El poder permanente del discurso sobre el sue?o de King
La cr¨ªtica literaria de 'The New York Times' analiza el hist¨®rico discurso y su influencia en Obama
Cuando el d¨ªa empezaba a declinar, en medio del calor, tras una larga marcha y una tarde de discursos sobre leyes federales, desempleo y justicia racial y social, el reverendo Martin Luther King subi¨® por fin al estrado, delante del monumento a Lincoln, para dirigirse a la muchedumbre de 250.000 personas reunidas en el National Mall de Washington.
Empez¨® despacio, con una gravedad magistral, hablando de lo que supon¨ªa ser negro en Estados Unidos en 1963 y la "vergonzosa situaci¨®n" de las relaciones entre razas 100 a?os despu¨¦s de la Proclamaci¨®n de las leyes de emancipaci¨®n. A diferencia de muchos de los oradores anteriores, King no habl¨® de ning¨²n proyecto de ley concreto de los que estaban en el Congreso ni de las demandas de los manifestantes. Lo que hizo fue situar el movimiento de los derechos civiles en el contexto general de la historia ¡ªel pasado, el presente y el futuro¡ª y en la visi¨®n intemporal de las Escrituras.
El reverendo King estaba a mitad del discurso que hab¨ªa preparado cuando Mahalia Jackson ¡ªque unas horas antes hab¨ªa ofrecido una conmovedora versi¨®n del espiritual He sido rechazado y he sido despreciado¡ª le grit¨® desde la tribuna de los oradores: "?H¨¢blales del Sue?o, Martin, h¨¢blales del Sue?o!"; se refer¨ªa a una frase que ¨¦l hab¨ªa pronunciado en ocasiones anteriores. Y el reverendo King dej¨® a un lado el texto de su discurso y comenz¨® una extraordinaria improvisaci¨®n sobre el tema del sue?o, que acabar¨ªa por convertirse en uno de los estribillos m¨¢s conocidos del mundo.
Con su estrofa improvisada, el reverendo King entr¨® de un salto en la historia, pas¨® de la prosa a la poes¨ªa, del podio al p¨²lpito. Su voz se agrand¨® en un crescendo emocional mientras pasaba de una pesimista valoraci¨®n de la injusticias sociales del momento a una visi¨®n radiante de esperanza, de lo que pod¨ªa ser Am¨¦rica. "Tengo un sue?o", declar¨®, "que mis cuatro hijos vivir¨¢n un d¨ªa en una naci¨®n en la que no se les juzgar¨¢ por el color de su piel sino por el contenido de su car¨¢cter. ?Hoy tengo un sue?o!".
Luther King entr¨® en la historia, pas¨® de la prosa a la poes¨ªa, del podio al p¨²lpito
Muchos de los que se encontraban en la multitud esa tarde, hace 50 a?os, hab¨ªan llegado en trenes y autobuses de todo el pa¨ªs. Muchos llevaban sombreros e iban endomingados ¡ª"Por aquel entonces", recordar¨ªa despu¨¦s el l¨ªder de los derechos civiles John Lewis, "cuando iba a una manifestaci¨®n, se pon¨ªa sus mejores prendas",¡ª y la Cruz Roja repart¨ªa cubitos de hielo para aliviar el sofocante calor de agosto. Aun as¨ª, pese al cansancio despu¨¦s de una larga jornada, todos quedaron absolutamente electrizados por King. Hubo un silencio reverencial cuando tom¨® la palabra, cuando empez¨® a hablar de su sue?o, gritaron "Am¨¦n" y "Predique, doctor King, predique", y en todo momento le respondieron, seg¨²n su consejero Clarence B. Jones, "con todas las versiones imaginables de las exclamaciones que se oyen en una iglesia baptista, multiplicadas por mil".
Pod¨ªa sentirse "la pasi¨®n que le transmit¨ªa la gente", escribi¨® posteriormente James Baldwin, que se hab¨ªa sentido esc¨¦ptico ante la marcha, y en aquel momento, "casi pareci¨® que est¨¢bamos en una monta?a y ve¨ªamos nuestro legado; quiz¨¢ pod¨ªamos lograr que el reino se hiciera realidad".
El discurso de Martin Luther King fue no solo el coraz¨®n y el pilar emocional de la marcha sobre Washington, sino la prueba del poder de transformaci¨®n y la magia de las palabras de un hombre. Cincuenta a?os despu¨¦s, sigue siendo un discurso capaz de conmover hasta las l¨¢grimas. Cincuenta a?os despu¨¦s, los escolares recitan sus frases m¨¢s famosas, y los m¨²sicos las utilizan. Cincuenta a?os despu¨¦s, esas palabras, "Tengo un sue?o", se han convertido en el s¨ªmbolo del compromiso de King con la libertad, la justicia social y la no violencia, y han inspirado a los activistas desde la plaza de Tiananmen hasta Soweto, desde Europa del Este hasta Cisjordania.
?Por qu¨¦ ejerce semejante poder el discurso del Sue?o del reverendo King sobre personas de todo el mundo y sobre distintas generaciones? Su eco procede, en parte, de la imaginaci¨®n moral de King. En parte, de su magistral oratoria y su don para conectar con su audiencia, ya fuera en el Mall aquel d¨ªa, bajo el sol, o con quienes vieron el discurso por televisi¨®n, o quienes, decenios m¨¢s tarde, lo ven en Internet. Y en parte, de su capacidad, desarrollada a lo largo de su vida, de transmitir la importancia de sus argumentos con un lenguaje rico, matizado y lleno de significados b¨ªblicos e hist¨®ricos.
Era frecuente que introdujera en sus sermones improvisaciones casi de jazz
Hijo, nieto y bisnieto de pastores baptistas, el reverendo King se sent¨ªa c¨®modo en la tradici¨®n oral de la iglesia negra, y sab¨ªa c¨®mo interpretar a su p¨²blico y c¨®mo reaccionar en consecuencia; era frecuente que introdujera en sus sermones improvisaciones casi de jazz en torno a sus frases favoritas ¡ªcomo la secuencia del "sue?o"¡ª, en las que mezclaba sus propias palabras y las de otros. Al mismo tiempo, las sonoras cadencias y el vibrante lenguaje lleno de met¨¢foras de la Biblia del rey Jacobo eran algo instintivo para ¨¦l. Sus escritos estaban llenos de citas de la Biblia y de su v¨ªvida imaginer¨ªa, y las utilizaba para situar los sufrimientos de los afroamericanos en el contexto de la Escritura, para dar a los negros que le escuchaban ¨¢nimo y esperanza, y a los blancos, un sentimiento visceral de identificaci¨®n.
En su discurso del Sue?o, el reverendo King alude a un famoso fragmento de la Ep¨ªstola a los G¨¢latas, cuando habla de "ese d¨ªa en el que todos los hijos de Dios ¡ªnegros y blancos, jud¨ªos y gentiles, protestantes y cat¨®licos¡ª podr¨¢n unir las manos". Tambi¨¦n traz¨® paralelismos, como en muchos de sus sermones, entre "el negro" que a¨²n es "un exiliado en su propia tierra" y la situaci¨®n de los israelitas en el ?xodo, que, con Dios de su parte, lograron liberarse de las penalidades y la opresi¨®n y escapar de la esclavitud en Egipto para dirigirse a la Tierra Prometida.
Todo el discurso de la marcha sobre Washington resuena lleno de ritmos y paralelismos b¨ªblicos y erizado de una panoplia de referencias a otros textos hist¨®ricos y literarios que su p¨²blico deb¨ªa de conocer. Adem¨¢s de las alusiones a los profetas Isa¨ªas ("Tengo un sue?o, que un d¨ªa todos los valles se elevar¨¢n y todas las colinas y las monta?as descender¨¢n") y Am¨®s ("No estaremos satisfechos hasta que la justicia fluya como el agua y la virtud como un r¨ªo poderoso"), contiene ecos de la Declaraci¨®n de Independencia ("los derechos inalienables a la vida, la libertad y la b¨²squeda de la felicidad"), Shakespeare ("este sofocante verano del leg¨ªtimo descontento del negro") y canciones populares como la famosa "This Land is Your Land" ("Esta tierra es tu tierra") de Woody Guthrie ("Que resuene la libertad desde las altas monta?as de Nueva York", "Que resuene la libertad desde las suaves pendientes de California").
Estas referencias daban m¨¢s amplitud y profundidad al discurso, igual que las numerosas alusiones de T. S. Eliot en The Waste Land (La tierra bald¨ªa) a?ad¨ªan contenido al poema. Martin Luther King, que pose¨ªa un doctorado en teolog¨ªa y durante alg¨²n tiempo hab¨ªa pensado en dedicarse a la universidad, ten¨ªa una gran influencia de su infancia en la iglesia de su padre y del estudio que hab¨ªa hecho posteriormente de pensadores tan distintos como Reinhold Niebuhr, Gandhi y Hegel. Con el tiempo, hab¨ªa desarrollado un talento para sintetizar ideas y motivos diversos y apropiarse de ellos, un talento que le permit¨ªa hablar a muchos p¨²blicos distintos al mismo tiempo, todo ello mientras hac¨ªa que ideas que pod¨ªan ser radicales para algunos resultaran familiares y accesibles. Era un don en ciertos aspectos paralelo a sus dotes de l¨ªder del movimiento de los derechos civiles, encargado de mantener unidas a facciones muchas veces enfrentadas (de figuras m¨¢s militantes como Stokely Carmichael a otras m¨¢s conservadoras como Roy Wilkins) y encontrar la manera de mantener el equilibrio entre las preocupaciones de los activistas de base con la necesidad de labrar una alianza eficaz con el Gobierno federal.
Al mismo tiempo, King era capaz tambi¨¦n de encerrar sus argumentos en un continuo hist¨®rico, otorgarles la autoridad de la tradici¨®n y el peso de la asociaci¨®n. Para algunos de los que le escuchaban, la expresi¨®n de su sue?o para Estados Unidos deb¨ªa de evocar recuerdos conscientes o inconscientes del llamamiento que hac¨ªa Langston Hughes en un poema de 1935 a "dejar que Am¨¦rica sea el sue?o que so?aron los so?adores" y de la descripci¨®n de W. E. B. Du Bois sobre "la maravillosa Am¨¦rica, que so?aron los padres fundadores". Sus ¨²ltimas frases en el discurso de la marcha sobre Washington proced¨ªan de un espiritual negro, y recordaron al p¨²blico la fe en la posibilidad de la liberaci¨®n que hab¨ªa sostenido a los esclavos: "Libres al fin, libres al fin; gracias, Dios Todopoderoso, somos libres al fin".
Para quienes no estaban tan familiarizados con la m¨²sica y la literatura afroamericanas, hubo referencias m¨¢s inmediatas y patri¨®ticas. Igual que Lincoln redefini¨® la visi¨®n de los fundadores de Estados Unidos en su discurso en Gettysburg al invocar la Declaraci¨®n de Independencia, King, en su discurso del Sue?o, hizo referencias a Gettysburg y a la Declaraci¨®n. Esos ecos deliberados contribuyeron a universalizar los fundamentos morales del movimiento de los derechos civiles y subrayaron que sus objetivos no eran m¨¢s revolucionarios que la visi¨®n original de los padres fundadores. El sue?o de King para los "ciudadanos de color" de Estados Unidos no era ni m¨¢s ni menos que el Sue?o Americano de un pa¨ªs en el que "todos los hombres fueron creados iguales".
En cuanto a la cita que hizo King del himno My Country, ¡¯Tis of Thee (Mi pa¨ªs es tuyo) ¡ªque es casi un himno nacional oficioso, un canto que se saben de memoria hasta los ni?os¡ª, fue una alusi¨®n a la patri¨®tica fe de los activistas de los derechos civiles en el proyecto de reinventar Am¨¦rica. Es posible que adem¨¢s le evocara a ¨¦l recuerdos personales. La noche, durante el boicot a los autobuses en Montgomery, Alabama, en que su hogar sufri¨® un atentado que puso en peligro las vidas de su mujer, Coretta, y su hija peque?a, King, calm¨® a la muchedumbre que se hab¨ªa reunido delante de su casa y les dijo: "Quiero que am¨¦is a nuestros enemigos". Al parecer, varios de sus seguidores empezaron entonces a cantar himnos, entre ellos My Country, ¡¯Tis of Thee.
El discurso influy¨® en la aprobaci¨®n de la Ley de derechos civiles
La marcha sobre Washington y el discurso del Sue?o del reverendo King influyeron de forma decisiva en la aprobaci¨®n de la Ley de derechos civiles de 1964, como la trascendental marcha de Selma a Montgomery que encabez¨® en 1965 dar¨ªa un impulso fundamental a la aprobaci¨®n, ese mismo a?o, de la Ley sobre el derecho al voto. Aunque King recibi¨® el Premio Nobel de la Paz en 1964, su agotadora actividad (pronunciaba cientos de discursos al a?o) y su frustraci¨®n con las divisiones en el movimiento de los derechos civiles y el aumento de la violencia en el pa¨ªs le provocaron un cansancio y una depresi¨®n crecientes hasta el momento de su muerte, asesinado, en 1968.
Saber que Martin Luther King dio su vida por la causa hace que la experiencia de o¨ªr hoy sus discursos sea a¨²n m¨¢s emocionante. Igual que recordar ¡ªhoy, en el segundo mandato de la presidencia de Barack Obama¡ª la terrible situaci¨®n de las relaciones entre las razas en los primeros sesenta, cuando las ciudades del Sur de Estados Unidos a¨²n ten¨ªan segregaci¨®n en las escuelas, los restaurantes, los hoteles y los aseos, adem¨¢s de discriminaci¨®n en la vivienda y el empleo en todo el pa¨ªs. Solo dos meses y medio antes del discurso del Sue?o, el gobernador George Wallace se hab¨ªa colocado en una puerta de la Universidad de Alabama para tratar de impedir que se matricularan dos estudiantes negros; al d¨ªa siguiente, muri¨® asesinado el activista de los derechos civiles Medgar Evers delante de su casa en Jackson, Misisipi.
El presidente Obama, que en una ocasi¨®n cont¨® c¨®mo su madre iba a casa "con libros sobre el movimiento de los derechos civiles, grabaciones de Mahalia Jackson y discursos del doctor King", ha calificado a los l¨ªderes del movimiento de "gigantes cuyos hombros nos sostienen". Varios de sus discursos est¨¢n claramente en deuda con las ideas y palabras de King.
Varios discursos de Obama est¨¢n en deuda con sus ideas
En su discurso ante la Convenci¨®n Nacional Dem¨®crata en 2004, que le dio a conocer al pa¨ªs, Obama evoc¨® la visi¨®n de esperanza de King al hablar de "unirnos en una familia americana". En su discurso de 2008 sobre la raza, habl¨®, como hab¨ªa hecho King, de proseguir "por el camino de una uni¨®n m¨¢s perfecta". Y en el discurso que pronunci¨® en 2007 para conmemorar la marcha de Selma en 1965, repiti¨® las frases de King sobre el ?xodo y dijo que el reverendo King y otros l¨ªderes de los derechos civiles eran miembros de la generaci¨®n de Mois¨¦s, que "se?alaron la direcci¨®n" y "nos hicieron recorrer el 90% del camino". Dijo que los miembros de su propia generaci¨®n eran los herederos, la generaci¨®n de Josu¨¦, con la responsabilidad de acabar "el viaje que hab¨ªa comenzado Mois¨¦s".
Martin Luther King sab¨ªa que no ser¨ªa f¨¢cil "transformar los ruidosos desacuerdos de nuestra naci¨®n en una hermosa sinfon¨ªa de hermandad", unas dificultades que hoy persisten con los nuevos debates sobre las leyes de inscripci¨®n de votantes y la muerte por disparos de Trayvon Martin. Probablemente, el reverendo King no previ¨® que un presidente negro celebrar¨ªa el 50? aniversario de su discurso ante el monumento a Lincoln, y desde luego no pens¨® que ¨¦l mismo tendr¨ªa otro monumento a escasa distancia. Pero s¨ª so?¨® con un futuro en el que el pa¨ªs emprender¨ªa "la soleada ruta de la justicia racial", y profetiz¨®, con una agridulce clarividencia, que 1963 era, en sus propias palabras, "no un final, sino un principio".
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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