¡°No ser¨¢ una guerra, sino el castigo a una horrible violaci¨®n de derechos humanos¡±
El presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, explica a 'Le Monde' sus razones para apoyar una acci¨®n armada "que frene" al r¨¦gimen de Damasco
El jueves 29 de agosto, el presidente de la Rep¨²blica Francesa, Fran?ois Hollande, respondi¨® a las preguntas de los periodistas de Le Monde en el El¨ªseo.
Pregunta. ?Francia posee pruebas de que se usaran armas qu¨ªmicas el 21 de agosto en Damasco?
Respuesta. Ahora no se trata de saber si se utilizaron armas qu¨ªmicas el 21 de agosto en los alrededores de Damasco. Ese es un hecho demostrado. Ni siquiera las autoridades sirias lo niegan ya. No, se trata de saber qui¨¦nes fueron los autores de ese espanto. Francia dispone de una serie de indicios que apuntan a la responsabilidad del r¨¦gimen. Para empezar, en Siria ya se hab¨ªan producido varios ataques qu¨ªmicos. Pero el del 21 de agosto, por su amplitud y sus efectos, se?ala un cambio fundamental. Est¨¢ comprobado que la oposici¨®n no tiene armas de este tipo y que todas las reservas est¨¢n en manos de Bashar el Asad. Y el barrio atacado no lo fue de forma aleatoria ni involuntaria: es una zona clave para el control de las v¨ªas de comunicaci¨®n hacia Damasco. Por ¨²ltimo, en las horas posteriores a estas acciones se hizo todo lo posible para borrar sus huellas, mediante unos bombardeos cuyo origen conocemos con certeza.
P. ?Qu¨¦ legalidad tendr¨ªa una acci¨®n militar?
R. El protocolo de 1925 proh¨ªbe el uso de armas qu¨ªmicas. Lanzar gases contra una poblaci¨®n constituye, como ha dicho el propio Ban Ki-moon, un crimen contra la humanidad. Por eso se ha implicado la ONU. Y por eso se ha enviado una misi¨®n a inspeccionar sobre el terreno. Pero existe el temor de que, se demuestre lo que se demuestre, el Consejo de Seguridad no logre adoptar la resoluci¨®n necesaria para actuar. Lleva dos a?os bloqueado a prop¨®sio de la cuesti¨®n siria.
P. ?Y si se mantiene ese bloqueo?
R. La matanza qu¨ªmica de Damasco no puede ni debe quedar sin castigo. Si no, correr¨ªamos el riesgo de una escalada que trivializar¨ªa el uso de esas armas y amenazar¨ªa a otros pa¨ªses. Yo no soy favorable a una intervenci¨®n internacional que pretenda liberar Siria o derrocar al dictador, pero creo que es necesario detener a un r¨¦gimen que comete tales actos irreparables contra su poblaci¨®n.
P. ?Cu¨¢les son los objetivos de la guerra?
R. Yo no hablar¨ªa de guerra, sino del castigo de una monstruosa violaci¨®n de los derechos humanos. Ser¨¢ un m¨¦todo de disuasi¨®n. No actuar ser¨ªa dejar que hagan lo que quieran. La guerra civil en Siria se prolonga ya desde hace demasiado tiempo. Ha causado 100.000 muertos. Francia tom¨® iniciativas desde muy pronto. En el verano de 2012 reuni¨® a los ?Amigos de Siria? y reconoci¨® a los miembros de la Coalici¨®n Nacional como ¨²nicos representantes leg¨ªtimos del pueblo sirio. Les ha dado su respaldo pol¨ªtico, despu¨¦s ayuda material y humanitaria y, en los ¨²ltimos meses, medios militares, siempre dentro del respeto a nuestros compromisos europeos. Hoy hemos pasado a otra fase en el horror. Y lo que impondr¨¢ una soluci¨®n pol¨ªtica no ser¨¢ la inercia, sino la acci¨®n.
P. ?Qu¨¦ forma podr¨ªa tener la intervenci¨®n?
R. Sobre la mesa est¨¢n todas las opciones. Francia desea una acci¨®n proporcional y firme contra el r¨¦gimen de Damasco.
P. ?Qu¨¦ pa¨ªses intervendr¨ªan?
R. Si el Consejo de Seguridad no act¨²a, se formar¨¢ una coalici¨®n, que tendr¨¢ que ser lo m¨¢s amplia posible. La base la constituir¨¢ la Liga ?rabe, que ha condenado el crimen y ha alertado a la comunidad internacional. Contar¨¢ con el respaldo de los europeos. Pero son pocos los pa¨ªses capaces de aplicar una sanci¨®n empleando los medios adecuados. Francia es uno de ellos, y est¨¢ dispuesto. Su postura la decidir¨¢ en estrecha coordinaci¨®n con sus aliados.
P. El primer Parlamento consultado, el de Reino Unido, ha rechazado el principio de una operaci¨®n en Siria. ?Es posible actuar sin nuestros tradicionales aliados brit¨¢nicos?
R. S¨ª. Cada pa¨ªs es soberano y puede participar en una operaci¨®n o no. Ya sea el Reino Unido o Francia. Este viernes voy a mantener una conversaci¨®n a fondo con Barack Obama.
P. ?En qu¨¦ se diferencia esta decisi¨®n de las que se reprocharon a los neoconservadores estadounidenses en materia de intervenci¨®n armada?
R. En Irak, la intervenci¨®n se llev¨® a cabo pese a que no se hab¨ªa aportado ninguna prueba de la existencia de armas de destrucci¨®n masiva. En Siria, por desgracia, se han utilizado las armas qu¨ªmicas. La operaci¨®n de Irak pretend¨ªa derrocar el r¨¦gimen. Nada que ver con la respuesta planeada para Siria. Desde el comienzo de la guerra civil, Francia ha buscado sin cesar una soluci¨®n pol¨ªtica. Lo que cambi¨® el 21 de agosto fue la matanza qu¨ªmica. En ese momento se franque¨® de manera innegable una l¨ªnea roja definida hace un a?o.
P. Libia, Mali, Siria... ?No corre Francia el riesgo de multiplicar los recursos al intervencionismo?
R. En 2011 aprob¨¦ la intervenci¨®n de Francia en Libia. pero luego lament¨¦ que no se gestionaran bien sus consecuencias. En enero de 2013 tom¨¦ la decisi¨®n de intervenir en Mali, y he comprobado que ha sido una acci¨®n eficaz, coordinada con los africanos y desarrollado en breve plazo. Ha permitido llegar a unas elecciones libres e incuestionables. En el caso de Siria, vigilar¨¦ que la reacci¨®n de la comunidad internacional interrumpa la escalada de violencia. Cada situaci¨®n es diferente. Y Francia asume en cada una de ellas sus responsabilidades, de acuerdo con sus valores y sus principios.
P. ?C¨®mo est¨¢ la relaci¨®n con Rusia tras los ataques?
R. Rusia se niega a reconocer que el r¨¦gimen haya podido cometer esa abominaci¨®n, porque teme que, en caso de hundimiento de Bashar el Asad, llegar¨ªa el caos. Por eso quiero convencerles de que la peor situaci¨®n es la actual, que favorece el crecimiento de los grupos yihadistas. Siempre le he dicho al presidente Putin que no quiero poner en peligro la relaci¨®n privilegiada que mantiene desde hace tiempo su pa¨ªs con Siria. Y a Rusia le interesar¨ªa llegar lo antes posible a una soluci¨®n pol¨ªtica.
P. ?Est¨¢ seguro de contar con el apoyo de la opini¨®n p¨²blica?
R. Cuando decid¨ª enviar nuestras fuerzas armadas a Mali, los franceses no eran a¨²n plenamente conscientes de la dimensi¨®n del terrorismo en el Sahel. Hoy est¨¢n orgullosos de que nuestros ej¨¦rcitos hayan liberado a un pa¨ªs amigo. Lo que estoy obligado a ofrecerles en cualquier circunstancia es la verdad sobre los compromisos de Francia, su legitimidad, sin ocultar las amenazas contra nuestra propia seguridad. No se trata de arrastrar a nuestro pa¨ªs a una aventura. Ahora bien, ?qu¨¦ es m¨¢s peligroso, castigar a un pa¨ªs que ha utilizado armas qu¨ªmicas o dejar las manos libres a un clan desesperado que puede tener la tentaci¨®n de volver a empezar? Las armas qu¨ªmicas son un peligro para la humanidad.
P. ?Excluye llevar a cabo ataques antes de que haya podido pronunciarse el Parlamento?
R. Excluyo tomar una decisi¨®n antes de contar con todos los elementos que puedan justificarla. He convocado al Parlamento para el mi¨¦rcoles pr¨®ximo en sesi¨®n extraordinaria, con el fin de debatir la cuesti¨®n siria. Y si Francia emprende una acci¨®n, el gobierno informar¨¢ sobre los medios y los objetivos perseguidos, de acuerdo con el art¨ªculo 35 de la Constituci¨®n.
P. ?Excluye una intervenci¨®n antes de que se vayan los inspectores de Siria?
R. S¨ª.
Reformas en Francia
P. Usted habla con frecuencia de la fragilidad de la sociedad francesa y la posibilidad de que se fragmente. ?Es esa la raz¨®n de que se niegue a hacer reformas profundas y prefiera la l¨®gica de los peque?os pasos, como ha ocurrido con las jubilaciones?
R. Nunca antes ha vivido Francia tantas reformas estructurales en 15 meses. Cuando se observa la sucesi¨®n del pacto de competitividad, el tratado presupuestario europeo, el acuerdo sobre la seguridad en el empleo, la ley bancaria y, hoy, las pensiones de jubilaci¨®n, no s¨¦ por qu¨¦ se siente usted autorizado a hablar de ?peque?os pasos?. Son m¨¢s bien ?grandes zancadas?, a juzgar por el camino recorrido. Y lo que cuenta, adem¨¢s, es la meta. Quiero que, al terminar mi quinquenio, Francia sea m¨¢s justa, su econom¨ªa, m¨¢s fuerte, y nuestra sociedad, m¨¢s armoniosa. Este m¨¦todo me parece m¨¢s importante que el de la precipitaci¨®n y la brutalidad.
P. ?Podemos hablar de reforma estructural cuando se sigue haciendo pagar el d¨¦ficit del r¨¦gimen de funcionarios al conjunto de los contribuyentes y no se ponen en tela de juicio los reg¨ªmenes especiales?
R. Ya se ha exigido mucho a los funcionarios: congelaci¨®n del ¨ªndice salarial, estabilizaci¨®n del n¨²mero de plazas, limitaci¨®n de los ajustes a las categor¨ªas m¨¢s modestas. Adem¨¢s, los empleados p¨²blicos van a desempe?ar su papel en el esfuerzo general, puesto que su ¨ªndice y su plazo de cotizaci¨®n seguir¨¢n lo que se ha decidido para el conjunto de los asalariados.
En los reg¨ªmenes especiales, una de dos: o bien mi predecesor hab¨ªa emprendido ya una reforma, y, en ese caso, ?para qu¨¦ hacer otra?, o bien esa reforma ha tenido una repercusi¨®n muy limitada, no era m¨¢s que un enga?o, y entonces la oposici¨®n debe reconocerlo. Si el gobierno se retractara de las promesas hechas en 2008 a esos asalariados, correr¨ªa el peligro de tener a un mont¨®n de gente en la calle sin tener la seguridad de llevar la reforma a buen t¨¦rmino.
P. ?Hay en el pa¨ªs, como ha dicho su ministro de Econom¨ªa, Pierre Moscovici, un ?hartazgo fiscal??
R. En el programa de estabilidad propuesto por la mayor¨ªa anterior, las retenciones fiscales deb¨ªan alcanzar el 46% de la riqueza nacional antes de 2015. No culpemos al gobierno de Ayrault lo que otros decidieron. Reconozco, no obstante, que en oto?o de 2012, ante la amplitud del d¨¦ficit, pedimos un esfuerzo suplementario a los franceses. Sobre todo a los m¨¢s privilegiados, pero no solo.
Gracias a los grandes ahorros emprendidos, ha llegado el momento de hacer ¡ªantes de lo previsto¡ª una pausa fiscal. Por eso hemos descartado la opci¨®n de la CSG. Y por eso se va a reajustar el baremo del impuesto sobre la renta. Para las empresas el gobierno de Jean-Marc Ayrault se ha comprometido a no recortar sus m¨¢rgenes. No vamos a quitarles con una mano lo que les hemos dado con la otra, a trav¨¦s del cr¨¦dito fiscal para la competitividad y el empleo (CICE).
P. Ha expresado su deseo de que el gobierno trabaje pensando en la Francia de 2025. ?Pero c¨®mo resumir¨ªa en tres palabras su visi¨®n del pa¨ªs de aqu¨ª a 10 a?os?
R. ?En tres palabras? Soberan¨ªa, ante todo, porque debemos poder seguir tomando nuestras propias decisiones. Despu¨¦s, excelencia, porque debemos demostrar --en los que consideramos los sectores esenciales-- que somos los mejores en la globalizaci¨®n. Y por ¨²ltimo, unidad, porque lo que nos amenaza es una forma de disgregaci¨®n c¨ªvica, social y territorial.
P. En primavera anunci¨® que Francia y Alemania iban a tomar iniciativas en el ¨¢mbito europeo. No ha habido grandes avances. ?Cu¨¢les son sus intenciones?
R. En Alemania va a haber elecciones. El canciller que salga victorioso ocupar¨¢ el puesto durante los pr¨®ximos cuatro a?os, que es el plazo que me queda a m¨ª. Por consiguiente, disponemos del tiempo necesario para tomar esas iniciativas. En mi opini¨®n, hay tres: dotar de contenido al proyecto europeo en materia de energ¨ªa, nuevas tecnolog¨ªas y defensa; mejorar el funcionamiento de la eurozona, con una mejor coordinaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas y la armonizaci¨®n fiscal y social, incluido el establecimiento de un salario m¨ªnimo; y construir una Europa de vanguardia que pueda funcionar con arreglo a una geometr¨ªa variable en funci¨®n de los temas. Para eso no hace falta modificar los tratados.
Populismo y federalismo
P. Ahora que se avecinan las elecciones europeas de mayo de 2014, ?podr¨¢n contener estos proyectos el auge de los populismos?
R. A condici¨®n de tres cosas. Que convirtamos Europa en un espacio de crecimiento y protecci¨®n, lo cual evitar¨ªa que los populismos achaquen a la construcci¨®n europea la responsabilidad de nuestros fracasos. Que devolvamos la confianza en el destino europeo, porquue, cuando Francia se siente pesimista, Europa no puede estar de buen humor. Por eso la Uni¨®n no debe conformarse con ser una estructura de gesti¨®n con un presupuesto rid¨ªculo y unas normas que parecen restriccionesme ha herido en estos 15 meses es que se sienta siempre obligada a pedir disculpas. Diculpas por la crisis del euro, pero tambi¨¦n por no experimentar crecimiento, por no tomar iniciativas pol¨ªticas... Yo no quiero una Europa que est¨¦ pidiendo perd¨®n. Quiero una Europa que se manifieste, una Europa que sea una referencia, un modelo. Una Europa orgullosa de s¨ª misma.
P. ?Esa Europa podr¨ªa llegar, con el tiempo, a ser federal?
R. Todav¨ªa no observo una voluntad suficiente de participar en un ideal com¨²n. No creo en los Estados Unidos de Europa. Empecemos trabajando para que los Estados se unan por el bien de Europa.
P. Harlem D¨¦sir, primer secretario del PS, habla ahora de la necesidad de luchar contra un ?bloque derechista?, en el que agrupa a la derecha y la extrema derecha. ?Para usted son asimilables la UMP y el FN?
R. Yo ya no soy el jefe del partido. Mis ¨²nicas preocupaciones son la cohesi¨®n nacional y el respeto a los valores de la Rep¨²blica. El extremismo se nutre de la crisis europea, la inquietud social, pero tambi¨¦n de las exageraciones, las quejas y los defectos del sistema pol¨ªtico. Los partidos de gobierno tienen una responsabilidad especial. Yo no pido acabar con los debates, todo lo contrario : en una democracia son indisensables. ?Pero de qu¨¦ sirve exacerbar los conflictos y correr el peligro de que sean los elementos m¨¢s radicales los que se beneficien de ellos?
P. ?Encabezar¨¢ usted un ?frente republicano? en las elecciones municipales de la primavera de 2014 si hubiera un duelo entre el FN y la UMP?
R. Por mi parte, siempre he respetado esta regla. Nunca, en toda mi vida pol¨ªtica, he confundido la derecha con la extrema derecha. Y lo demostr¨¦ al d¨ªa siguiente del 21 de abril de 2002.
P. ?Es necesaria una nueva ley para combatir el proselitismo religioso en la universidad?
R. "Las leyes in¨²tiles debilitan las leyes necesarias", nos recuerda Montesquieu. Hoy en d¨ªa, en las universidades, es posible intervenir sin necesidad de ning¨²n texto suplementario.
P. ?Hay que replantear desde cero nuestra pol¨ªtica en materia de reagrupaci¨®n familiar?
R. No hay razones para modificar el mecanismo. Pero es totalmente leg¨ªtimo que se celebre un debate sobre el futuro de nuestra pol¨ªtica migratoria, en el contexto de una reflexi¨®n sobre c¨®mo debe ser Francia de aqu¨ª a 10 a?os.
P. Este verano se ha producido un debate que ha enfrentado a sus ministros de Interior y Justicia sobre la reforma penal. ?Qu¨¦ opiniones tiene usted, sobre todo en lo que respecta a las penas m¨ªnimas y la lucha contra la reincidencia?
R. Mis ¨²nicos objetivos son la seguridad de nuestros conciudadanos y la eficacia de la respuesta penal. Las c¨¢rceles est¨¢n m¨¢s llenas que nunca, y muchas condenas no se cumplen, lo cual es insoportable para las v¨ªctimas. Me he opuesto a las ?penas m¨ªnimas? por su car¨¢cter autom¨¢tico y sus consecuencias. Adem¨¢s de que son contrarias al principio de la personalizaci¨®n del castigo, no impiden la reincidencia, que se triplic¨® entre 2004 y 2011. La ley va a introducir, para ciertos delitos, una pena nueva, que denominaremos la ?restricci¨®n penal? y que permitir¨¢ controlar al condenado sin necesidad de encarcelarlo.
Asimismo quiero evitar las salidas "sin m¨¢s" de los delincuentes al acabar su condena, es decir, las salidas de prisi¨®n sin acompa?amiento, ni seguimiento, ni vigilancia; sobre todo, desde luego, para quienes han cometido los delitos m¨¢s graves.
P. ?Es positivo que el debate entre Manuel Valls y Christiane Taubira sobre la reforma penal se haya desarrollado a la vista del p¨²blico?
R. Dentro de un Gobierno, la discusi¨®n siempre es necesaria. Pero lo que no se puede aceptar es que los argumentos de unos y otros aparezcan en la prensa. Es una regla ¨¦tica adem¨¢s de pol¨ªtica. Ninguna cosa debe deshacer la solidaridad del equipo.
P. ?Prev¨¦ una remodelaci¨®n a corto plazo?
R. Cada uno debe pensar que no hay nada fijo ni inmutable. Pero todos los ministros deben movilizarse para alcanzar los objetivos fijados de aqu¨ª a fin de a?o. Son tres: reformar las pensiones y la formaci¨®n profesional, invertir la curva del desempleo y tratar de enderezar las cuentas p¨²blicas, al tiempo que cultivamos el crecimiento.
En Francia y Europa est¨¢ perfil¨¢ndose un movimiento de recuperaci¨®n. Lo dije el 14 de julio y se ha confirmado desde entonces. Estoy seguro de que vamos a poder revisar ligeramente al alza la previsi¨®n de crecimiento para 2014. El gobierno lo dir¨¢ a finales de septiembre, en el momento de la presentaci¨®n del proyecto de ley de finanzas.
P. ?Puede usted afirmar que Francia no ha cooperado jam¨¢s con el programa estadounidense de vigilancia Prisma?
R. En la actualidad existen intercambios habituales entre los servicios de inteligencia franceses y estadounidenses. lo comprob¨¦ con ocasi¨®n de la guerra de Mali y lo he vuelto a comprobar en el caso de Siria. Pero no dispongo, en estos momentos, de ninguna informaci¨®n concreta sobre la existencia de una cooperaci¨®n que se haya podido plasmar en el pasado en el contexto de este programa.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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