moderaci¨®n en un momento en el que los egipcios y los sirios est¨¢n masacr¨¢ndose entre ellos puede parecer una locura, pero se basa en una realidad pr¨¢ctica. Para redescubrir la edad dorada que simboliza Al-Andalus, el mundo ¨¢rabe debe recapturar el esp¨ªritu inclusivo que sostuvo a C¨®rdoba y Granada. De no ser as¨ª, la fragmentada cultura pol¨ªtica no se arreglar¨¢.
? 2013, Washington Post Writers Group
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