El ¨²ltimo asalto de Berlusconi
El fallo del Tribunal Supremo en el ¡®caso Mediaset¡¯ mantiene en vilo a Italia ante la posibilidad de que entierre la carrera pol¨ªtica del ex primer ministro
Los jueces que condenaron en primera y segunda instancia a Silvio Berlusconi por el caso Mediaset ¡ªfraude fiscal en la compra de derechos televisivos¡ª coincidieron en que el pol¨ªtico y magnate tiene ¡°propensi¨®n a cometer delitos¡±. Si el Tribunal Supremo confirma ahora las sentencias id¨¦nticas ¡ªcuatro a?os de c¨¢rcel y cinco de inhabilitaci¨®n¡ª, la carrera pol¨ªtica del tres veces primer ministro italiano habr¨¢ llegado a su fin. El l¨ªder del centroderecha ha hecho todo lo posible en los ¨²ltimos meses para, por las buenas o por las malas, canjear su apoyo al Gobierno de Enrico Letta por un salvoconducto que lo protegiese de los jueces, pero no parece haberlo logrado. Su equipo de abogados batalla a la desesperada por evitar la condena mientras su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), amenaza con incendiar de nuevo la pol¨ªtica italiana.
La condena en segunda instancia fue dictada por el Tribunal de Apelaci¨®n de Mil¨¢n el pasado 8 de mayo. Se consideraba probado que el grupo audiovisual Mediaset evadi¨® al fisco alrededor de siete millones de euros ¡ªque envi¨® a cuentas en el extranjero¡ª procedentes de los derechos de transmisi¨®n de pel¨ªculas estadounidenses entre 2002 y 2003. Si bien la pena de cuatro a?os de prisi¨®n se quedar¨ªa en uno por la llamada ley del indulto y adem¨¢s podr¨ªa ser descontada en arresto domiciliario o mediante trabajos a favor de la comunidad, la inhabilitaci¨®n a cinco a?os s¨ª supondr¨ªa, de facto, el adi¨®s de Berlusconi a la pol¨ªtica activa. En teor¨ªa, Berlusconi tendr¨ªa que dejar su puesto de senador, no podr¨ªa presentarse a las elecciones ni liderar un partido que sin ¨¦l est¨¢ abocado al fracaso. Pero eso solo es la teor¨ªa. La pr¨¢ctica suele ser m¨¢s complicada, sobre todo en Italia. Hay que tener en cuenta que, en caso de condena, el Parlamento tendr¨ªa que dar su aprobaci¨®n, mediante votaci¨®n secreta, para que se cumpliera la sentencia. Y no hay que echar en saco roto la capacidad de Berlusconi, y de su poder¨ªo pol¨ªtico y econ¨®mico, para cambiar el curso de las votaciones.
En cualquier caso, en Roma se vive con pasi¨®n ¡ªy bajo un calor asfixiante¡ª la ¨²ltima batalla de Il Cavaliere. Sin minusvalorar la capacidad italiana para encontrar salidas donde no las hay, las opciones que baraja la defensa son las siguientes. El Tribunal Supremo podr¨ªa absolver a Berlusconi o decidir que el proceso se repitiese. Tambi¨¦n existe la posibilidad de que se confirmara el a?o de c¨¢rcel ¡ªque en ning¨²n caso tendr¨ªa que cumplir dada su edad, 76 a?os¡ª, pero que al mismo tiempo se rebajara el periodo de inhabilitaci¨®n para ejercer cargo p¨²blico. La tercera opci¨®n ser¨ªa aprovechar un hipot¨¦tico aplazamiento de la vista para ensayar otras estrategias y lograr, de camino, una composici¨®n del tribunal m¨¢s favorable a Berlusconi. La ira del magnate se desat¨® hace unas semanas cuando el Tribunal Supremo decidi¨® adelantar al 30 de julio la vista definitiva sobre el caso Mediaset. Los magistrados intentaban de esta forma que parte de los delitos que se juzgan no prescribiesen durante el verano, dado que el proceso se remonta a siete a?os atr¨¢s, pero Berlusconi ¡ªque esperaba tener m¨¢s tiempo para armar su defensa¡ª lo atribuy¨® una vez m¨¢s al intento desesperado de ¡°los jueces comunistas¡± por conseguir en los tribunales lo que los candidatos de la izquierda no logran en las urnas. ¡°Me quieren apartar de la pol¨ªtica a toda costa, pero si caigo yo, cae tambi¨¦n el Gobierno¡±, es el estribillo que su c¨ªrculo m¨¢s cercano puso en un primer momento en la boca del magnate.
Gracias a una ensalada de leyes dise?adas a su medida, delitos prescritos, amnist¨ªas, sentencias recurridas y testigos agradecidos a su poderosa chequera, Silvio Berlusconi se las viene ingeniando para evitar una condena definitiva. La sombra del magnate ha aparecido en los ¨²ltimos a?os alrededor de asuntos grav¨ªsimos relacionados con la Mafia, la inducci¨®n a la prostituci¨®n de menores, las comisiones ilegales o los fraudes econ¨®micos, pero el viejo zorro de la pol¨ªtica italiana ¡ªauxiliado por su gran imperio medi¨¢tico¡ª ha conseguido inocular en los votantes de centroderecha una ecuaci¨®n perversa: cuando sale absuelto, los medios de su propiedad lo hacen aparecer como un inocente perseguido por la justicia; si resulta condenado, el retrato es id¨¦ntico: no se le juzga por los hechos, sino por su perfil pol¨ªtico. Ahora, en cambio, la situaci¨®n parece haber llegado a un punto de no retorno.
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