La coalici¨®n progolpe se resquebraja
El Baradei, otros pol¨ªticos y el im¨¢n de Al Azhar se alejan de los militares
Cuando anunci¨® la consumaci¨®n del golpe de Estado, con gran solemnidad y prometiendo una regeneraci¨®n democr¨¢tica de Egipto, al general y comandante de las Fuerzas Armadas Abdel Fatah al Sisi le acompa?¨® lo m¨¢s granado de la sociedad civil, todo un plantel de grandes l¨ªderes pol¨ªticos, religiosos y juveniles que quer¨ªan darle legitimidad a la maniobra militar que acababa de poner fin a un a?o de gobierno de los Hermanos Musulmanes, ganadores de las primeras elecciones leg¨ªtimas del pa¨ªs. Seis semanas despu¨¦s, con el pa¨ªs sumido en el caos, esa gran coalici¨®n se ha quebrado, con numerosas defecciones y la incapacidad o la negativa de muchos de aquellos dirigentes de justificar las matanzas del Ej¨¦rcito. Queda pues patente su fracaso a la hora de devolverle la anhelada estabilidad a un pa¨ªs sumido en el conflicto civil.
El primero en abandonar la gran coalici¨®n fue el reputado l¨ªder y premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, que acept¨® ser vicepresidente interino para asuntos internacionales. Dimiti¨® horas despu¨¦s de la mayor masacre en la historia reciente del pa¨ªs. Fueron 600 los muertos en aquella carga militar contra los campamentos islamistas. ¡°Los ¨²nicos que se benefician de los hechos de hoy son los terroristas, anarquistas y extremistas, y pronto recordar¨¢n muy bien lo que he dicho¡±, dijo entonces en un comunicado. Cierto. Muchos recordaron ayer mismo esas palabras, con El Cairo sumido en el caos, las calles tomadas por grupos armados y tanques, con el sonido de las r¨¢fagas de los fusiles bien claro en todo el centro de la ciudad.
El primero en abandonar la gran coalici¨®n fue el reputado l¨ªder y premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei
Era complicado para El Baradei seguir en el Gobierno y mantener su fama de prohombre de reputaci¨®n intachable e incansable defensor de la paz y la democracia. ¡°Con todo el respeto, ha renunciado a sus responsabilidades en los tiempos m¨¢s duros¡±, dec¨ªa ayer Mona Selim, portavoz del movimiento juvenil Tamarod (Rebeli¨®n), que dijo haber recabado 22 millones de firmas pidiendo la dimisi¨®n de Mohamed Morsi y que convoc¨® las grandes manifestaciones que precedieron al golpe. ¡°Es en cierto modo vergonzoso que El Baradei haya decidido renunciar a sus obligaciones justo cuando las cosas han comenzado a ponerse dif¨ªciles, sobre todo cuando se comprometi¨® a representar a este Gobierno ante el resto del mundo"¡±, a?adi¨®.
Ayer eran los j¨®venes de Tamarod los ¨²ltimos que quedaban para defender p¨²blicamente al Gobierno interino y a sus custodios, los generales. Dimiti¨® tambi¨¦n Khaled Dawoud, secretario de comunicaci¨®n del Frente de Salvaci¨®n Nacional, uno de los pol¨ªticos que, tras la deposici¨®n de Morsi, m¨¢s repiti¨® en los medios de Egipto y el resto del mundo la c¨¦lebre frase de ¡°no es un golpe, es la voluntad del pueblo¡±. Antes muy dado a conceder entrevistas, ayer respondi¨® con un lac¨®nico ¡°no¡±, por mensaje de texto, petici¨®n de que explicara los motivos de su abandono. Poco quedaba por explicar, ante un pa¨ªs en llamas, consumido por unas diferencias cada vez m¨¢s irreconciliables.
A la derecha del general Al Sisi, el d¨ªa del anuncio del golpe, se hallaba tambi¨¦n Mahmud Badr, uno de los fundadores de Tamarod. En las redes sociales se ha dedicado a criticar a los islamistas por incitar a la violencia, tild¨¢ndolos de terroristas, justificando, de forma m¨¢s o menos directa, las cargas policiales. ¡°Nuestro pa¨ªs se enfrenta a grandes amenazas", dijo en un comunicado televisado el jueves con gran pompa, en el que pidi¨® a sus simpatizantes que crearan grupos para defender a los vecindarios y a las minor¨ªas de la embestida islamista. ¡°Aquellos que intentan generar violencia deber¨ªan saber que en Egipto no hay minor¨ªas, somos todos ciudadanos egipcios, cristianos y musulmanes¡±, a?adi¨®.
Quien m¨¢s se ha esforzado por tenderle una mano a los islamistas ha sido el im¨¢n de la mezquita de Al Azhar, la m¨¢s prestigiosa instituci¨®n del islam sun¨ª. Ahmed el Tayeb anunci¨® antes de la matanza una ronda de contactos para facilitar la reconciliaci¨®n nacional. Los Hermanos Musulmanes rechazaron su mediaci¨®n. Lo tildan de dictador religioso, lo acusan de creer que es un papa musulm¨¢n y recuerdan que lo eligi¨® Hosni Mubarak. Es l¨®gico, dado que compareci¨® tambi¨¦n junto al general Al Sisi para darle credibilidad religiosa al golpe. Tras la masacre del mi¨¦rcoles pidi¨® ¡°moderaci¨®n y di¨¢logo¡± en un comunicado, pero con m¨¢s de 600 muertos, los islamistas creyeron que ya era tarde para ello.
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