Los ladrones de la imagen de Cannes
Una oleada de robos de joyas de pel¨ªcula sacude la glamurosa ciudad francesa
La glamurosa imagen de Cannes se desvanece. Los robos de joyas han empezado a ser una costumbre que empa?a el perfil de marca de la ciudad. Ladrones de guante blanco o vulgares atracadores multiplican los ataques a hoteles y joyer¨ªas para conseguir un suntuoso bot¨ªn. Una r¨¢faga pausada, pero continuada, de delitos que ya empa?aron la ¨²ltima edici¨®n del festival de cine. El domingo pasado alcanz¨® su cl¨ªmax: un espectacular atraco en el hotel Carlton se convirti¨® en el m¨¢s importante de la historia criminal francesa, con m¨¢s de cien millones de euros de bot¨ªn.
Unos d¨ªas m¨¢s tarde le lleg¨® el turno a Kronometry, una relojer¨ªa de lujo a no m¨¢s de 50 pasos del palacio del festival, en la Croisette. ¡°Lo sentimos, pero estamos en crisis¡±, fue el sarc¨¢stico mensaje dejado por uno de los atracadores. Era el segundo robo del a?o en esa relojer¨ªa: casi dos millones y medio de euros evaporados en seis meses.
Son escenas que encajar¨ªan en el guion de una pel¨ªcula. Sobre todo las del cinematogr¨¢fico golpe del Carlton: un hotel de leyenda por el que Hitchcock pase¨® mientras rodaba parte de Atrapa a un ladr¨®n; un bandido que se lleva el mayor bot¨ªn de la historia de Francia y, como v¨ªctima, un joyero an¨®nimo para el gran p¨²blico, Lev Leviev, al que la revista Forbes llama el Rey del Diamante. Leviev es un multimillonario israel¨ª que vive en un palacete de 47 millones de euros en Londres con su mujer y sus nueve hijos.
¡°Es un esc¨¢ndalo, es realmente grotesco¡±, reacciona Daniel R¨¦my, fundador de la empresa de seguridad que lleva su nombre, y con 35 a?os de experiencia. ¡°En estos casos hay varios elementos que destacar. El primero es la incompetencia flagrante desde el punto de vista de la seguridad. El segundo es la cuesti¨®n de las complicidades internas. Y el tercero, y hablo en general, hay que considerar la posibilidad de un fraude al seguro¡±, a?ade. ¡°Con tales niveles de incompetencia, uno se ve obligado a plantearse la segunda y tercera consideraci¨®n¡±, concluye.
Para R¨¦my, el hurto no es del todo una sorpresa. Hace a?os que los sindicatos piden que dejen de celebrarse este tipo de exposiciones. Todos recuerdan 1994, cuando un atraco durante una muestra similar dej¨® gravemente herido a uno de los guardias. A esto se suma que, desde hace a?os, la direcci¨®n del hotel no avisaba a la polic¨ªa de la muestra, algo que, si bien no es obligatorio, s¨ª suele ser habitual.
Estos sucesos han erosionado la imagen de la ciudad costera en el exterior. Durante el pasado festival de cine, el n¨²mero dos de la mayor productora p¨²blica china se encontr¨® la puerta de su residencia alquilada abierta de par en par. Sus maletas hab¨ªan desaparecido. Denunci¨® a los responsables de la agencia de alquiler de mansiones y la inseguridad generalizada en Francia, y se roz¨® el incidente diplom¨¢tico.
Las autoridades locales se han decidido a reaccionar. El 8 de agosto tienen previsto reunirse con grandes firmas para aumentar la seguridad. Hasta entonces, la prefectura ha anunciado un refuerzo de medios. Desde esta semana hay cinco agentes m¨¢s para patrullar tanto las calles como la famosa Croisette. Mientras, siguen las muestras de lujo en los hoteles. El mismo Carlton acoge actualmente otras dos de ese tipo.
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