El cangrejo electoral en Venezuela
Vienen nuevas elecciones municipales en Venezuela. Los resultados ser¨¢n, como lo son siempre, los que al chavismo le venga en gana
Corr¨ªa el a?o 2005. La sociedad venezolana estaba a¨²n recuper¨¢ndose del trauma del paro, luego del golpe, y finalmente el referendo revocatorio del 2004, la jugada maestra de Hugo Ch¨¢vez. El caudillo, atornillado en la presidencia y con el poder casi absoluto en sus manos, se aprestaba a dar el siguiente asalto electoral: tomar el control de la Asamblea Nacional. Ya Carter y Gaviria se hab¨ªan marchado. La ¡°mediaci¨®n¡± -entre chavismo y oposici¨®n- de la OEA y el Centro Carter reducida a un estatus de pasajeros en procesos que demostraron -con meridiana claridad- su incapacidad de hacer entender -sobre todo al r¨¦gimen- la importancia de respetar las leyes electorales. As¨ª las cosas, el 23 de noviembre de ese a?o ocurri¨® un hecho poco recogido por los medios internacionales: en una auditor¨ªa organizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en Fila de Mariches, en presencia de observadores de la OEA y de la Union Europea, un t¨¦cnico tra¨ªdo por la oposici¨®n llamado Leopoldo Gonz¨¢lez conect¨® su port¨¢til a una de las m¨¢quinas de Smartmatic despu¨¦s de una votaci¨®n ficticia y comenz¨® a anunciar, en voz alta, ¡°Sr W: Usted voto azul; Sr X: Usted azul, Sr Y: Usted voto rojo; Sr X: Usted...¡±
Cont¨® un testigo presencial que, cuando estaba el hombre a punto de anunciar c¨®mo hab¨ªa votado el cuarto participante, Jorge Rodr¨ªguez - por aquellos tiempos director del presuntamente imparcial CNE - mand¨® a parar todo e inform¨® abruptamente a observadores internacionales, prensa, representantes de partidos pol¨ªticos y dem¨¢s presentes que la auditor¨ªa hab¨ªa concluido. Lo revelado no era poca cosa: el secreto del voto estaba comprometido en Venezuela. Lo acababa de demostrar un experto en computaci¨®n. Eso llev¨® a los partidos pol¨ªticos venezolanos a cometer lo que muchos expertos -a posteriori- han considerado desde entonces un suicidio pol¨ªtico: abandonar el juego y retirarse en masa de la contienda electoral. El resultado era de esperar: una asamblea roja, rojita, totalmente controlada por Ch¨¢vez, obtenida con el voto de menos del 15% del electorado. Algo habr¨¢n de escribir los historiadores al respecto. Un golpe magistral, sin duda.
Ese mismo a?o, meses antes de que el CNE cometiese la torpeza de permitir a un t¨¦cnico independiente hurgar las entra?as de las maquinitas de loter¨ªa de Smartmatic convertidas en el ¡°mejor sistema electoral del mundo¡±, sucedi¨® otro evento de similar importancia. El CNE contrat¨® al Centro de Asesor¨ªa y Promoci¨®n Electoral (CAPEL) para hacer una auditor¨ªa del Registro Electoral Permanente (REP), cuyos n¨²meros eran sospechosos, seg¨²n la oposici¨®n, de haber sido inflados con votantes como Arturo Cubillas y Rodrigo Granda. Poco se supo de la metodolog¨ªa utilizada por CAPEL, aun cuando se esperaba que el m¨¦todo ¡°de registro al campo, y del campo al registro¡± (mediante el cual las direcciones e identidades de un n¨²mero representativo de electores inscritos en el REP ser¨ªan revisadas y corroboradas) fuese utilizado. El CAPEL escogi¨® de forma aleatoria unos 12.000 registros del REP y pidi¨® la data correspondiente al CNE, el cual nunca la entreg¨®. Cables de la Embajada de los EEUU en Caracas publicados por Wikileaks dan cuenta de que el mismo encargado de CAPEL, Ricardo Valverde, admit¨ªa en privado que el REP estaba demasiado viciado, es decir, no serv¨ªa para ser utilizado en elecciones.
Venezuela arrastra esos dos muertos desde el 2005, aparte de aqu¨¦l del referendo revocatorio de 2004, cuando a ning¨²n observador se le permiti¨® la entrada a la sala de totalizaci¨®n del CNE. Por mucho que chavismo y oposici¨®n - m¨¢s chavismo que oposici¨®n - griten a los cuatro vientos que el pa¨ªs tiene el mejor sistema electoral del mundo, la realidad es irrefutable: ni las maquinas de Smartmatic ni el REP han sido debidamente auditados desde, al menos, 2005. Y, cuando se auditaron, los resultados expusieron la poca fiabilidad del sistema. El informe de los observadores de la misma Union Europea afirm¨® que el c¨®digo fuente de las m¨¢quinas era propiedad del CNE y que, por ¡°razones comerciales¡±, no estaba disponible a escrutinio p¨²blico. Y, por ello, ninguna auditor¨ªa independiente hab¨ªa sido realizada a ninguna de las partes del sistema electr¨®nico de votaci¨®n. M¨¢s claro imposible.
Desde aquel entonces, a la oposici¨®n no se le permite auditar ni el sistema ni el REP, ni se le permite designar expertos independientes que realicen dicha tarea. La oposici¨®n no tiene ni voz ni voto a la hora de imponer m¨¦todos de auditor¨ªa. Las auditor¨ªas que lleva a cabo el CNE son a puerta cerrada. En un pa¨ªs donde es pr¨¢cticamente imposible mantener algo en secreto, nadie ha visto, ni ha escuchado, ni ha presenciado las auditor¨ªas que algunos l¨ªderes de la MUD irresponsablemente afirman que han sucedido. Los medios no son bienvenidos, los observadores internacionales tampoco y los representantes de la sociedad civil, ni hablar. ?C¨®mo puede llam¨¢rsele a eso ¡°el mejor sistema electoral del mundo¡±? ?C¨®mo puede explicarse que en algunas parroquias el chavismo obtiene -tradicionalmente- el 99% de los votos? ?C¨®mo puede reconciliarse la llamada al voto con la denuncia de fraude y un renovado llamado al voto, como ha hecho Henrique Capriles en menos de un a?o? ?Es fiable el sistema o no? ?Es fraudulento o no?
Curiosamente, las denuncias de fraude y/o irregularidades han aparecido en todos los procesos electorales -desde Bolivia pasando por los EEUU hasta Filipinas- en los que ha participado Smartmatic, la empresa de malet¨ªn que sali¨® de la nada a garantizarle la estad¨ªa en el poder a Ch¨¢vez. Por otro lado, donde a¨²n se vota manualmente en Venezuela, como las universidades, el chavismo no ha logrado replicar en 15 a?os ni una de sus ¡°victorias electorales¡±.
Este cangrejo tiene varias explicaciones. La primera: una oposici¨®n comprometida solamente con preservar espacios y con ning¨²n poder pol¨ªtico real dif¨ªcilmente puede obligar a un r¨¦gimen que lo controla todo a aceptar condiciones electorales, muy a pesar de lo que diga la ley. La segunda: una oposici¨®n cuyos l¨ªderes subsisten de las d¨¢divas de empresarios conocidos como ¡°banqueros de Ch¨¢vez¡± dif¨ªcilmente va a alterar el status quo. La tercera: una oposici¨®n dispuesta a mentirle al electorado, con toda desfachatez, sobre asuntos tan relevantes como la transparencia y la fiabilidad del sistema electoral y sus resultados, mal puede representar el deseo de millones de venezolanos que desean fervientemente ver el fin de la ¡°roboluci¨®n¡± chavista. Y la cuarta: una oposici¨®n incapaz de movilizar a sus seguidores para el resguardo y salvaguarda de los votos a nivel nacional, nunca lograr¨¢ el poder pol¨ªtico para imponer condiciones (de vuelta al primer punto).
Vienen nuevas elecciones municipales en Venezuela, que se celebrar¨¢n el 8 de diciembre. Los resultados ser¨¢n, como lo son siempre, los que al chavismo le venga en gana. Tirar¨¢n un mendrugo por aqu¨ª y otro por all¨¢. Se dar¨¢n el lujo de ¡°conceder¡± una docena de alcald¨ªas y algo m¨¢s de concejales pero que nadie se enga?e: lo que hay en Venezuela es un cangrejo electoral. Por mucha contorsi¨®n argumentativa del l¨ªder de la oposici¨®n - que si hay fraude hoy, que si no lo hay ma?ana- nadie puede negar la absoluta parcialidad del ¨¢rbitro electoral. Nadie puede objetar la falta de auditor¨ªas serias, independientes, como las que se llevan a cabo en democracia. Nadie puede desmentir el m¨¢s grosero y evidente abuso de cuanto recurso del Estado haga falta para favorecer al partido de Gobierno. Y en esas condiciones, votar¨¢n los venezolanos otra vez, y qui¨¦n sabe cuantas m¨¢s.
Alek Boyd es periodista
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