En manos de Putin y Asad

La crisis siria ha dado ya suficientes giros como para que resulte arriesgado un pron¨®stico sobre su desenlace. En menos de una semana, Barack Obama ha pasado de ser un belicista a un apaciguador, ha pasado de la firmeza para ejecutar una operaci¨®n militar de castigo sin su tradicional aliado brit¨¢nico, sin la ONU y sin respaldo popular, a la flexibilidad de confiar el destino de Siria, de Oriente Pr¨®ximo y su propio prestigio personal a las manos de Vladimir Putin y de Bachar el Asad.?

Ser¨ªa justo admitir que el completo desmantelamiento del arsenal qu¨ªmico de Siria sin disparar un tiro, podr¨ªa ser considerado ¨²ltimamente como un gran ¨¦xito. A veces, lo que mal empieza acaba bien. Pero este proceso ha conocido hasta la fecha tantos movimientos err¨¢ticos que es inevitable albergar dudas sobre el resultado final.

El acuerdo firmado en Ginebra entre Estados Unidos y Rusia est¨¢ precedido de los siguientes hechos:

- Obama estableci¨® hace m¨¢s de un a?o un l¨ªnea roja que Asad no deber¨ªa de cruzar. La cruz¨® una primera vez, seg¨²n los datos de la inteligencia de varios pa¨ªses, y Obama respondi¨® con la entrega a los rebeldes de modesto armamento ligero. Las cruz¨® una segunda vez, seg¨²n datos a¨²n m¨¢s universalmente contrastados, y Obama a¨²n no ha respondido.

- Despu¨¦s del ataque del 21 de agosto, la Administraci¨®n norteamericana moviliz¨® a la comunidad internacional para organizar un ataque a Siria, pero despu¨¦s someti¨® esa decisi¨®n a la opini¨®n del Congreso norteamericano, donde no ten¨ªa mayor¨ªa ni aliados suficientes.

- La idea de parar el ataque a cambio de la renuncia de Asad a su arsenal qu¨ªmico surgi¨® de la respuesta improvisada que John Kerry dio el lunes pasado a una pregunta en una conferencia de prensa en Londres. El propio Kerry dijo en esa misma oportunidad que controlar las armas qu¨ªmicas de Siria ¡°no va a hacerse y no puede hacerse, obviamente¡±. Los portavoces de la Casa Blanca y del Departamento de Estado se precipitaron a aclarar que Kerry hab¨ªa hablado de forma ¡°ret¨®rica¡±, ¡°hipot¨¦tica¡±.

- Obama est¨¢ diciendo desde hace dos a?os que Asad tiene que dejar el poder, que no cuenta para un futuro de Siria. El acuerdo con Rusia, no solo mantiene a Asad en el poder y le permite continuar la guerra con armamento convencional, sino que convierte al presidente sirio en un agente imprescindible para que se proceda al desarme qu¨ªmico.

- Obama suspendi¨® en julio una reuni¨®n con Vladimir Putin en Mosc¨² y fue p¨²blicamente censurado por el presidente ruso en la cumbre del G8 en Irlanda del Norte. Ahora lo convierte en el gran vencedor de la crisis siria y, tal vez, en un contrapeso del poder de EE UU como no se hab¨ªa conocido en el mundo desde el final de la guerra fr¨ªa.