Redada antinarco en la mayor favela de R¨ªo de Janeiro antes de la llegada del Papa
Un operativo policial en la ic¨®nica barriada de Rocinha reaviva el temor a la criminalidad urbana en v¨ªsperas de recibir a Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud


En v¨ªsperas de la llegada del papa Francisco a R¨ªo de Janeiro (Brasil), en la favela de Rocinha se ha recrudecido la violencia vinculada al tr¨¢fico de droga. Rocinha es la barriada m¨¢s populosa de la ciudad, con al menos 70.000 vecinos, y era una de las favelas que las autoridades daban por pacificadas. El Papa no la visitar¨¢, pero el deterioro de la seguridad en este lugar es una se?al que preocupa mucho a las fuerzas del orden de cara a los d¨ªas que estar¨¢ en la ciudad Francisco.
El s¨¢bado por la noche, en una operaci¨®n bautizada Paz armada, decenas de polic¨ªas subieron a Rocinha con 58 ¨®rdenes de detenci¨®n de supuestos traficantes de droga que todav¨ªa operan en la favela. Fueron detenidas 30 personas y descubiertos la friolera de 100 puestos de venta de droga desparramados por toda la barriada.
La polic¨ªa, con ayuda de c¨¢maras colocadas en Rocinha despu¨¦s de su pacificaci¨®n, y rastreando tambi¨¦n informaci¨®n en las redes sociales, consiguieron localizar a los traficantes en callejuelas que ni siquiera figuran en Google.
Rocinha ha sido dividida en dos grandes zonas de venta de droga por grupos de narcos que siguen luchando entre s¨ª, exactamente como en los tiempos en que la favela a¨²n no estaba pacificada y los traficantes eran due?os de aquel territorio.
La venta de drogas sigue siendo pilotada y organizada desde la c¨¢rcel por el famoso narco Antonio Bonfim Lopes, conocido como Nem, detenido hace dos a?os cuando hu¨ªa tras haber sido ocupada la favela por las fuerzas del orden en una gigantesca operaci¨®n llevada a cabo por la polic¨ªa militar y las tres fuerzas del Ej¨¦rcito.
En Rocinha, como en las otras favelas ocupadas por la Unidad de Polic¨ªa Pacificadora (UPP), existe con car¨¢cter permanente un batall¨®n de 700 polic¨ªas desde noviembre de 2011, cuando fue ocupada. Pero ni siquiera su presencia ha atemorizado a los narcos.
Seg¨²n c¨¢lculos de la polic¨ªa civil, en Rocinha el tr¨¢fico de drogas le rinde a los traficantes tres millones de d¨®lares al mes. Esta es una favela emblem¨¢tica no s¨®lo por su gran poblaci¨®n sino porque est¨¢ en un lugar estrat¨¦gico, entre el barrio m¨¢s noble de la ciudad, Lebl¨®n, y la prestigiosa zona de Barra de Tijuca. A sus faldas est¨¢ ubicado uno de los hoteles de prestigio de la ciudad, el Intercontinental, que alberga congresos internacionales y en el que en agosto de 2010, traficantes bajados de la favela (a¨²n no pacificada, por entonces) hicieron 35 rehenes entre hu¨¦spedes y funcionarios del hotel.

La situaci¨®n geogr¨¢fica de Rocinha, colocada en un alto con una vista fabulosa de la ciudad, hizo que el pasado fin de a?o decenas de turistas extranjeros decidieran pasar en ella la Nochevieja para ver los fuegos tradicionales, de los m¨¢s espectaculares del mundo, lanzados en la playa de Copacabana.
Hace s¨®lo d¨ªas la prensa anunci¨® que una de las casas de la favela hab¨ªa sido adquirida por un extranjero por 300.000 d¨®lares. Y, parad¨®jicamente, tal vez sea la presencia de turistas en la favela lo que ha llevado a los traficantes a volver a sus viejas andadas desafiando a la polic¨ªa.
La alarma, sin embargo, hab¨ªa saltado hace unos meses cuando el turista alem¨¢n Daniel Benjamin Franck, de 25 a?os, fue herido con arma de fuego en dicha favela, en la que ahora la polic¨ªa confiesa que siguen actuando cerca de 100 narcotraficantes.
Esa triste realidad de que favelas que fueron pacificadas en vistas al Mundial de F¨²tbol y sobre todo a las Olimpiadas de 2016 siguen dominadas por los narcos, como muestra el caso de Rocinha, echa un jarro de agua fr¨ªa sobre una operaci¨®n que fue vendida al mundo como ejemplo de eficiencia policial. Y la pregunta que m¨¢s inquieta es qu¨¦ pasar¨¢ cuando se apaguen las luces de los dos grandes acontecimientos de la Copa y de las Olimpiadas.
Hoy, en v¨ªsperas de la llegada del papa Francisco a R¨ªo, que supone para las autoridades de la ciudad uno de los mayores desafios de los ¨²ltimos tiempos por la personalidad ya planetaria del personaje, la polic¨ªa admite que Rocinha sigue dominada por los narcos. La alarma es real.
De Rocinha se unieron en el d¨ªa de la gran protesta callejera en R¨ªo del mes de junio, cientos de habitantes que bajaron hasta el barrio rico de Lebl¨®n, donde tiene su residencia el gobernador S¨¦rgio Cabral. Los moradores del barrio con el metro cuadrado de habitaci¨®n m¨¢s caro del mundo, alarmados, anunciaron por las redes sociales: "La favela est¨¢ bajando el morro [el monte]". Y es que, pacificadas o no, justa o injustamente, las favelas que abrazan a R¨ªo como una corona de espinas siguen siendo en el inconsciente colectivo la imagen de la violencia, manifiesta o potencial.
?Qu¨¦ har¨¢n las favelas cuando llegue el papa Francisco? Esa es hoy la mayor preocupaci¨®n de las autoridades cariocas, aunque dada la cultura religiosa de aquellas gentes, sacrificados trabajadores, blanco hist¨®rico de injusticias sociales, lo m¨¢s probable es que si bajasen de lo alto de las favelas para participar en la visita de Francisco fuese para llevarle flores y pedirle paz y dignidad.
La tarde que bajaron desde Rocinha para unirse a los manifestantes pidiendo mejores servicios p¨²blicos ofrecieron un sorprendente ejemplo de cociudadan¨ªa, sin el menor atisbo de violencia calljera. El problema no son los que viven y sufren desde hace decenios en las favelas, sino los que hacen de ellos y de aquellos lugares cr¨®nicamente abandonados por el poder p¨²blico, carne de ca?¨®n.
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