Albert Jacquard, genetista y valedor de las minor¨ªas

Albert Jacquard (Lyon, 1925), un cient¨ªfico y profesor tan prestigioso como popular en Francia, falleci¨® ayer a los 87 a?os, seg¨²n anunci¨® su hijo a la agencia France Presse, a causa de una leucemia. Especialista en gen¨¦tica, tard¨ªamente licenciado por la Universidad de Stanford en los a?os sesenta, Jacquard fue conocido sobre todo por su tenaz compromiso ciudadano, que le llev¨® a abrazar y abanderar numerosas causas. Fue sucesivamente jipi y pacifista, profesor y experto de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), defensor de los derechos de las minor¨ªas raciales, ap¨®stol del ¡°decrecimiento alegre¡± y apasionado valedor de los olvidados, especialmente los sin techo, los sin papeles y los menores v¨ªctimas de abusos sexuales y violencia.

Nacido en una familia rica de Lyon, el pelirrojo Jacquard estudi¨® en la Universidad Polit¨¦cnica, la escuela napole¨®nica que combina la excelencia cient¨ªfica con la tradici¨®n humanista, y comenz¨® a trabajar en 1962 en el Instituto Nacional de Estudios Demogr¨¢ficos. Era casi cuarent¨®n cuando, seg¨²n contaba en ese momento, se dio cuenta de que ¡°nadie es eterno¡± y decidi¨® ¡°no malgastar la vida en cosas rid¨ªculas¡±. Hizo las maletas y se march¨® a Stanford (California), donde estudi¨® Gen¨¦tica de las poblaciones. All¨ª forj¨® su conciencia pol¨ªtica, durante los a?os de los disturbios raciales, el nacimiento del movimiento jipi y las manifestaciones contra la guerra de Vietnam.

De vuelta a Francia, Jacquard se doctor¨® dos veces (en Gen¨¦tica y en Biolog¨ªa Humana) y empez¨® a escribir libros. En 1978, public¨® El elogio de la diferencia, un libro-manifiesto contra las desigualdades. Mientras impart¨ªa clases y trabajaba para la OMS, el investigador nunca dej¨® de desmontar los argumentos pretendidamente cient¨ªficos de las teor¨ªas racistas que sustentaban la pol¨ªtica colonial; en 1987, particip¨® como testigo en el proceso judicial contra el jerarca de las SS y de la Gestapo Klaus Barbie, ¡°El Carnicero de Lyon¡±, que acabar¨ªa siendo condenado a cadena perpetua por cr¨ªmenes contra la humanidad.

Miembro del Comit¨¦ Nacional de ?tica, Jacquard fue un divulgador muy medi¨¢tico, aunque sus intervenciones p¨²blicas siempre estaban tocadas por la fibra de los verdaderos sabios, la humildad. Uno de sus lemas preferidos era ¡°la verdad no se posee, solo se busca¡±.

En los a?os noventa, Albert Jacquard encontr¨® una enorme causa perdida a la que dedicarse: los sin papeles, los sin techo, los gitanos y los ni?os maltratados y olvidados por el sistema. Cercano al Partido Comunista Franc¨¦s, combati¨® con datos y acciones el ascenso de la ultraderecha xen¨®foba y el nacimiento de la derecha ¡°sin complejos¡±, y se convirti¨® en presidente de honor de la asociaci¨®n Derecho a la Vivienda.

¡°Es una gran p¨¦rdida para nosotros, Albert era una luz¡±, declar¨® ayer Jean-Baptiste Eyraud, portavoz de la asociaci¨®n. ¡°Fue nuestro compa?ero de viaje desde el principio, desde 1990. Aquel fue su primer combate sobre el terreno, pero sigui¨® con nosotros hasta el final. Siempre estaba disponible, incluso a los 87 a?os. Sab¨ªa c¨®mo dar esperanza a los ni?os, a los que no ten¨ªan techo. Comunicaba mensajes complicados con palabras sencillas¡±.

La desaparici¨®n de Jacquard caus¨® honda emoci¨®n en el mundo cient¨ªfico, en el medio asociativo y entre los militantes de la izquierda. Su colega Axel Kahn expres¨® desde su cuenta en Twitter su reconocimiento a ¡°un hombre valiente y profundamente bueno¡±. La ministra de Vivienda, la ecologista C¨¦cile Duflot, que el jueves logr¨® que la Asamblea Nacional aprobaba una ley para evitar los precios abusivos de los alquileres, afirm¨® que el cient¨ªfico ¡°encarnaba la invitaci¨®n, siempre actual, a reflexionar sobre los desequilibrios de la sociedad, la riqueza de nuestras culturas y la importancia de la educaci¨®n¡±.

Harlem D¨¦sir, primer secretario del Partido Socialista, subray¨® la lucha de Jacquard por los menores v¨ªctimas de la violencia sexual contra los menores, y el presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Hollande, emiti¨® un comunicado en el que defini¨® al genetista como un ¡°humanista comprometido que milit¨® incansablemente por los derechos de los m¨¢s pobres, por su vivienda y su dignidad. Los franceses pierden un sabio, y los m¨¢s desfavorecidos un ilustre portavoz¡±, concluy¨® Hollande.