El desplante a Obama refuerza a Rousseff dentro y fuera de Brasil
Rousseff podr¨¢ presentarse en la campa?a electoral no solo como la mujer fuerte que gan¨® en 2010, sino tambi¨¦n como la candidata capaz de defender la soberan¨ªa de su pueblo
El desplante de la presidenta brasile?a, Dilma Rousseff, al Gobierno de Obama con la cancelaci¨®n de su visita oficial a los Estados Unidos programada para el pr¨®ximo 23 de octubre tiene dos vertientes claras: una de pol¨ªtica internacional y otra de pol¨ªtica interna. Y en ambas, Rousseff parece haber marcado un gol para Brasil.
Tal como estaban las cosas, con las denuncias sobre el presunto espionaje realizado ilegalmente en Brasil por los servicios de inteligencia de EE UU, a la presidenta Rousseff le resultaba dif¨ªcil realizar una visita oficial a Washington, cuyo ceremonial supone el punto ¨¢lgido de las buenas y amistosas relaciones entre dos pa¨ªses amigos.
¡°La visita hubiese supuesto una hipocres¨ªa despu¨¦s de las revelaciones de espionaje¡± escribe, Fabio Zanini en el diario Folha de S?o Paulo.
Nada m¨¢s publicarse las primeras revelaciones sobre el espionaje a ciudadanos, empresas y a la misma Rousseff, el Gobierno brasile?o las interpret¨® como un hecho ¡°grave¡±, que supon¨ªa, en palabras de la presidenta, ¡°un atentado a la soberan¨ªa nacional y a los derechos humanos e incompatible con la convivencia democr¨¢tica entre pa¨ªses amigos¡±.
Enfocada as¨ª la cuesti¨®n, la mandataria, mujer de car¨¢cter, escogi¨® el camino del desaf¨ªo al mism¨ªsimo presidente Obama, al que hizo responsable directo del esc¨¢ndalo. Y pidi¨® que la respuesta y las excusas las diera ¨¦l en persona, ¡°por escrito¡± y aquella misma semana.
Todos sab¨ªan que Obama no iba a pedir perd¨®n y menos por escrito y en el plazo exigido por Brasil, pero con aquel rosario de exigencias, Rousseff pasaba a ser el primer presidente brasile?o que sab¨ªa imponer su autoridad al l¨ªder de la primera potencia mundial. Con aquel gesto por primera vez Brasil, se escribi¨®, sal¨ªa de su at¨¢vico clich¨¦ de sometimiento al imperio yanqui para decirle que deb¨ªa tratar con respeto a la nueva potencia emergente.
Rousseff fue inteligente en su prop¨®sito inicial, porque dio el primer paso, meti¨® el primer gol y hasta cogi¨® de sorpresa a Washington que no se pod¨ªa esperar una reacci¨®n tan dura y tajante.
No dej¨®, desde sus primeras exigencias a Obama, espacio para negociar. ¡°Le he dicho que quiero que me explique todo, que en ingl¨¦s se dice everything¡±, dijo la presidenta a los brasile?os despu¨¦s de su primer encuentro cara a cara con el mandatario estadounidense en Rusia.
Sab¨ªa la diplomacia brasile?a que Obama no solo no iba a explicar a Brasil ese ¡°todo¡±, quiz¨¢s porque ¨¦l mismo lo desconoce, y menos en el plazo tan breve como ella exigi¨®.
Por ello mismo, la visita oficial fue cancelada in pectore cuando la presidenta present¨® aquellas exigencias ¡°imposibles¡±, aunque desde su punto de vista leg¨ªtimas, porque Brasil se hab¨ªa sentido violado en su derecho al respeto a su intimidad.
Rousseff ha sido h¨¢bil, inteligente y diplom¨¢tica al presentar la cancelaci¨®n del viaje como un ¡°aplazamiento¡± sin fecha. Tan sin fecha, que en la nota de la Casa Blanca, se advierte al Gobierno de Brasil, que el presidente Obama necesitar¨¢ ¡°varios meses¡± antes de poder dar informaciones sobre el supuesto espionaje a Brasil.
Resuelta la vertiente de pol¨ªtica internacional como un gesto de defensa de la soberan¨ªa de Brasil, hoy ya un gigante econ¨®mico y global, Rousseff meti¨® otro gol en la pol¨ªtica interna. Seg¨²n escribi¨® este martes por la noche Gerson Camarotti, comentarista pol¨ªtico de Globo News, ¡°la evaluaci¨®n que los consejeros pol¨ªticos hicieron a Dilma fue que el discurso de soberan¨ªa nacional ser¨¢ un componente importante de la campa?a presidencial del 2014¡±. Y a?ade que en ese contexto su visita a la Casa Blanca hubiese sido vista por el electorado como "una se?al de debilidad¡±.
Y al contrario, como apunt¨® el jefe de imagen de la presidenta, Jo?o Santana, en la reuni¨®n del consejo oficioso, en el que particip¨® el expresidente Lula da Silva, la decisi¨®n de cancelar una visita de Estado a Obama, le traer¨¢ r¨¦ditos electorales.
Seg¨²n destac¨® Santana, ello permitir¨¢ poder presentar a Rousseff en la campa?a electoral no solo como la mujer fuerte, capaz por tanto de dirigir la pol¨ªtica nacional, como pas¨® en las elecciones de 2010, en las que obtuvo la victoria. Esta vez podr¨¢ ser presentada tambi¨¦n como la candidata capaz de defender, sin que le tiemble el pulso, la soberan¨ªa del pueblo brasile?o.
Al mismo tiempo, con ese gesto duro, aunque revestido de diplomacia, frente a Washington, Rousseff se sit¨²a ante los otros l¨ªderes latinoamericanos como quien es capaz de marcar goles a la misma Casa Blanca. Como escribe Zanini ¡°Lo m¨¢s importante es que nunca se ha visto a un l¨ªder de Am¨¦rica Latina, perder votos por enfrentarse a los yanquis¡±.
La presidenta brasile?a ir¨¢ la semana pr¨®xima a la ONU para pronunciar un discurso contra el espionaje no solo en Brasil sino en el mundo. Y llega con la aureola de la hero¨ªna brasile?a que supo decirle no al gigante de la Casa Blanca. y es dif¨ªcil encontrar un brasile?o en la calle que no aplauda los goles marcados por la mandataria en campo americano.
Alguien, en televisi¨®n, coment¨® anoche que el Mundial hab¨ªa empezado y con goleada para Brasil. La oposici¨®n lo tendr¨¢ duro para hacer objeciones al no de Dilma a Obama, cuyas consecuencias reales en las relaciones entre ambos pa¨ªses podr¨¢n, en verdad, ser sopesadas solo en el futuro. Esta es la hora, en Brasil, de celebrar la victoria.
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