Europa, capital Berl¨ªn
La crisis de la deuda en Grecia ha acelerado el traspaso de poder de Bruselas a Alemania. El rigor fiscal de Merkel es aceptado a rega?adientes en la UE
Cuando Helmut Kohl aun disfrutaba del honor de ser el padre de la reunificaci¨®n alemana y se preparaba para mudar su oficina desde la aburrida Bonn a la nueva capital, tuvo una premonici¨®n hist¨®rica que sorprendi¨® a varios vecinos europeos. En el marco de una sobria ceremonia realizada en un terreno bald¨ªo que deb¨ªa albergar la nueva sede del Gobierno, Kohl prometi¨® que el nuevo edificio ser¨ªa modesto y que reflejar¨ªa la renovada autoestima de la nueva naci¨®n.
¡°Cuando este edificio est¨¦ terminado, Berl¨ªn estar¨¢ en el centro se Europa y no al margen¡±, sentenci¨® el legendario ex canciller germano en una fr¨ªa ma?ana de febrero de 1997, ¡°Esta zona simboliza un nuevo comienzo en la historia reciente de Alemania¡±, a?adi¨®, sin sospechar que su profec¨ªa se convertir¨ªa en realidad pocos a?os despu¨¦s y que el ansiado tel¨¦fono de Europa, cuyo n¨²mero ped¨ªa con insistencia el ex secretario de Estado Henry Kissinger, en la d¨¦cada de los setenta, terminar¨ªa sonando en Berl¨ªn.
Kohl, sin embargo, sucumbi¨® a la megaloman¨ªa y orden¨® al arquitecto del nuevo edificio trazar unos planos que reflejaran la grandeza y el poder¨ªo de la nueva naci¨®n. ¡°Es una equivocaci¨®n monumental. Es el fin de la modestia¡±, advirti¨® el Frankfurter Allgemeine Zeitung, cuando la nueva sede del Gobierno abri¨® sus puertas. ¡°Lo que molesta no es su tama?o, es su grandiosidad¡±.
A pesar de la grandiosidad del edificio, Berl¨ªn evit¨® caer en la tentaci¨®n de ser una capital imperial y, a causa de la crisis del euro, termin¨® convirti¨¦ndose en un centro de poder donde se dise?an las estrategias que son aplicadas en el resto de Europa.
¡°Berl¨ªn es la capital informal de Europa donde suena el tel¨¦fono de Europa, que exig¨ªa Henry Kissinger cuando era Secretario de Estado y esta es una realidad aceptada en Estados Unidos, China, pero tambi¨¦n en Europa¡±, dice el soci¨®logo Ullrich Beck, al admitir el nuevo poder que emana desde la capital alemana.
¡°Existe un clamor en el mundo financiero europeo para que Alemania asuma un rol de liderazgo¡±, admite un diplom¨¢tico europeo, al recordar que Alemania, gracias a su poder¨ªo econ¨®mico, su rigidez a la hora de poner en orden sus finanzas y a una irreprochable conducta pol¨ªtica que le ha dado estabilidad y progreso al pa¨ªs, deber¨ªa asumir el liderazgo en las obras finales de la construcci¨®n de la casa com¨²n europea.
El nuevo rol de liderazgo alem¨¢n que emana de Berl¨ªn no sorprende al profesor Beck, ni tampoco a su colega italiano, Angelo Bolaffi, quien cometi¨® el sacrilegio de admitir como ¡°deseable¡± la hegemon¨ªa alemana en el continente. ¡°Alemania no solo es fuerte y, por lo tanto, inevitablemente actor principal en Europa, sino que es positivo que as¨ª sea¡±, se?ala el fil¨®sofo y escritor en su nuevo libro Coraz¨®n alem¨¢n-El modelo Alemania, Italia y la crisis europea. ¡°Berl¨ªn es la capital mundial de la segunda y moderna sociedad civil post industrial¡±.
¡°Mi colega Bolaffi no es el ¨²nico intelectual europeo que admite como positiva la hegemon¨ªa alemana¡±, se?ala el soci¨®logo Ullrich Beck. ¡°Thimothy Garton Ash tambi¨¦n est¨¢ a favor de un nuevo liderazgo germano. Pero no se trata de un poder imperial, sino de un poder blando, que tiene que ver con cultura, identidad y desarrollo de lo moderno. Tampoco hay que olvidar que el modelo econ¨®mico que ofrece Alemania es muy atractivo para los dem¨¢s pa¨ªses europeos¡±.
El poder que emana de Berl¨ªn y la famosa receta alemana de imponer un severo rigor fiscal a sus socios ha sido aceptado a rega?adientes por los socios europeos, pero tambi¨¦n ha provocado un justificado temor de que la Alemania europea que promet¨ªa Helmut Kohl, al hacer suya la famosa frase de Thomas Mann, termine degenerando en una Europa alemana.
Esta idea cobr¨® una peligrosa actualidad cuando Volker Kauder, el jefe del grupo parlamentario democratacristiano, en el marco de un congreso de su partido, la gubernamental CDU, dijo que Europa volv¨ªa a hablar alem¨¢n. ¡°No de palabra, sino mediante la aceptaci¨®n de los instrumentos por los que Angela Merkel lleva luchando con ¨¦xito tanto tiempo. Alemania seguir¨¢ siendo el motor de Europa¡±, exclam¨® Kauder, ante el delirio de los delegados del congreso.
La arrogancia de Kauder tiene ra¨ªces s¨®lidas. ?Tendr¨¢ Grecia que abandonar el euro?. La ¨²ltima palabra la tiene Berl¨ªn y, si ma?ana renace la discusi¨®n sobre una quita de la deuda, el debate principal tendr¨¢ lugar en el Bundestag y no en el Parlamento Europeo. ¡°El traspaso de poder de Bruselas a Berl¨ªn se aceler¨® con la crisis del euro¡±, afirma Ullrich Beck. ¡°Alemania es el pa¨ªs m¨¢s rico y m¨¢s poderoso de desde el punto de vista econ¨®mico de toda Europa. En el marco de la actual crisis, todo los pa¨ªses deudores dependen de que los alemanes est¨¦n dispuestos a avalar los cr¨¦ditos necesarios¡±.
Hace dos d¨¦cadas, cuando el mundo europeo estaba en orden, el discurso oficial alem¨¢n era diferente. Helmut Kohl, por ejemplo, despu¨¦s de celebrar la hist¨®rica unificaci¨®n del pa¨ªs en 1990, dec¨ªa en privado que ¨¦l se inclinaba hasta dos o tres veces, si era necesario, ante la bandera francesa. El ex ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, m¨¢s ir¨®nico, defendi¨® la tesis de que Alemania deb¨ªa llevar las riendas de Europa sin que nadie se diera cuenta. Todo cambi¨® cuando estall¨® la crisis de la deuda en Grecia, en mayo de 2010, cuando la canciller Angela Merkel hizo valer los intereses de Alemania y se olvid¨® de la raz¨®n de Estado que defendieron todos sus antecesores en el cargo y que se?alaba que en caso de duda, Alemania deb¨ªa inclinarse por la unidad del continente.
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