Cacer¨ªa de inmigrantes sin papeles en Mosc¨²
Varios partidos explotan el nacionalismo y la xenofobia en v¨ªspera de las elecciones a la alcald¨ªa de la capital rusa
Centenares de extranjeros, en su mayor¨ªa vietnamitas, se hacinaban el lunes en una veintena de tiendas de campa?a del ministerio de Situaciones de Emergencia (MCHS) en un pol¨ªgono industrial ruinoso del barrio de Goli¨¢novo, al noreste de Mosc¨². Este desolado lugar, cercado por una alta valla, se ha convertido en un improvisado centro de internamiento para los inmigrantes indocumentados pendientes de deportaci¨®n tras ser capturados en la oleada de redadas que se est¨¢n practicando en la capital rusa.
Los inmigrantes, la corrupci¨®n y el tr¨¢fico son temas que preocupan a los moscovitas en v¨ªsperas de las elecciones a alcalde que tendr¨¢n lugar el 8 de septiembre. El actual alcalde en funciones, Sergu¨¦i Sobianin (nombrado por el presidente Vlad¨ªmir Putin) compite con varios rivales, de los cuales el m¨¢s destacado es el abogado Alex¨¦i Navalni, sobre el que gravita una sentencia (recurrida en segunda instancia) a cinco a?os de c¨¢rcel.
La pol¨ªtica sobre la inmigraci¨®n pone a prueba a todos los aspirantes a la alcald¨ªa, pero la lucha contra los indocumentados va m¨¢s all¨¢ de Mosc¨², se extiende por el Estado y aventa el nacionalismo ruso. M¨¢s de 600 sin papeles fueron detenidos en una redada en la madrugada del lunes en una base agr¨ªcola de las afueras de Mosc¨², seg¨²n la agencia Interfax.
El Servicio Federal de Migraci¨®n de Rusia (SFM) ha preparado un proyecto de ley que prev¨¦ crear 83 centros especiales para internar a los inmigrantes pendientes de deportaci¨®n (por decisi¨®n judicial), seg¨²n informa el peri¨®dico Kommersant. En Rusia hay ahora 21 centros de internamiento dependientes del ministerio del Interior. A partir de 2014 estos centros pasar¨¢n a ser competencia del SFM, que incrementar¨¢ su plantilla en m¨¢s de 4.500 personas.
El campamento de Goli¨¢novo no tiene precedentes Mosc¨². La raz¨®n de su existencia es que el ¨²nico centro de internamiento de indocumentados de la ciudad, capaz de acoger a 400 personas, est¨¢ desbordado, seg¨²n Ant¨®n Tsvetkov, vicepresidente del consejo social adscrito al ministerio del Interior de Rusia. En el origen de las redadas est¨¢ un altercado ocurrido en julio en un mercado moscovita, donde un vendedor procedente de Daguest¨¢n supuestamente golpe¨® en la cabeza a un polic¨ªa. El vendedor fue mostrado como si fuera un animal salvaje por las televisiones estatales. Daguest¨¢n est¨¢ en la Federaci¨®n Rusa y, al ser ciudadano ruso, el vendedor goza de los mismos derechos que sus conciudadanos de cultura rusa. El caso, no obstante, ha sido el detonante de una campa?a contra los forasteros que se centra en los extranjeros sin papeles. "Vinimos aqu¨ª el viernes y hab¨ªa 17 personas; el s¨¢bado ya eran 200, el domingo 500 y hoy ya son m¨¢s de 600", explicaba Ant¨®n Tsvetkov, que dirige la asociaci¨®n Oficiales de Rusia y que, junto con representantes de otras ONG, llev¨® al campamento una carga de ayuda humanitaria que inclu¨ªa varias toneladas de arroz, ventiladores y art¨ªculos higi¨¦nicos. Echados en literas, en cuclillas en corrillos o ase¨¢ndose en las duchas de agua fr¨ªa a la intemperie, los vietnamitas aguardaban su suerte. Apenas pod¨ªan expresarse en ruso y una buena parte se dedicaba aparentemente a coser falsificaciones de art¨ªculos de marca en los talleres de esta zona industrial, utilizada en el pasado por los chinos que trabajaban en un mercado, ya clausurado por contrabando. En el campamento hab¨ªa diez ciudadanos de Tajikist¨¢n, seg¨²n dec¨ªa Jaquim, de 38 a?os, que se qued¨® sin cobrar su sueldo de 15.000 rublos (algo m¨¢s de 300 euros) con los que alimentaba a su mujer y dos hijos residentes en Dushamb¨¦. Tambi¨¦n hab¨ªa dos sirios que, de no mediar imprevisto, ser¨¢n deportados a su pa¨ªs a pesar de la guerra. Fir¨¢s Alfatulu Albustani, de 35 a?os, dice haber venido a Mosc¨² para establecerse aqu¨ª con ayuda de su familia pol¨ªtica, que reside las cercan¨ªas de la capital, para traer despu¨¦s a su esposa, una rusa, y a sus cuatro hijos, desde Alepo. Jas¨¢n Mojammad Kasadu, de 19 a?os, huy¨® de la guerra y afirma que, por ignorancia, dej¨® expirar su visado sin pedir asilo.
Las autoridades planean ampliar el centro de internamiento, se?alaba Svetlana G¨¢nnushkina, de la ONG Colaboraci¨®n C¨ªvica, seg¨²n la cual en Goli¨¢novo es imposible alojar a m¨¢s de 1.500 personas. La campa?a contra los inmigrantes recuerda a la activista otra campa?a emprendida en 2006 contra los georgianos, durante la cual por lo menos dos personas murieron por falta de ayuda m¨¦dica y se lleg¨® a deportar a ciudadanos rusos de apellido georgiano. Esta campa?a, como la anterior, est¨¢ "pol¨ªticamente motivada", ya que "desv¨ªa el sentimiento de protesta de los moscovitas hacia la hostilidad para con los forasteros", afirma la activista.
Las estimaciones sobre el n¨²mero de inmigrantes sin papeles existentes en Rusia, dispares y poco fiables, van desde los dos millones hasta los 10 millones de personas. En 2007, Rusia estableci¨® una cuota de 6 millones de inmigrantes, pero la cifra de los se acogieron a ella fue de 1,8 millones, se?ala G¨¢nnushkina.
Los grupos ultranacionalistas est¨¢n prestos a enarbolar la bandera de la xenofobia. Durante el fin de semana, en Mosc¨² y San Petersburgo, voluntarios de estas corrientes radicales intentaron dar caza a los emigrantes en los mercados. En Mosc¨², representantes del movimiento Russkie (Rusos), dirigidos por Nikol¨¢i Bond¨¢rik (miembro del Consejo Coordinador de la oposici¨®n), intentaron inspeccionar la documentaci¨®n de los kioscos cercanos a una boca de metro, pero los agentes del orden defendieron a los vendedores. En San Petersburgo, sin embargo, los radicales lograron inspeccionar algunos puestos de frutas y no se practicaron detenciones, seg¨²n Komersant. Bond¨¢rik dijo a aquel diario que estas acciones van a continuar y que espera que los cosacos se sumen a ellas en San Petersburgo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.