Jos¨¦ Dirceu, dispuesto a cocinar y lavar ropa en la c¨¢rcel para disminuir la pena
El expresidente del Partido de los Trabajadores de Brasil fue condenado a 10 a?os de c¨¢rcel por el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n del 'mensal?o'
Jos¨¦ Dirceu, el que fuera varias veces presidente del Partido de los Trabajadores (PT) y uno de sus cofundadores ¡ªuna lista que incluye, entre otros, al expresidente Lula da Silva¡ª es el personaje central del proceso por corrupci¨®n del mensal?o. En noviembre de 2012, el que durante el primer Gobierno de Lula fue considerado una especie de primer ministro fue condenado por el Supremo a 10 a?os y 10 meses de c¨¢rcel. Dirceu ya no alberga esperanzas de poder disminuir su condena de prisi¨®n. Por ello habla de lo que piensa hacer all¨ª dentro: por ejemplo, cocinar y lavar ropa para poder anticipar por lo menos algunos meses el tercer grado penitenciario.
La justicia brasile?a permite que el condenado cumpla solo un 6% de la pena en prisi¨®n. El resto de la pena puede trabajar de d¨ªa en una colonia agr¨ªcola o industrial y dormir en la c¨¢rcel. Cumplir tareas comunes dentro del presidio le permitir¨ªa abandonar el r¨¦gimen cerrado seis meses antes de lo que le corresponder¨ªa. Dirceu ha confiado al diario O Estado de S?o Paulo que eso es lo que pretende hacer.
De los 25 condenados a la c¨¢rcel por el caso?mensal?o, sin duda ninguno ha luchado tanto, sirvi¨¦ndose de los mejores abogados y de todos los recursos a su disposici¨®n, para defender su inocencia.
Dirceu, que pas¨® a?os exiliado en Cuba durante la dictadura militar y que despu¨¦s entr¨® de forma an¨®nima en Brasil tras cambiar de rostro, siempre se consider¨® un ¡°preso pol¨ªtico en democracia¡±. El proceso lo sent¨® en el banquillo de los reos como la mente que organiz¨® el soborno de diputados y partidos pol¨ªticos para conseguir una mayor¨ªa parlamentaria en el primer Gobierno de Lula. ?l amenaz¨® con recurrir al Tribunal Penal Internacional y asegur¨® que nunca huir¨ªa y que enfrentar¨ªa la condena con la convicci¨®n de ser un chivo expiatorio de los que siempre se opusieron al Partido de los Trabajadores. Y esper¨® siempre la ayuda que Lula podr¨ªa darle para salvarlo de la c¨¢rcel y conseguir su absoluci¨®n. M¨¢s aun cuando la mayor¨ªa de los magistrados que lo juzgaron fueron designados o por el expresidente o por la actual mandataria, Dilma Rousseff.
Ya al inicio del proceso del Supremo, en una conversaci¨®n telef¨®nica con este diario, Dirceu mostr¨® sin embargo pocas esperanzas de ser absuelto. Consideraba que hab¨ªa sido escogido para criminalizar al nuevo r¨¦gimen de izquierdas de Lula da Silva, y que ¨¦l ser¨ªa la v¨ªctima sacrificada para salvar al carism¨¢tico exsindicalista.
Curiosamente hab¨ªa sido Dirceu, un pol¨ªtico que todav¨ªa hoy mantiene un gran peso y prestigio dentro de su partido, el que consigui¨® llevar a Lula al Planalto (el palacio del Ejecutivo) despu¨¦s de haberlo intentado en vano tres veces. Se dijo entonces que Dirceu fue quien ¡°hab¨ªa puesto la corbata¡± al exsindicalista de barba, temido por el mundo empresarial y por la derecha. Le puso la corbata, le recort¨® la barba, lo visti¨® sirvi¨¦ndose de estilistas y le propuso escribir la famosa?Carta al pueblo brasile?o, en la que se comprometi¨® a mantener la pol¨ªtica neoliberal del Gobierno de su antecesor y a garantizar todas las libertades.
Y Lula lleg¨® al poder. Pero con el d¨®lar a cinco reales y sin mayor¨ªa en el Parlamento para poder hacer las grandes reformas. Y fue una vez m¨¢s Dirceu, ya ministro, quien consigui¨® aquella mayor¨ªa que el presidente necesitaba para gobernar. Seg¨²n ¨¦l, la consigui¨® convenciendo a los diputados al proyecto de Gobierno reformista, pero seg¨²n el proceso del Supremo lo habr¨ªa conseguido sobornando con dinero y ofertas laborales a diputados y l¨ªderes de los partidos, usando para ello millones de reales de dinero p¨²blico y privado.
Queda ahora una ¨²ltima posibilidad de que el Supremo disminuya la pena a la que el pol¨ªtico fue condenado: suceder¨¢ si el jueves pr¨®ximo acepta que los reos condenados por mayor¨ªa pero con cuatro votos a favor de su absoluci¨®n, como es el caso de Dirceu y de otros diez condenados, tengan un nuevo proceso con un nuevo juez instructor y un nuevo revisor.
Esa posibilidad, que exist¨ªa en el antiguo reglamento del Supremo, desapareci¨® en la nueva ley que regul¨® la jurisdicci¨®n del mismo, ya que se considera las sentencias definitivas y sin posibilidad de nuevos recursos. La disputa, sin embargo, sigue en pie y ser¨¢ dilucidada esta misma semana por la Corte Suprema.?
Las declaraciones de Dirceu a la prensa dan a entender mejor que cualquier otra pista que el Supremo se habr¨ªa ya inclinado a finalizar el proceso y enviar a los 25 condenados a la c¨¢rcel.?Tan desconfiado est¨¢ Dirceu de tener que sufrir la pena ¨ªntegra que hasta ha mencionado dos de las c¨¢rceles que preferir¨ªa.?Ha mostrado tambi¨¦n preocupaci¨®n por las posibilidades que tendr¨¢ en presidio de usar el ordenador y de ¡°seguir haciendo pol¨ªtica¡±.
El que fue brazo derecho de Lula ha anunciado que, convocar¨¢ una rueda de prensa en la que presentar¨¢ documentos para probar que no desvi¨® dinero p¨²blico del Banco de Brasil [p¨²blico], como afirma la acusaci¨®n.
Dirceu ha criticado tambi¨¦n el que todas y cada una de las sesiones del Supremo fueran transmitidas en directo por televisi¨®n, lo que, junto con la presi¨®n p¨²blica y un proceso en una ¨²nica instancia, podr¨ªa ser visto como un ¡°proceso de excepci¨®n¡± en el organismo internacional al que piensa recurrir.?Ha anunciado tambi¨¦n que enviar¨¢ una carta abierta al decano del Supremo, Celso de Melo, que fue uno de los m¨¢s duros acusadores de Dirceu y con el que, curiosamente, convivi¨® en una pensi¨®n en su ¨¦poca universitaria.
De Melo afirm¨® que, contrariamente a lo que el reo defiende, la Corte ¡°no conden¨® la actividad pol¨ªtica¡± ni de ¨¦l ni de los dem¨¢s pol¨ªticos, banqueros y empresarios condenados, sino que lo hizo porque ¡°no se mostraron capaces de ejercer la pol¨ªtica con honradez, con integridad e inter¨¦s p¨²blico. Al rev¨¦s, prefirieron transgredir las leyes penales con el objetivo de conseguir ventajas indebidas y de controlar de manera ileg¨ªtima y criminal el funcionamiento del aparato del Estado¡±.
Ahora se espera la respuesta de Dirceu a su antiguo colega de Universidad y las razones por las que sigue consider¨¢ndose inocente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Jos¨¦ Dirceu
- Caso mensal?o
- Partido de los Trabajadores
- Pena c¨¢rcel
- Presos
- Corrupci¨®n pol¨ªtica
- Brasil
- Sentencias condenatorias
- Casos judiciales
- Corrupci¨®n
- Sudam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Sentencias
- Prisiones
- Delitos
- Partidos pol¨ªticos
- Sanciones
- Centros penitenciarios
- Pol¨ªtica
- Am¨¦rica
- Juicios
- R¨¦gimen penitenciario
- Proceso judicial
- Justicia