La mayor¨ªa republicana acent¨²a su oposici¨®n a Obama y al ataque a Siria
Obama apenas obtuvo el voto de tres republicanos en el comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado
Las ¨²ltimas gestiones de la Administraci¨®n norteamericana ante el Congreso han dejado en evidencia que son muy pocos los republicanos dispuestos a dar un voto de confianza al presidente y respaldar sus planes militares en Siria, lo que, unido a las dudas crecientes sobre la confianza que merecen los rebeldes de ese pa¨ªs y a la pasividad general de la comunidad internacional comprobada en San Petesburgo, aumenta la incertidumbre sobre el desenlace de esta crisis.
La posibilidad de infligir a Barack Obama una derrota que podr¨ªa acabar destruyendo su prestigio y su presidencia es demasiado tentadora para algunos congresistas que llevan a?os combatiendo al presidente y poniendo obst¨¢culos a su gesti¨®n, entre ellos muchos que apoyaron la guerra de Irak. Como se pudo comprobar el mi¨¦rcoles en la comparecencia del secretario de Estado, John Kerry, ante el comit¨¦ de Relaciones Exteriores de la C¨¢mara de Representantes, varios miembros vinculados al Tea Party ven el ataque a Siria como una cortina de humo para ocultar otros presuntos esc¨¢ndalos que les preocupan m¨¢s, como el fiasco del consulado de Bengasi, las actuaciones discriminatorias de la agencia fiscal o los programas de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).
Tambi¨¦n en el Senado, donde Obama ¨²nicamente obtuvo el apoyo de tres republicanos en el comit¨¦ de Relaciones Exteriores, se comprob¨® la dificultad de la misi¨®n que la Casa Blanca tiene por delante. Hasta Donald Rumsfeld, el secretario del Pent¨¢gono de George W. Bush, ha declarado que las pruebas que Obama tiene en Siria son m¨¢s d¨¦biles que las que el ten¨ªa en Irak y, por tanto, ¡°comprende¡± que los miembros de su partido se opongan a actuar en Siria. Un senador moderado y pr¨®ximo al establishment, pero con aspiraciones presidenciales, Marco Rubio, vot¨® en contra en el comit¨¦, seguramente condicionado por las encuestas de opini¨®n, en las que el apoyo ciudadano a un ataque a Siria no llega al 30%.
Varios congresistas han asegurado que, por una llamada que reciben de sus votantes para que respalden la intervenci¨®n militar, reciben 30 para que no lo hagan, un dato muy relevante a 14 meses de las elecciones legislativas.
Obama planea un mensaje a la naci¨®n para revertir esa tendencia y mantuvo este jueves varios contactos telef¨®nicos desde San Petesburgo con miembros del Congreso para tratar de sumar apoyos. Si no hay suficientes republicanos de su lado, el presidente a¨²n podr¨ªa ganar la votaci¨®n, puesto que el Partido Dem¨®crata tiene mayor¨ªa en el Senado y los l¨ªderes republicanos de la C¨¢mara han anunciado el voto a favor. Pero para ello necesitar¨ªa que los miembros de su propio partido votaran casi un¨¢nimemente a su favor, lo que tampoco est¨¢ f¨¢cil.
Dos dem¨®cratas votaron en contra y un tercero se abstuvo en la votaci¨®n del comit¨¦ del Senado. En la C¨¢mara, a su vez, la l¨ªder dem¨®crata, Nancy Pelosi, est¨¢ embarcada en una dura labor para convencer al sector de izquierda del partido, un grupo tradicionalmente muy favorable al presidente y al que ahora necesita imperiosamente de su lado para evitar una derrota. El diario Politico, que ha hecho un sondeo entre destacados ayudantes del Congreso, afirma que si la votaci¨®n fuese hoy, Obama la perder¨ªa.
La situaci¨®n es tan delicada que Peter King, uno de los pocos republicanos en la C¨¢mara que ha anunciado su voto a favor de la intervenci¨®n militar, ha sugerido a Obama que ordene el ataque, incluso aunque no obtenga la luz verde del Congreso. Esa posibilidad, para la que existir¨ªa base legal puesto que muchas otras acciones militares similares se han hecho en el pasado sin aprobaci¨®n parlamentaria, no ha sido a¨²n descartada por la Administraci¨®n.
El paso de los d¨ªas, m¨¢s que contribuir a fortalecer la causa contra Siria, parece servir para debilitarla. Como han criticado algunos congresistas, no ayuda el hecho de que Obama trate, como hizo en Estocolmo, de diluir su responsabilidad personal en la responsabilidad colectiva de la comunidad internacional. Y ayuda a¨²n menos el conocimiento de informaciones, como la que este jueves revelaba el diario The New York Times, sobre los abusos y atrocidades cometidas tambi¨¦n en el campo de los rebeldes sirios.
Aunque la Casa Blanca a¨²n conf¨ªa en que, en el momento decisivo, el Congreso se pondr¨¢ del lado del presidente, una de las grandes dificultades para que eso ocurra radica en que, es tan diversa la oposici¨®n, que es imposible hacer concesiones que satisfagan a una mayor¨ªa. As¨ª, mientras la Administraci¨®n cede en conceder m¨¢s ayuda a los rebeldes para satisfacer a John McCain y otros, pierde los votos de quienes temen que el ataque acabe favoreciendo a Al Qaeda. Un gran respaldo para Obama en el G-20, adem¨¢s de improbable, tampoco supondr¨ªa una gran variaci¨®n en la orientaci¨®n del voto en el Capitolio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.