La condena de Berlusconi deja tocado al Gobierno italiano
Los fieles a Il Cavaliere amenazan con romper el pacto con el centroizquierda
El d¨ªa despu¨¦s de la condena definitiva de Silvio Berlusconi por evasi¨®n fiscal, los t¨ªtulos de su empresa, Mediaset, se derrumbaron en la Bolsa de Mil¨¢n. Pero lo que mantiene en vilo a Italia es el futuro de las acciones que Il Cavaliere tiene invertidas en el Gobierno. La cuesti¨®n es saber c¨®mo el magnate de la telecomunicaci¨®n va a aprovechar aquel 30% de votos que cosech¨® en las generales de febrero. En el encuentro que mantuvo con sus diputados, este viernes, condicion¨® su apoyo al Ejecutivo de coalici¨®n que lidera Enrico Letta a una reforma de la justicia, poniendo en entredicho la supervivencia del mismo. El Partido Democr¨¢tico (PD) tambi¨¦n se enfrenta a una duda digna de Hamlet: ?Es mejor seguir gobernando para no abandonar al pa¨ªs a otros ¡ªe inciertos¡ª comicios o escuchar a las bases que no toleran el pacto con el hist¨®rico adversario, condenado por primera vez en firme y con la Fiscal¨ªa de Mil¨¢n pidiendo la retirada de su pasaporte?
Atrincherado en el palacio Grazioli, su residencia romana, Berlusconi dicta el discurso a los suyos. En el videomensaje que en la noche del jueves emiti¨® el telediario de Rete 4 (propiedad de Mediaset), evita comentarios sobre el Gabinete. Solo se refiere, y con un tono menos encendido de lo habitual, al complot urdido por los jueces: ¡°Una parte de la magistratura demuestra ser un sujeto irresponsable. Una variable incontrolable ¡ªcon magistrados no elegidos por el pueblo¡ª que condiciona permanentemente la vida pol¨ªtica¡±.
Con el rostro angustiado, y voz que roza la conmoci¨®n, dice: ¡°Nadie puede entender la carga de violencia que he tenido que soportar. A cambio del compromiso durante casi 20 a?os con mi pa¨ªs, cuando he llegado casi al final de mi vida activa, recibo como premio acusaciones y una sentencia privada de todo fundamento que me quita la libertad personal y los derechos pol¨ªticos. ?Es as¨ª como Italia reconoce los sacrificios y compromisos de sus mejores ciudadanos? ?Es esta la Italia que queremos y amamos?¡±. Tenso pero no rendido, Berlusconi anunci¨® que quiere recuperar el nombre de su antiguo partido, Forza Italia, confiando en que el cambio le d¨¦ nuevas victorias en las urnas: ¡°Pediremos a los italianos que nos den la mayor¨ªa indispensable para modernizar el pa¨ªs¡±.
La amargura del jefe se reflejaba en los lugartenientes del Pueblo de la Libertad (PDL, nombre actual del partido), reunidos ayer a su lado. Siempre espont¨¢nea, la diputada Daniela Santach¨¦ opin¨® sobre el veredicto: ¡°A ver si ahora tienen los cojones de mandarlo a la c¨¢rcel¡±. Berlusconi redobl¨® la presi¨®n y amenaz¨® de forma clara la continuidad del Gobierno si no se llega a un acuerdo r¨¢pido para reformar la justicia: ¡°Debemos pedir elecciones cuanto antes, para ganarlas. Reflexionemos sobre cu¨¢l puede ser el camino mejor para llegar a este objetivo¡±. Angelino Alfano, secretario del PDL y ministro del Interior, le respald¨® sin fisuras: ¡°Debemos defender nuestros principios y nuestra historia, que coincide con usted, presidente. As¨ª que estamos preparados para dimitir¡±. M¨¢s institucional fue el portavoz en el Senado, Renato Schifani, que prometi¨® pedir a Napolitano que considere indultar a Berlusconi.
Aunque no pueda volver a presentarse a las elecciones ¡ªla ley anticorrupci¨®n del Gobierno de Monti lo vet¨® tras una condena firme¡ª y aunque probablemente tenga que renunciar a su esca?o en la actual legislatura, nadie le abandona.
Y si los tropiezos jur¨ªdicos de Berlusconi dan fuerza a la derecha, tambi¨¦n socavan la moral en el campo opuesto. El argumento de la responsabilidad tiene varias interpretaciones en el PD: para algunos significa no aceptar la alianza con un defraudador fiscal. Para otros, seguir gobernando con miembros de su formaci¨®n para no dejar caer al Gobierno. El exsecretario del PD, Pier Luigi Bersani, resumi¨®: ¡°Esta condena tendr¨¢ graves consecuencias pol¨ªticas. Todo el mundo debe reflexionar. Nosotros tambi¨¦n. Se abre una cuesti¨®n entre una gobernabilidad que se hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil y los riesgos de una ingobernabilidad siempre al acecho¡±.
Mientras, a Enrico Letta, al frente de un Gobierno que cuenta con elementos berlusconianos, le preocupa mucho m¨¢s el segundo escenario: ¡°Ante todo est¨¢ el inter¨¦s del pa¨ªs. Hoy Italia precisa respuestas y ser gobernada¡±, coment¨® tras el Consejo de Ministros.
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