T¨²nez negocia para no caer en el caos egipcio
En medio de la creciente crispaci¨®n entre islamistas y laicos, el pa¨ªs en el que arranc¨® la ¡®primavera ¨¢rabe¡¯ no parece querer seguir la senda violenta
A juzgar por las manifestaciones casi diarias a favor y en contra del Ejecutivo en manos de los islamistas de Ennahda; a juzgar tambi¨¦n por la radicalizaci¨®n de las cr¨ªticas contra el partido gobernante, T¨²nez se parece cada d¨ªa un poco m¨¢s a Egipto en v¨ªsperas del golpe de Estado militar del 3 de julio que derroc¨® al presidente Mohamed Morsi.
La represi¨®n contra los Hermanos Musulmanes egipcios ha exacerbado a¨²n m¨¢s en T¨²nez el enfrentamiento entre Ennahda y sus socios laicos de Gobierno, que la han condenado sin paliativos, mientras sus adversarios, como el partido Nidaa Tounes, alababan ante todo ¡°al pueblo egipcio (¡) que recoloc¨® a la revoluci¨®n en el buen camino¡±.
Ya el 6 de julio, tres d¨ªas despu¨¦s del golpe egipcio, Mustafa Ben Jaafar, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), anunci¨® que congelaba sus trabajos, la redacci¨®n de una nueva Carta Magna. Paraliz¨® as¨ª de hecho la transici¨®n tunecina y agrav¨® un poco m¨¢s la crisis pol¨ªtica reactivada por el asesinato, el 25 de julio, del diputado izquierdista Mohamed Brahmi.
El Frente de Salvaci¨®n Nacional (FSN), una coalici¨®n heterog¨¦nea de partidos de oposici¨®n a la que pertenec¨ªa Brahmi, exige ahora la dimisi¨®n Gobierno de Ennahda, su sustituci¨®n por un gabinete de tecn¨®cratas, la disoluci¨®n de la ANC, la convocatoria de elecciones y la elaboraci¨®n de la Constituci¨®n por un grupo de juristas. Sus exigencias cuentan con el respaldo parcial de la UGTT, el poderoso sindicato con medio mill¨®n de afiliados.
A diferencia de Egipto, en T¨²nez los adversarios siguen dialogando
M¨¢s all¨¢ de ser incapaces de mantener la seguridad, de gestionar mal la econom¨ªa, etc¨¦tera, el grueso de los laicos reprocha a Ennahda su conquista del aparato del Estado y su empe?o de impregnar todo de su interpretaci¨®n ¡°retr¨®grada¡± de la religi¨®n empezando por la Constituci¨®n. Hace un a?o intentaron por ejemplo que la mujer fuese descrita legalmente como ¡°complementaria¡± del hombre y no como igual. No lo lograron.
Pese a tanta crispaci¨®n el pa¨ªs que fue pionero en la ¡°primavera ¨¢rabe¡±, expulsando a su dictador, Ben Ali, en enero de 2011, solo tiene algunas apariencias en com¨²n con Egipto y profundas diferencias que hacen casi imposible que siga su senda violenta. La primera es que posee un Ej¨¦rcito de Tierra peque?o (27.000 hombres), hist¨®ricamente apol¨ªtico y ahora enfrascado en acabar con los focos yihadistas en la sierra de Chaambi.
La segunda gran diferencia es que Ennahda gan¨®, en octubre de 2011, las primeras elecciones democr¨¢ticas con m¨¢s del 40% de los sufragios, pero no dispone de una mayor¨ªa absoluta en la Asamblea Nacional Constituyente. Para formar gobierno tuvo que aliarse con dos partidos laicos, el Congreso para la Rep¨²blica (CpR) y Ettakatol (socialdem¨®crata).
Los islamistas de Ennahda no tienen mayor¨ªa, gobiernan en alianza con laicos
Las presiones de sus socios, sobre todo las de Ettakatol que amenaza con salirse de la coalici¨®n, las de la calle y su propia idiosincrasia han incitado a Ennahda a tener una actitud m¨¢s dialogante que la de los Hermanos Musulmanes. El Consejo de la Shoura, la direcci¨®n del partido islamista, ofreci¨® de nuevo el lunes ¡°la formaci¨®n de un gobierno de unidad nacional¡± que ellos seguir¨ªan encabezando. Su l¨ªder, Rachid Ghanouchi, tambi¨¦n se mostr¨® dispuesto a concluir en octubre la redacci¨®n de la Constituci¨®n y a celebrar elecciones antes de fin de a?o.
A diferencia de Egipto, los adversarios siguen dialogando aunque, por ahora, sin resultados. Ennahda y Nidaa Tounes, que dirige el exprimer ministro Beji Caid Essebsi, mantuvieron contactos el pasado fin de semana en Par¨ªs, seg¨²n revel¨® el propio Ghanouchi en su p¨¢gina de Facebook. El portavoz islamista declar¨® que estaban dispuestos a continuar las consultas ¡°bajo el patrocinio¡± de la UGTT, que no les es nada af¨ªn.
¡°Muchos tunecinos han visto lo que sucedi¨® en Egipto y quieren hacer todo lo posible para que no ocurra en su pa¨ªs¡±, declar¨® el ministro alem¨¢n de Exteriores, Guido Westerwelle, la semana pasada, al t¨¦rmino de una visita a T¨²nez para intentar mediar. La UE quiere a toda costa evitar que T¨²nez sea un segundo Egipto. ¡°Despu¨¦s de discutir con ambas partes tengo la impresi¨®n de que es posible alcanzar un compromiso¡±, concluy¨® el ministro.
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