Una masacre sin motivos conocidos
Aaron Alexis fue licenciado de la Armada en 2011 por su dif¨ªcil comportamiento Los atentados de Nueva York, en cuyo rescate particip¨®, le afectaron a la personalidad
No hay motivo que justifique que un hombre, cualquier ser humano, entre en un lugar p¨²blico y abra fuego indiscriminadamente contra las personas que lo ocupan. Pero siempre se citan: conflictos de trabajo; locura; venganza¡ En el caso de Aaron Alexis, el hombre que el pasado lunes puso fin a la existencia de 12 hombres y mujeres para acabar ¨¦l cayendo abatido por las fuerzas de seguridad, ni siquiera existe m¨®vil conocido.
Dicen que Alexis sufr¨ªa de ataques de ira. Arrebatos de furia que le hac¨ªan perder el control de tal manera que incluso luego no recordaba lo que hab¨ªa sucedido. As¨ª, en 2004, cuando viv¨ªa en Seattle y sali¨® un d¨ªa a pasear, acab¨® reventando a tiros las ruedas de un coche de dos obreros de la construcci¨®n que hab¨ªa aparcado el veh¨ªculo en el acceso de entrada a su casa. Aquel d¨ªa, Alexis solo iba armado con una Glock para calibre 45.
Alexis hab¨ªa recibido asistencia m¨¦dica de manos del departamento de Asuntos para los Veteranos por sus problemas mentales, ya que sufr¨ªa de insomnio y escuchaba voces.
Ya como reservista de la Armada, el hombre que abraz¨® en sus ¨²ltimos a?os de vida el budismo resolvi¨® una disputa por ruido con su vecina de abajo en el edificio de apartamentos en el que viv¨ªa en la base militar de Fort Worth (Texas) con un tiro de advertencia contra el techo de la casa de ella ¨Csu suelo-. Cuando la polic¨ªa lleg¨® a la casa, Alexis se excus¨® diciendo que estaba limpiando su arma y, debido a que ten¨ªa las manos grasientas como motivo de haber tocado comida, se le dispar¨®. Aquello fue en el a?o 2010 y se sum¨® a sus ausencias sin permiso y desordenes de conducta. D¨ªas despu¨¦s fue obligado a abandonar la base.
Alexis fue un reservista a tiempo completo entre 2007 y 2011, casi siempre haciendo labores de electricista especializado en aviones. Nacido hace 34 a?os en el neoyorquino barrio de Queens, la ¨²ltima direcci¨®n conocida de Alexis, un hombre negro de 34, es de Texas. A Washington lleg¨® hace varias semanas y resid¨ªa en hoteles baratos cercanos a la zona del Mando de Operaciones de la Armada. Algunos medios informaban ayer de que Alexis sol¨ªa quejarse de su mala fortuna, de que la Armada le hab¨ªa fallado y de sentirse discriminado por su color de piel.
Seg¨²n fuentes oficiales, Alexis hab¨ªa recibido asistencia m¨¦dica de manos del departamento de Asuntos para los Veteranos por sus problemas mentales, ya que sufr¨ªa de insomnio y escuchaba voces. Sus vecinos de Texas le describen como un hombre ¡°dulce¡± pero a continuaci¨®n muchos a?aden la categor¨ªa de ¡°agresivo¡± a su car¨¢cter. Su padre se remonta a lo que su hijo vivi¨® durante los ataque terroristas del 11-S y los d¨ªas posteriores para explicar su car¨¢cter voluble y su diagn¨®stico de estr¨¦s postraum¨¢tico, ya que estuvo implicado en las labores de rescate.
Dicen que Alexis sufr¨ªa de ataques de ira. Arrebatos de furia que le hac¨ªan perder el control de tal manera que incluso luego no recordaba lo que hab¨ªa sucedido
Tras su salida del Ej¨¦rcito, Alexis conoci¨® a Srisan Somsak, un emigrante tailand¨¦s que recal¨® en Fort Worth y que le introdujo en la meditaci¨®n y certifica el buen nivel de tailand¨¦s de aquel. Somsak ofreci¨® a Alexis un bungal¨® de su propiedad para vivir por un alquiler de 600 d¨®lares a condici¨®n de que no ¡°bebiera ni fumara¡± en su interior. Este hombre, 57 a?os, ha declarado que siempre pens¨® que Alexis era suceptible de suicidarse pero nunca de matar a nadie. ¡°Por fuera era una persona muy callada pero creo que por dentro estaba lleno de agresividad, no le gustaba intimar con nadie, era como un soldado en guerra¡±, ha explicado a los medios locales de Texas un hombre llamado J. Sirun, asistente a los monjes budistas del centro de meditaci¨®n de Fort Worth Busayadhammavanaram.
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