Hezbol¨¢ combate a Al Qaeda en Siria
El Asad recurre a la milicia libanesa para expulsar a los yihadistas de Malula Islamistas chi¨ªes y sun¨ªes se enfrentan en la cuna del cristianismo sirio
Se hacen llamar Firaq al-Lay (Unidades de la Noche) y no hay soldado sirio en el frente de Malula que no hable de ellos. Son los comandos de ¨¦lite enviados por el partido milicia liban¨¦s Hezbol¨¢ como refuerzo a la ofensiva que las tropas del r¨¦gimen de El Asad han emprendido en esta localidad cristiana a 50 kilometros de la capital.
Una operaci¨®n a gran escala contra los milicianos islamistas del frente Al Nusra ¡ªvinculado con Al Qaeda¡ª que hace diez d¨ªas tomaron esta localidad siria considerada santuario de la cristiandad, cuyos habitantes todav¨ªa hablan en arameo, la lengua de Jesucristo.
¡°La guerrilla se combate con guerrilla¡±,? justifica un coronel sirio
¡°Llegamos aqu¨ª el s¨¢bado y de no ser por su ayuda no habr¨ªamos podido entrar en la ciudad¡±, confiesa un joven oficial que espera en la retaguardia a que unidades del r¨¦gimen icen la bandera siria en la plaza central de Malula para encargarse con sus hombres a asegurar el per¨ªmetro. ¡°Hace cuatro d¨ªas¡±, asegura ufano, ¡°todav¨ªa combat¨ªamos casa por casa a los rebeldes en el interior del pueblo, pero ahora ya es nuestro¡±.
Es dif¨ªcil obtener una cifra exacta de cuantos efectivos ha enviado Hezbol¨¢ a esta aldea reducida a escombros, pero en las filas del Ej¨¦rcito de Asad se habla de unos 200. Entre la tropa s¨®lo hay palabras de admiraci¨®n y respeto para estos guerrilleros extranjeros de cuya presencia en Siria se tiene constancia desde la pasada primavera, cuando ayudaron a El Asad a tomar la estrat¨¦gica localidad de Qusair, junto a la frontera libanesa.
¡°Por la ma?ana ya no estar¨¢n aqu¨ª. Por eso se llaman unidades de la noche¡±
¡°No pueden pesar m¨¢s de 65 kilos, porque tienen que ser ¨¢giles¡±, afirma un soldado poco antes de subir a un pick-up en direcci¨®n al frente de Malula. ¡°Visten de negro y si les oyes es que est¨¢s muerto¡±, nos dice su compa?ero. El relato de los soldados har¨ªa pensar que se est¨¢n refiriendo a los legendarios ninjas japoneses pero, mas all¨¢ del halo m¨ªtico que han adquirido entre las tropas de Assad, lo cierto es que la presencia de estas unidades de ¨¦lite de Hezbol¨¢, entrenadas con la Guardia Revolucionaria iran¨ª, ha permitido a las tropas del r¨¦gimen un avance sustancial en un tiempo r¨¦cord.
No es que el Ej¨¦rcito sirio est¨¦ escatimando arsenal en la batalla de Malula. Ayer los helic¨®pteros bombardeaban sin cesar las monta?as que rodean la localidad, donde los rebeldes han encontrado un refugio natural. Los tanques hac¨ªan lo propio sobre otra ¡°posici¨®n enemiga¡±: un gigantesco hotel abandonado en lo alto de la poblaci¨®n.
El tr¨¢fico de soldados que van y vienen del frente es constante. Pero no suficiente. ¡°Nosotros somos un ej¨¦rcito y enfrente tenemos a una milicia, con t¨¦cnicas de guerrilla y hordas de francotiradores¡±, afirma el coronel Abu Marwan, responsable de organizar el suministro de armamento al frente desde la vecina localidad de Ain At Tine. ¡°La guerrilla se combate con guerilla. Y eso saben hacerlo muy bien los hermanos de Hezbol¨¢¡±.
Es decir, islamistas chi¨ªes (Hezbol¨¢) contra islamistas sun¨ªes (Al Nusra), lo que muestra el car¨¢cter fratricida que ha adquirido esta guerra.
Pero la batalla por el control total de Malula no ha terminado. La ciudad est¨¢ ya en manos del r¨¦gimen, pero los rebeldes contin¨²an teniendo capacidad de combate refugiados en las monta?as que rodean la zona. Cuando cae la tarde, disparos de francotiradores rebeldes llegan hasta la primera posici¨®n del Ej¨¦rcito, junto a entrada de la ciudad, donde nos encontramos. Son m¨¢s de dos kil¨®metros los que nos separan de las monta?as pero los disparos est¨¢n muy cerca de hacer diana. ¡°No se preocupe¡±, dice Abu Marwan, que agacha la cabeza mientras nos obliga a imitarlo tras una improvisada trinchera. ¡°No se preocupe, ver¨¢ como ma?ana por la ma?ana los rebeldes ya no estar¨¢n all¨ª¡±, vaticina convencido. ¡°?O por qu¨¦ cree usted que nuestros compa?eros se hacen llamar unidades de la noche?¡±
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