Los programas de vigilancia de Estados Unidos dividen al Congreso

La ajustada votaci¨®n en la C¨¢mara de Representantes de EE UU que garantiz¨® el pasado mi¨¦rcoles la subsistencia del actual programa de recopilaci¨®n de llamadas telef¨®nicas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), evidenci¨® la divisi¨®n que las t¨¦cnicas de vigilancia empleadas por el Gobierno del pa¨ªs suscitan en el seno de sus dos principales partidos pol¨ªticos. La primera discusi¨®n en el Congreso sobre las pr¨¢cticas de espionaje de la NSA, tras las filtraciones perpetradas por su antiguo analista, Edward Snowden, dej¨® constancia de la polarizaci¨®n que entre sus miembros suscita el debate entre seguridad y privacidad.

La primera discusi¨®n en el Congreso sobre las pr¨¢cticas de espionaje de la NSA, tras las filtraciones perpetradas por su antiguo analista, Edward Snowden, dej¨® constancia de la polarizaci¨®n que entre sus miembros suscita el debate entre seguridad y privacidad

El ala m¨¢s afin al Tea Party, muy cr¨ªtica con la intromisi¨®n del Gobierno en la vida p¨²blica, y los miembros m¨¢s progresistas de la bancada dem¨®crata, que nunca han ocultado su incomodidad con la excesiva intromisi¨®n en la intimidad de los programas de inteligencia, se aliaron el mi¨¦rcoles para votar a favor de una enmienda presentada por el representante republicano Justin Amash para prohibir a la NSA la recopilaci¨®n de llamadas de ciudadanos que no sean objeto de una investigaci¨®n judicial bajo la Ley Patri¨®tica, lo que, de facto, hubiera supuesto la pr¨¢ctica desmantelaci¨®n del programa, dado que s¨®lo puede operar al amparo de esa legislaci¨®n. En el bando contrario, 83 dem¨®cratas, incluida la l¨ªder de la formaci¨®n en la c¨¢mara Baja, Nancy Pelosi, se aliaron con 134 republicanos para derrocar la proposici¨®n.

El hecho de que el promotor de la enmienda lograra reunir m¨¢s de 200 apoyos -sali¨® derrotada por 217 votos en contra frente a 205 a favor- da una dimensi¨®n de la preocupaci¨®n que la extensi¨®n de los programas de la NSA desvelados por Snowden ha suscitado entre los miembros del Congreso de EE UU. El republicano James Sensenbrenner, uno de los autores de la Ley Patri¨®tica, tambi¨¦n defendi¨® la enmienda alegando que ¨¦l nunca esper¨® que la norma se utilizara para autorizar programas de espionaje masivo.

La ofensiva desplegada por la Casa Blanca, los m¨¢ximos responsables de la inteligencia de EE UU y los presidentes de los comit¨¦s de Inteligencia de ambas c¨¢maras demuestra la transcendencia de esa votaci¨®n. En los d¨ªas previos al debate, el portavoz de la presidencia y el director nacional de Inteligencia advirtieron de la importancia de los programas de la NSA en sendos comunicados y el m¨¢ximo responsable de la NSA se reuni¨® de urgencia con los legisladores en el Capitolio para tratar de convencerles de que no aprobaran la medida.

La ofensiva desplegada por la Casa Blanca, los m¨¢ximos responsables de la inteligencia de EE UU y los presidentes de los comit¨¦s de Inteligencia de ambas c¨¢maras demuestra la transcendencia de esa votaci¨®n

Esta presi¨®n dio sus frutos y otorg¨® a los defensores de los programa de la NSA su primera victoria en la C¨¢mara de Representantes. Pero la pugna del mi¨¦rcoles se repetir¨¢ en los pr¨®ximos meses en el Senado. All¨ª Mark Udall y Ron Wyden, dos senadores que han mostrado sus recelos hacia las pr¨¢cticas de espionaje del Gobierno, retomar¨¢n el debate. ¡°El voto bipartito de la c¨¢mara baja debe ser una llamada de atenci¨®n para la Casa Blanca¡±, advirti¨® Udall. Ambos legisladores incluyeron sus firmas entre las de otros 24 senadores que a finales de junio enviaron una carta al director nacional de Inteligencia para cuestionar el ¡°entramado legislativo secreto¡± que, sostienen, la Administraci¨®n Obama est¨¢ creando alrededor de sus programas de espionaje.

La divisi¨®n en el Congreso refleja la fragmentaci¨®n de la sociedad estadounidense sobre la vigilancia del Gobierno. Una encuesta de la CBS publicada el pasado mi¨¦rcoles se?alaba que el 67% de los consultados cre¨ªa que la recopilaci¨®n de llamadas era una violaci¨®n de la privacidad, mientras que el 52% consideraba, sin embargo, que era una herramienta eficaz para luchar contra el terrorismo.