Una conversaci¨®n entre l¨ªderes de Al Qaeda provoc¨® el cierre de las embajadas
El responsable de la organizaci¨®n y el jefe de su filial en Yemen hablaban de hacer ¡°algo grande¡± al final del Ramad¨¢n EE UU pide a sus ciudadanos que salgan de Yemen "lo antes posible" Reino Unido retira a su personal de las embajadas en el pa¨ªs
La decisi¨®n de Estados Unidos de cerrar m¨¢s de una veintena de sus embajadas en los pa¨ªses ¨¢rabes, y la adopci¨®n de otras importantes medidas de precauci¨®n - entre ellas, pedir a los cooperantes y turistas estadounidenses que abandonen Yemen "lo antes posible" - fue provocada por el intercambio de varios mensajes electr¨®nicos entre los m¨¢ximos dirigentes de Al Qaeda en los que comentaban su intenci¨®n de llevar a cabo ¡°algo grande¡± con motivo del fin del Ramad¨¢n, confirm¨® este lunes la Administraci¨®n. Aunque el Gobierno ha insistido en la magnitud y credibilidad de la amenaza, a¨²n no se ha concretado qu¨¦ tipo de atentado, qu¨¦ objetivo o en qu¨¦ pa¨ªs pueda materializarse esa amenaza. Reino Unido ha retirado de forma temporal a todo el personal de su embajada, seg¨²n ha informado el departamento de Exteriores.
Los protagonistas de la conversaci¨®n interceptada eran el l¨ªder de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, y el responsable de su filial en la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, Nasir al-Wahishi, cuya influencia en el seno de la organizaci¨®n no ha hecho sino crecer y a quien se considera como el nuevo n¨²mero dos de la red terrorista. La identidad y la importancia de ambos interlocutores convenci¨® al Gobierno de EE UU de la necesidad de extremar las alertas. Los analistas creen que se tratar¨ªa de un atentado con explosivos.
El Departamento de Estado decidi¨® extender hasta el 10 de agosto la orden de clausura de 19 de las 21 misiones ¡ªla de Israel tampoco abri¨®, como es habitual¡ª en Oriente Pr¨®ximo, el norte de ?frica y el sur de Asia, que ya permanecieron cerradas el pasado domingo, ¡°no como consecuencia de una nueva alerta terrorista sino como un ejercicio de cautela¡±, se?alaba su comunicado. ¡°Nuestro inter¨¦s es mantener nuestras misiones abiertas, pero iremos determinando qu¨¦ embajadas quedan abiertas y cu¨¢les no en funci¨®n de nuestra informaci¨®n de inteligencia¡±, ha indicado la portavoz del Departamento de Estado.
La inusual alarma que esta amenaza ha levantado en EE UU pone de manifiesto la dificultad de combatir a la organizaci¨®n terrorista ahora que se ha diseminado por otras regiones. El liderazgo en el seno de Al Qaeda puede no ser tan fuerte como anta?o, pero su capacidad para organizar ataques se ha multiplicado con la dispersi¨®n de c¨¦lulas en el Magreb o la pen¨ªnsula Ar¨¢biga. En los ¨²ltimos meses se ha avivado el debate sobre la estrategia m¨¢s adecuada para debilitar a las nuevas familias de Al Qaeda. El propio presidente Barack Obama reconoci¨® en mayo que era necesario cambiar la forma de combatir el terrorismo y que el principal riesgo proven¨ªa de las filiales en otras partes del mundo distintas de Pakist¨¢n o Afganist¨¢n.
Esta nueva amenaza terrorista indeterminada por parte de Al Qaeda, no solo ha devuelto a la organizaci¨®n la condici¨®n de principal peligro para la seguridad mundial sino que ha relanzado el prestigio de las agencias de espionaje del Gobierno, justo cuando su labor estaba siendo m¨¢s cuestionada, tras la revelaci¨®n de los programas de vigilancia de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) por su exanalista Edward Snowden.?
Durante el fin de semana legisladores de ambos partidos alabaron las medidas de seguridad de la Casa Blanca e hicieron una encendida defensa de las agencias de inteligencia. ¡°La NSA ha demostrado su importancia una vez m¨¢s¡±, asegur¨® el influyente senador republicano Lindsey Graham, quien advirti¨® a sus colegas del Capitolio que si ¡°persisten en desmantelarla, solo har¨¢n de EE UU un pa¨ªs menos seguro¡±. La extensi¨®n de los programas de vigilancia del Gobierno y la discutible legitimidad para desarrollarlos ha divido al Congreso, reavivando el debate sobre la seguridad y la privacidad y la balanza parec¨ªa decantarse a favor del derecho a la intimidad.
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