¡°Hay que separar la pol¨ªtica de drogas y la pol¨ªtica de seguridad¡±
Antonio Mazzitelli, representante de la Oficina de la ONU contra la Droga en M¨¦xico participa en el foro sobre sustancias del DF
¡°Lleg¨® el momento de separar la pol¨ªtica de drogas y la pol¨ªtica de seguridad¡±, ha asegurado este lunes Antonio Mazzitelli, representante de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito en M¨¦xico. Mazziteli ha hablado en contra de criminalizar el consumo y a favor de perseguir a los c¨¢rteles en el foro sobre pol¨ªticas p¨²blicas en materia de drogas para la Ciudad de M¨¦xico, que la Asamblea Legislativa del DF organiza hasta el mi¨¦rcoles.
El simposio, promovido por la izquierda gobernante en la capital, re¨²ne a expertos, representantes de la Organizaci¨®n de los Estados Americanos y de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud en un momento en el que el progresista DF se plantea seguir los pasos de casi una veintena de Estados de EE UU. El diputado del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD) en la Asamblea del DF Vidal Llerenas prepara para este mes un borrador de regulaci¨®n la marihuana en la ciudad inspirado en estos foros y en el modelo de Colorado, que tambi¨¦n tolera el uso recreativo del cannabis.
¡°Los convenios internacionales en materia de droga dejan a los Estados miembros la facultad de perseguir desde el punto de vista criminal el consumo¡±, recuerda Antonio Mazziteli en una entrevista posterior. M¨¦xico, por ejemplo, no persigue a quienes portan peque?as cantidades para consumo propio (hasta cinco gramos en el caso de la marihuana). ¡°Las convenciones no piden a los estados criminalizar al consumidor, al contrario: piden que brinden servicios como rehabilitaci¨®n y reinserci¨®n social a los consumidores¡±, y en particular a los que tienen problemas o que cometen cr¨ªmenes bajo la influencia de estas sustancias. Una herramienta es la justicia alternativa, es decir, los tribunales de adicciones que juzguen y castiguen los delitos cometidos bajo influencia de sustancias (tambi¨¦n legales, como el alcohol).
Desde 1988, las convenciones internacionales pasaron de centrarse en la fiscalizaci¨®n de sustancias a perseguir la destrucci¨®n de redes que sacan provecho de ellas. ¡°Hay que perseguir¡± a las organizaciones dedicadas a la producci¨®n, la distribuci¨®n y la venta, subraya Mazzitelli. Especialmente a las trasnacionales que crean rutas que pueden utilizar para transportar todo tipo de ¡°bienes¡± de tr¨¢fico.
?Pero d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite entre legislaci¨®n nacional y convenios internacionales? Recientemente, la Junta Internacional de Fiscalizaci¨®n de Estupefacientes (JIFE) advirti¨® a Uruguay de que la aprobaci¨®n en la C¨¢mara de Diputados de una ley que despenaliza la producci¨®n y distribuci¨®n de cannabis era una "completa contravenci¨®n" de los tratados trasnacionales. Estos acuerdos ¡°dicen muy claramente que el cultivo, la producci¨®n y la distribuci¨®n de sustancias controladas est¨¢ permitido solo por fines cient¨ªficos y farmac¨¦uticos¡±. El empleo con fines recreativos est¨¢ fuera de discusi¨®n.
Los pa¨ªses miembros, se?ala el representante de la Oficina de Enlace de la ONU contra las drogas, tendr¨¢n un segmento de alto nivel de la comisi¨®n de estupefacientes del organismo la primavera pr¨®xima. Esta reuni¨®n servir¨¢ para preparar la asamblea general de 2016, que a su vez evaluar¨¢ el funcionamiento del sistema. ¡°Pero hasta ahora, ning¨²n miembro de las convenciones internacionales ha presentado una petici¨®n para modificar los fundamentos de las convenciones¡±, apunta Mazzitelli. ¡°Las pol¨ªticas globales han ido en la direcci¨®n justa, pero desafortunadamente, sobre todo hablando de marihuana, se ha vivido una banalizaci¨®n del consumo (...) que ha llevado a situaciones en las que se presenta como menos da?ina que el tabaco. Eso no es cierto. Y adem¨¢s hay intereses econ¨®micos para que esto pase¡±.
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