Obama suspende las maniobras militares con Egipto por la represi¨®n

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha condenado este jueves la violencia ejercida por el Gobierno interino y el Ej¨¦rcito egipcio contra los manifestantes islamistas y ha anunciado la cancelaci¨®n de las pr¨¢cticas militares conjuntas que cada dos a?os celebran ambos pa¨ªses. El mandatario exigi¨® el cese de la represi¨®n y el levantamiento del Estado de emergencia pero no hizo ninguna menci¨®n a la ayuda militar anual de 1.500 millones de d¨®lares que Washington env¨ªa a El Cairo y que ha sido puesta en entredicho por el Congreso.

Tras reconocer la importancia de la relaci¨®n con Egipto, un pilar para la paz con Israel, el presidente ha advertido de que la ¡°tradicional cooperaci¨®n no puede continuar como antes mientras vemos c¨®mo los civiles siguen siendo asesinados en las calles y los derechos humanos se pisotean¡±. La decisi¨®n de suspender las pr¨¢cticas militares conjuntas, conocidas como Bright Star y que deb¨ªan comenzar el mes que viene, se dej¨® entrever el mi¨¦rcoles por miembros del Pent¨¢gono. Se trata de la segunda medida, tras la orden a finales de julio de suspender el env¨ªo de varios F-16, que la Administraci¨®n Obama ha adoptado en respuesta a la escalada de violencia en Egipto tras la salida del poder, forzada por el Ej¨¦rcito, del presidente Mohamed Morsi el pasado 3 de julio.

Obama ha enfatizado que la "colaboraci¨®n con Egipto no puede seguir como antes cuando se ejerce la violencia" contra los civiles

EE UU lleva celebrando estas operaciones conjuntas desde 1981 y ¨²nicamente se interrumpieron en 2011 como consecuencia de las revueltas de la Primavera ?rabe que se saldaron con el derrocamiento de Hosni Mubarak. Esta decisi¨®n es un mensaje claro para el Ej¨¦rcito egipcio, pero Obama, sin embargo, ha advertido de que no tiene intenci¨®n de abandonar la colaboraci¨®n militar. Se trata de una medida menor que sigue en la l¨ªnea de la tibia respuesta que el Gobierno ha adoptado desde la deposici¨®n de Morsi y que ha dejado en evidencia la p¨¦rdida de influencia de Washington sobre el pa¨ªs africano.

En los ¨²ltimos meses, EE UU ha tratado de mantener un dif¨ªcil equilibrio, convenciendo a los generales egipcios de que eviten la violencia e instando al Gobierno interino a que no a¨ªsle a los Hermanos Musulmanes del proceso de transici¨®n hacia la democracia y a que libere al antiguo presidente. La Administraci¨®n, sin embrago, ha eludido definir el derrocamiento de Morsi como un golpe de Estado para salvaguardar la ayuda econ¨®mica y militar de 1.500 millones de d¨®lares, que ¨²nicamente puede enviarse, de acuerdo con la legislaci¨®n estadounidense, si no se define la situaci¨®n del pa¨ªs destinatario como de alzamiento militar.

Este jueves, Obama ha aludido a la salida del poder de Morsi pero lo ha hecho en t¨¦rminos ambiguos. ¡°Somos conscientes de la complejidad de esta situaci¨®n. Morsi fue elegido democr¨¢ticamente pero su Gobierno no fue inclusivo y muchos egipcios pidieron un cambio", ha se?alado. El presidente, no obstante, ha instado a las partes a trabajar por una transici¨®n democr¨¢tica pac¨ªfica. ¡°La violencia ¨²nicamente alimentar¨¢ el ciclo de polarizaci¨®n que no lleva a nada", ha sostenido.

Durante las protestas previas al golpe de Estado, la administraci¨®n Obama trat¨® de mantener la equidistancia y esta ma?ana el presidente ha insistido en la misma direcci¨®n, "EE UU no puede determinar el futuro de Egipto. Eso solo le corresponde a los egipcios", ha dicho. Ese pretendido equilibrio ha desatado el malestar por parte de los seguidores de Morsi que entienden que, al no condenar abiertamente su salida del poder, estaba avalando un golpe antidemocr¨¢tico, y las cr¨ªticas por parte de del Ej¨¦rcito que considera que EE UU no est¨¢ respaldando sus intereses. Obama tambi¨¦n ha hecho alusi¨®n a esta circunstancia. ¡°Hemos sido acusados por los seguidores de Morsi y por los de la otra parte".

La alianza militar de Washington con El Cairo se sustenta en una ayuda de m¨¢s de 40.000 millones de d¨®lares desembolsada desde 1948, adem¨¢s de los ejercicios militares conjuntos y un largo intercambio de oficiales ¡ªel ministro de Defensa egipcio y principal responsable del derrocamiento de Morsi, Abdul Farah al-Sisi estudi¨® en EE UU¡ª. Washington considera esta cooperaci¨®n clave y teme que la suspensi¨®n de la ayuda bianual de 1.500 millones de d¨®lares contribuya a desestabilizar m¨¢s a uno de los pa¨ªses m¨¢s importantes del mundo ?rabe, clave en su estrategia para garantizar la paz con Israel y en Oriente Pr¨®ximo.

La Casa Blanca percibe tambi¨¦n esta ayuda como el v¨ªnculo m¨¢s importante para influir en los generales egipcios y quiere garantizarlo para evitar que El Cairo, ante la falta de fondos estadounidenses, se acerque m¨¢s a Arabia Saud¨ª, uno de los pa¨ªses de la regi¨®n que, junto con Catar, se han mostrado m¨¢s anhelantes por ver fuera del Gobierno egipcio a un partido islamista.

La brutalidad ejercida en las calles de Egipto ha obligado a Obama a interrumpir sus vacaciones en Martha's Vineyard. No es la primera vez que la violencia en Oriente Pr¨®ximo determina al presidente a hacer un par¨®n en sus d¨ªas de descanso. En 2011, tambi¨¦n abord¨® con la prensa la situaci¨®n en Libia, tras la toma de los rebeldes de la capital.