La calle en El Cairo ignora a Mubarak
Tahrir, que en 2011 fue el epicentro de las manifestaciones contra el antiguo 'rais', ni se ha inmutado ante su excarcelaci¨®n
Tahrir, este jueves, como si nada. El tr¨¢fico no se ha interrumpido. No ha habido concentraciones. Nadie ha protestado ni ha contenido el aliento. La ic¨®nica plaza que en 2011 fue el epicentro de los 18 d¨ªas de manifestaciones que exigieron democracia, libertad y, sobre todo, la marcha de Hosni Mubarak, ni se ha inmutado ante la excarcelaci¨®n del dictador. En el vertiginoso ritmo con el que la vida y la pol¨ªtica avanzan en la rotonda central de la plaza, Mubarak no es m¨¢s que un p¨¢lido recuerdo de un pasado no lejano, pero s¨ª olvidado. Los murales con las caras de las v¨ªctimas de su r¨¦gimen miraban impasibles al transe¨²nte, mientras un helic¨®ptero sobrevolaba El Cairo con Mubarak en una camilla a bordo pero sin m¨¢s futuro que el de quedar encerrado junto a su pasado.
En los tenderetes de Tahrir se vend¨ªan esta tarde las fotos a color de los grandes l¨ªderes de la patria egipcia, desde el bomb¨¢stico Gamal Abdel Nasser al hombre del momento, el general Abdel Fatah al Sisi, comandante del Ej¨¦rcito y art¨ªfice del golpe de Estado del 3 de julio. Ausente, de momento, estaba Mubarak. "Con el tiempo, veremos su foto ah¨ª tambi¨¦n", se quejaba, con evidente desencanto, Ahmad al Din, inform¨¢tico de 28 a?os. Explicaba que no se considera islamista, pero que no ve con buenos ojos el golpe y la entronizaci¨®n del general Al Sisi. "?No hemos tenido ya a suficientes l¨ªderes a los que nadie ha elegido? Este es un pa¨ªs de impulsos. En 2011 tuvimos el impulso de echar a Mubarak. Lo hemos olvidado y ahora tenemos el impulso de adorar a Al Sisi", ha a?adido.
Nadie hubiera dicho este jueves que en 2011 Tahrir rugi¨® incansable contra Mubarak y sus excesos. Al fin y al cabo, desde la deposici¨®n y encarcelamiento del dictador, la plaza ha sido escenario de manifestaciones sin fin, las ¨²ltimas el 30 de junio, cuando millones de personas pidieron en las calles la marcha del islamista Mohamed Morsi, primer presidente elegido democr¨¢ticamente. "Comparado con Morsi, Mubarak no fue tan malo", dec¨ªa este jueves, con gesto desafiante, Essam Heggi, de 42 a?os, sentado bajo una de las tiendas de campa?a que pueblan el centro de la plaza. ?Y la legitimidad? "La legitimidad la quita y la de el pueblo. Para legitimar a un presidente no hacen falta elecciones", a?ad¨ªa.
Tal vez fuera la vor¨¢gine de las pasadas semanas ¡ªel golpe de Estado, las cargas militares, los cientos de muertos¡ª pero realmente la liberaci¨®n de Mubarak parec¨ªa esta tarde en las calles de El Cairo una mera an¨¦cdota. Los egipcios tienen otras cosas por las que preocuparse, como llegar a casa antes del toque de queda (siete de la tarde) o superar los puestos de control civiles que plagan la capital. En el suelo de una esquina de Tahrir hab¨ªa un quiosco con varios peri¨®dicos. El d¨ªa anterior ya se hab¨ªa avanzado la excarcelaci¨®n del dictador, pero en ninguno de esos rotativos ven¨ªa su nombre o su foto. No era noticia, simplemente. Los egipcios ya se libraron de ¨¦l. Saben que no volver¨¢n a verle en el poder. Y este jueves se dedicaron a otra cosa.
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