La Hermandad se vuelve clandestina y busca refugio en las mezquitas
Con sus l¨ªderes entre rejas, los Hermanos Musulmanes avanzan desorientados Los militares han arrestado a 3.000 y sus cargas se han saldado con un millar de muertos

Sal¨¢ Fatim ya no puede dormir en su casa, junto a su mujer y sus cuatro hijos, por miedo a que vengan, tambi¨¦n, a detenerle. Abandon¨® su hogar hace una semana, despu¨¦s de las matanzas. Cambia de cama constantemente. Tras los cientos de muertos, llegaron las detenciones, ya m¨¢s de 3.000. En la hermandad se habla de una caza en toda regla. En los m¨¢s de dos a?os en que la cofrad¨ªa de los Hermanos Musulmanes abandon¨® la clandestinidad en la que hab¨ªa vivido durante medio siglo, los servicios de inteligencia del estado recabaron una informaci¨®n valios¨ªsima: nombres, n¨²meros de tel¨¦fono y direcciones de dirigentes, rangos medios y bases. Ahora van a por ellos. Sus l¨ªderes est¨¢n casi todos en prisi¨®n. Pero hay algo distinto. Despu¨¦s de m¨¢s de un a?o en el poder, los Hermanos Musulmanes ya no tienen intenci¨®n de permanecer en silencio.
¡°En los pasados dos a?os obtuvieron toda nuestra informaci¨®n, lo saben todo de nosotros, esa es la diferencia respecto a los a?os de Hosni Mubarak. Ahora nos conocen mejor¡±, explica Fatim, ingeniero de 38 a?os, frente a la mezquita de Al Ray¨¢n, en El Cairo, a la que acude a rezar y desde la que participa en marchas de protesta contra el golpe de Estado. ¡°Hay otra diferencia: no vamos a dejar de luchar p¨²blicamente, hasta que el ¨²ltimo de nosotros est¨¦ muerto. Los Hermanos Musulmanes no volveremos a los viejos tiempos¡±. Aquellos viejos tiempos son los de la prohibici¨®n de la cofrad¨ªa, impuesta por Gamal Abdel Naser en 1954. Se mantuvo hasta que cay¨® Mubarak en las revueltas de 2011. Sus l¨ªderes regularizaron la asociaci¨®n en marzo, cuando la registraron finalmente como organizaci¨®n caritativa.
Al caer Mubarak, la hermandad cre¨® un partido pol¨ªtico, Libertad y Justicia, que se present¨® a las elecciones, que gan¨®, con Mohamed Morsi como l¨ªder. Este gobern¨® durante un a?o, y su ejecutivo se convirti¨® en un ejemplo para los grupos islamistas moderados de todo el mundo, hasta el golpe de Estado del 3 de julio. En su a?o en el poder, los cofrades emergieron de la oscuridad en la que hab¨ªan vivido durante a?os. Hab¨ªa acabado la persecuci¨®n. Eran, por fin, libres para hablar de su visi¨®n del islam pol¨ªtico y para defender sus ideas. O al menos eso cre¨ªan.
Las bases islamistas participan en manifestaciones desinfladas, con un plan de acci¨®n a¨²n incierto
Tras el golpe militar, el ej¨¦rcito arrest¨® a Morsi y a su c¨ªrculo m¨¢s cercano de colaboradores. Dos d¨ªas despu¨¦s cay¨® una de las personalidades m¨¢s influyentes en la Hermandad, el poderoso ¡®n¨²mero dos¡¯ Jairat el Shater. Poco a poco fueron arrestados los dem¨¢s dirigentes. Los que quedaban en libertad se replegaron a una acampada islamista de protesta en El Cairo, alrededor de la mezquita de Raba al Adauiya. El 14 de agosto el ej¨¦rcito la desaloj¨®, empleando una fuerza desmedida. Desde entonces ha muerto m¨¢s de un millar de personas, en su gran mayor¨ªa islamistas. Y la polic¨ªa ha arrestado a m¨¢s de una treintena de dirigentes de la cofrad¨ªa, entre ellos su l¨ªder supremo, Mohamed Badie.
¡°Fue humillante para nosotros ver al gu¨ªa espiritual arrestado de ese modo¡±, admite Mohamed Sawan, organizador de la hermandad, de 46 a?os. El gobierno interino distribuy¨® el martes las fotos del arresto, en las que se ve a Badie agotado, derrotado, con ojeras y mirada baja. Se le hab¨ªa visto en p¨²blico por ¨²ltima vez el 5 de julio, en la acampada islamista de El Cairo. ¡°No huyo. No me escondo¡±, hab¨ªa dicho, desafiante. Finalmente, tuvo que esconderse. Fue arrestado en el apartamento de unos conocidos, en El Cairo. Ni siquiera hab¨ªa podido acudir al funeral de su hijo, Ammar, de 38 a?os, fallecido en una carga militar en la plaza de Rams¨¦s el 16 de agosto.
Las cargas militares han provocado ya m¨¢s de un millar de muertos en los pasados diez d¨ªas, y los generales han advertido de que no tolerar¨¢n m¨¢s actos masivos de protesta
Privadas de sus l¨ªderes, las bases de la hermandad, que tiene una estructura muy atomizada y descentralizada, operan hoy casi por libre, temerosas del ej¨¦rcito pero decididas a mantener una presencia, por d¨¦bil que sea, en las calles. Su empe?o es demostrar que los generales no las han borrado de la faz de Egipto. Y si hay algo que caracteriza a la cofrad¨ªa es su capacidad de resistencia. Ha dado ya prueba de ella en el pasado. ¡°Durante una larga ¨¦poca avanzamos en silencio, aguantando la represi¨®n del gobierno. Esta situaci¨®n no nos es nueva¡±, explica Sawan, el organizador, que ingres¨® en la sociedad hace 18 a?os. ¡°Bajo estas condiciones, nos reforzamos¡±.
De detentar el poder, la hermandad ha pasado a replegarse, de nuevo, en las mezquitas, desde las que oper¨® en silencio en los largos a?os de su prohibici¨®n. Sus miembros se encuentran en ellas. Desde all¨ª parten sus manifestaciones, cada vez m¨¢s magras. Planean hoy sus siguientes pasos. Al fin y al cabo, sus l¨ªderes, como Badie o Morsi, ya pasaron por la c¨¢rcel durante los a?os de Mubarak. Y la hermandad aguant¨® y resisti¨®. Esperan ahora estos cofrades que esa historia acabe repiti¨¦ndose.
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