Los socialistas portugueses se apartan del acuerdo de Salvaci¨®n Nacional

Tras una semana de negociaciones (y ocho reuniones a tres bandas) el secretario general del partido Socialista portugu¨¦s (PS), Ant¨®nio Jos¨¦ Seguro, ha anunciado este viernes que su formaci¨®n se niega a firmar el acuerdo de ¡°salvaci¨®n nacional¡± que el presidente de la Rep¨²blica, An¨ªbal Cavaco Silva, hab¨ªa exigido a los tres partidos mayoritarios en Portugal. As¨ª, el acuerdo a medio plazo entre la coalici¨®n gubernamental de centroderecha y los socialistas, actualmente en la oposici¨®n, salta por los aires antes de haberse llevado a cabo y la crisis pol¨ªtica que roe el pa¨ªs desde principios de julio se reabre.

Seguro asegur¨® que, al final, las cuestiones que le impiden llegar a este acuerdo con el centroderecha que actualmente gobierna el pa¨ªs son, en el fondo, las mismas que al principio: la pol¨ªtica de austeridad a rajatabla que el Ejecutivo ¨Cbajo presi¨®n de la troika- lleva desde que se hizo con el poder, hace dos a?os: ¡°Hemos luchado para que no haya m¨¢s recortes, para que no haya m¨¢s despidos en la funci¨®n p¨²blica, para que se baje el IVA de los restaurantes y para que haya un programa de emergencia para el empleo¡±, ha explicado Seguro. Seg¨²n este, el PSD, el partido de centro derecha del primer ministro, Pedro Passos Coelho y el CDS, la formaci¨®n de inspiraci¨®n democristiana del ministro de Asuntos Exteriores, Paulo Portas ¡°no renuncian a su pol¨ªtica de austeridad¡±. Y a?adi¨®: ¡°Por eso ellos han imposibilitado el acuerdo a pesar de nosotros lo hemos intentado¡±.

La pelota (en realidad una bomba de relojer¨ªa pol¨ªtica) pasa ahora, otra vez, al tejado de An¨ªbal Cavaco Silva, que el jueves durmi¨®, seg¨²n ¨¦l ¡°apaciblemente¡±, en el archipi¨¦lago de Madeira. El presidente de la Rep¨²blica se neg¨® a avalar el pasado 11 la renovaci¨®n del Gobierno de Passos Coelho, que trataba con este nuevo Ejecutivo de cerrar una crisis desatada por divergencias con el socio de la coalici¨®n, Paulo Portas. Cavaco, para refrendar ese nuevo Ejecutivo, pidi¨® un acuerdo ¡°de salvaci¨®n¡± entre las tres formaciones, esto es, incluyendo a la oposici¨®n, a fin de garantizar a medio plazo la estabilidad pol¨ªtica, con el adelanto de las elecciones a 2014 en vista.

Ahora, con ese acuerdo volatilizado, es Cavaco Silva el que tiene que decidir c¨®mo poner fin al marasmo pol¨ªtico en el que se encuentra sumido el pa¨ªs desde que el 2 de julio el ministro de Asuntos Exteriores, Paulo Portas, presentara su dimisi¨®n, una renuncia nunca aceptada por Passos Coelho y que, de hecho, nunca se ha hecho efectiva. Cavaco Silva tiene algunas posibilidades, pero no muchas m¨¢s: convocar elecciones ya, aceptar el Gobierno propuesto por Passos Coelho a pesar de su rechazo inicial o formar un Gobierno de inspiraci¨®n presidencial. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha pronunciado en contra de la primera y de la tercera opci¨®n. Ahora es la oportunidad de saber si se trataba de un farol.

El secretario general del Partido Socialista ha estado en los ¨²ltimos en el centro de una enorme presi¨®n: por un lado, el primer ministro y los empresarios del pa¨ªs le urg¨ªan ¡°a actuar con responsabilidad de Estado¡± y plegarse a firmar un acuerdo que sacara al pa¨ªs del impasse. Por otro, la izquierda parlamentaria y l¨ªderes hist¨®ricos del socialismo portugu¨¦s, como M¨¢rio Soares, le preven¨ªan contra un acuerdo que pod¨ªa convertirse en un suicidio pol¨ªtico. El propio Soares, referencia hist¨®rica de la izquierda lusa, advirti¨® que un acuerdo entre el centroderecha y el PS portugu¨¦s pod¨ªa significar una escisi¨®n del PS portugu¨¦s. Desde el otro lado, Passos Coelho le presionaba para actuar con el realismo que, seg¨²n ¨¦l, deb¨ªa esperarse de un l¨ªder pol¨ªtico con opci¨®n a gobernar.

La crisis pol¨ªtica sale cara a un pa¨ªs rescatado, en la mira de los mercados y con la troika a la espera de que acabe la tormenta para volver a inspeccionar las cuentas p¨²blicas. En los m¨¢s de 15 d¨ªas que Portugal tiene el Gobierno debilitado y casi en funciones los intereses de la deuda lusa han subido en las subastas de bonos portugueses.