La revoluci¨®n de Baba enciende Zimbabue
Las denuncias de fraude electoral de un bloguero disparan el rechazo a Mugabe
Se esconde bajo un dibujo de un viejecito blanco y con bast¨®n que responde al nombre de Baba Jukwa. Nada se sabe de este perfil virtual, que suma m¨¢s de 333.200 seguidores en Facebook, ni si se trata de un bloguero o un colectivo. Solo est¨¢ claro que bajo esa apariencia inofensiva est¨¢ sacudiendo el panorama pol¨ªtico y social de Zimbabue, denunciando corruptelas y pucherazo electoral del partido del todopoderoso Robert Mugabe e incluso animando a formar parte de una ¡°revoluci¨®n¡± para derrocar al viejo presidente. Tal es el fen¨®meno que se ha ganado el sobrenombre del Assange o el Edward Snowden africano, aunque a ¨¦l le gusta m¨¢s la comparaci¨®n con Robin Hood.
El caso de Baba Jukwa (padre de Jukwa) tiene miga porque se presenta como un desencantado de la Uni¨®n Nacional Africana de Zimbabue-Frente Popular (ZANU-FP) y como un ¡°padre preocupado luchando por el nepotismo¡± de los pol¨ªticos. Desde que activ¨® su perfil en la red social no ha dudado en publicar nombres y tel¨¦fonos de supuestos corruptos. Incluso se dice que el propio Mugabe ha puesto precio a quien desenmascare su identidad, al tiempo que el diario oficial The Herald se refiere al viejito Baba como ¡°traidor¡± y un ¡°resentido¡±, lo que le legitima como real opositor a Mugabe.
Las elecciones presidenciales del mi¨¦rcoles, as¨ª como la campa?a previa, transcurrieron sin violencia, si bien cuando a¨²n estaban abiertas las urnas las acusaciones de fraude ya empezaron a escucharse en boca de la oposici¨®n y de algunos pocos observadores independientes presentes.
Desde que activ¨® su perfil en la red social no ha dudado en publicar nombres y tel¨¦fonos de supuestos corruptos. Incluso se dice que el propio Mugabe ha puesto precio a quien desenmascare su identidad
Ayer, el partido de Mugabe se dio por ganador, mientras que Baba Jukwa otorg¨® una mayor¨ªa aplastante del 78% al Movimiento Democr¨¢tico por el Cambio-Tsvangirai (DMC-T), liderado por el actual primer ministro Morgan Tsvangirai, quien calific¨® el proceso de ¡°gran estafa¡±.
Pero Baba es m¨¢s que un informante. En su Facebook hizo un llamamiento a los ¡°patriotas¡± a ¡°formar parte de una revoluci¨®n¡± porque, advert¨ªa, ¡°no tolerar¨¢¡± que Mugabe se proclame presidente en unas elecciones ¡°fraudulentas¡±. ¡°Este pa¨ªs nunca ser¨¢ igual, nos dirigimos a una lucha, le guste al mundo o no¡±, escribi¨® para el deleite de sus muchos seguidores, a los que anim¨® a tomar las armas y alistarse en la Organizaci¨®n de Inteligencia Vapanduki en la lucha ¡°contra el imperio del demonio¡± de Mugabe. Algo est¨¢ cambiando en este pa¨ªs africano y este abuelo es ¡°la manifestaci¨®n de una revoluci¨®n silenciosa¡± que est¨¢n protagonizando las a¨²n min¨²sculas clases sociales con acceso a las redes sociales y a la tecnolog¨ªa. El an¨¢lisis es de las investigadoras Yu-Shan Wu y Catherine Grant Makokera del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales.
La ZANU-FP defend¨ªa la ¡°libertad¡± con la que hab¨ªan votado los electores, desoyendo a los que le acusaron de hacerse un censo a medida y de haber prohibido el voto a un mill¨®n de electores en ¨¢reas urbanas, donde Mugabe es m¨¢s d¨¦bil. A falta del escrutinio final, la formaci¨®n daba por hecha la victoria del presidente, de 89 a?os que gobierna el pa¨ªs con mano de hierro desde 1980, cuando ¨¦l mismo lider¨® la independencia de los brit¨¢nicos. Mugabe hace tiempo que perdi¨® la p¨¢tina de libertador y se ha ganado la de bestia negra de los 12 millones de habitantes de este estado africano, en la cola de desarrollo y en la cabeza de violaciones de derechos humanos.
Como en 2008, la comunidad internacional vuelve a mirar a Zimbabue tras unos comicios. Hace cinco a?os, Mugabe perdi¨® la mayor¨ªa parlamentaria en favor de Tsvangirai pero su autoproclamaci¨®n de ganador en las presidenciales encendi¨® los ¨¢nimos de la oposici¨®n. El r¨¦gimen respondi¨® con acoso y asesinatos a las manifestaciones del DMC-T, dejando al menos 200 muertos y centenares de exiliados. El conflicto termin¨® en 2009 con un gobierno de unidad en la que Mugabe se manten¨ªa en la presidencia y Tsvangirai se convert¨ªa en primer ministro. La f¨®rmula ha dado aire al pa¨ªs que se ha ganado en estabilidad econ¨®mica pero sigue siendo un polvor¨ªn pol¨ªtico. Ahora, vuelve el miedo a que se repita la violencia descontrolada, a la espera de si detr¨¢s del dibujo de Baba hay un movimiento organizado que usa las redes sociales como ocurri¨® en la primavera ¨¢rabe o se trata de una pura an¨¦cdota.
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