La presidenta de Costa Rica encabeza una marcha callejera contra Daniel Ortega
Chinchilla reivindica la soberan¨ªa sobre la provincia de Guanacaste, que limita con Nicaragua
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, ha querido lanzar este jueves una se?al de apoyo popular y de cohesi¨®n patri¨®tica contra su vecino el presidente nicarag¨¹ense,?Daniel Ortega. Lo ha hecho desde la tarima a donde ha llegado una marcha callejera en Nicoya, ciudad principal de un territorio costarricense que en las ¨²ltimas semanas ha servido de le?a para la batalla de discursos que van y vienen entre San Jos¨¦ y Managua.
Chinchilla ha viajado con su ministro de Seguridad, Mario Zamora, y otros miembros de su gabinete a la provincia de Guanacaste, vecina con Nicaragua, para reivindicar la plena soberan¨ªa costarricense sobre un territorio que el Gobierno considera amenazado, despu¨¦s de las palabras provocadoras de Ortega durante uno de sus discursos l¨¢nguidos y dispersos sobre la conflictiva relaci¨®n bilateral entre ¡°ticos¡± (costarricenses¡±) y ¡°nicas¡±.
Cientos de estudiantes de colegios p¨²blicos y empleados estatales han ayudado a dar volumen a la manifestaci¨®n, transmitida para el resto del pa¨ªs por la televisi¨®n estatal. Himnos, banderas y bailes t¨ªpicos han puesto la carga emotiva sobre la marcha, que ha acabado con Chinchilla ante el micr¨®fono. La presidenta ha firmado un manifiesto de ¡°reconfirmaci¨®n¡± de la anexi¨®n del Partido de Nicoya, el territorio que en 1824 se uni¨® por voluntad propia a Costa Rica y que ahora forma parte de la provincia de Guanacaste, un im¨¢n tur¨ªstico y de inversiones inmobiliarias y energ¨¦ticas.
¡°Presidente Ortega, no permitiremos que su irresponsabilidad separe a nuestros pueblos. No caeremos en sus provocaciones, pero tampoco seremos pasivos ante ellas¡±, dijo la mandataria que en el 2010 lo llam¨® ¡°enemigo¡±, al calor del conflicto jur¨ªdico sobre una supuesta invasi¨®n de oficiales nicarag¨¹enses en una isla costarricense conocida como Calero. El caso fue llevado a la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) y a Naciones Unidas, pero ahora est¨¢ en manos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), mientras los enfrentamientos diplom¨¢ticos contin¨²an entre Costa Rica y Nicaragua. El episodio m¨¢s reciente, aunque no novedoso, fue sobre los derechos de Guanacaste, lo que motiv¨® a Chinchilla a retirar temporalmente a su embajador en Managua, Javier Sancho.
Ning¨²n analista en San Jos¨¦ se toma en serio la posibilidad de que Managua reclame el territorio donde viven unos 300.000 costarricenses. Ni siquiera ocurre en Nicaragua, donde los opositores han aprendido a hacer caso a lo que Ortega hace y no a lo que dice, como record¨® en d¨ªas recientes el periodista Carlos Fernando Chamorro. Coinciden, sin embargo, en que ¡°el factor Ortega¡± se ha convertido en un elemento determinante de la pol¨ªtica exterior e interna costarricense. El favor popular llega f¨¢cil a cualquier pol¨ªtico costarricense que se enfrente a Daniel Ortega desde suelo tico, donde se calcula que viven unos 400.000 nicarag¨¹enses que han emigrado huyendo de la pobreza.
Los t¨¦cnicos de la diplomacia en San Jos¨¦ no siempre est¨¢n de acuerdo con cada gesto pol¨ªtico o cada discurso, pero insisten en que hay una amenaza cierta de las autoridades nicarag¨¹enses de extraer petr¨®leo en zonas mar¨ªtimas aleda?as a Costa Rica, donde los l¨ªmites son difusos y estar¨ªan afectados tambi¨¦n por litigios con terceros, como el caso de Colombia. Impulsar el negocio petrolero es uno de los proyectos de Ortega, en paralelo al megaplan de construir un canal interoce¨¢nico en alianza con un conglomerado liderado por el empresario chino Wang Jin.
¡°Nicaragua pretende disputarnos entre 15.000 y 17.000 kil¨®metros cuadrados en el mar Caribe y cerca de 20.000 kil¨®metros cuadrados en el Oc¨¦ano Pac¨ªfico¡±, ha dicho Chinchilla en su discurso en Nicoya. As¨ª habla a ocho meses de acabar un mandato marcado por el conflicto con Ortega y por la corrupci¨®n en torno a una carretera paralela a la frontera, conocida como ¡°la trocha¡± y pensada como un cord¨®n de defensa contra lo que se cre¨ªa eran amenazas de Nicaragua.
Chinchilla ha recibido el respaldo de los partidos pol¨ªticos, incluidas voces opositoras fuertes como la del excandidato presidencial Ott¨®n Sol¨ªs (Partido Acci¨®n Ciudadana), quien esta semana ha calificado a Ortega como ¡°un Bush pobre¡±, al atribuirle faltas de respeto a la soberan¨ªa de otros pa¨ªses. Esta a?eja discordia entre ambos pa¨ªses es una de las razones que hacen al grueso de la opini¨®n p¨²blica costarricense rechazar cualquier camino de integraci¨®n pol¨ªtica en Centroam¨¦rica.
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