El dilema colombiano entre justicia y paz
Santos asegura en Nueva York que no habr¨¢ impunidad en proceso de paz
La cruzada de Juan Manuel Santos por defender el proceso de paz que adelanta con la guerrilla de las FARC, tuvo su gran parada en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde el mandatario pidi¨® que se respete la soberan¨ªa jur¨ªdica de Colombia para dise?ar un modelo de justicia que pueda encontrar el equilibrio entre la justicia y la paz.
Santos puso el dedo en la llaga a un debate que se ha venido dando en Colombia sobre qu¨¦ tanto se debe castigar a los eventuales desmovilizados de las guerrillas en aras de la paz. ¡°?C¨®mo lograr, ¨Cal mismo tiempo¨C la terminaci¨®n del conflicto armado, el cumplimiento de nuestras obligaciones de investigaci¨®n y sanci¨®n, y la m¨¢xima satisfacci¨®n posible de los derechos de las v¨ªctimas?¡±, se pregunt¨® el mandatario resumiendo el dilema al que se enfrentan los colombianos. A lo que se suma una posible intervenci¨®n de la Corte Penal Internacional si llega a considerar que hay impunidad en el tr¨¢nsito hacia la paz.
Para Juan Carlos Palou de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz, un centro de pensamiento que est¨¢ favor de una salida negociada del conflicto, el discurso de Santos debe entenderse como la demanda a la comunidad internacional para que comprenda que Colombia quiere cumplir con su obligaciones frente al derecho internacional, pero que necesita autonom¨ªa pol¨ªtica para poder superar el conflicto por la v¨ªa negociada. ¡°Lo que rechaza Santos es que le pongan condiciones y le restrinjan las posibilidades de negociaci¨®n con base en interpretaciones jur¨ªdicas que no tienen un claro sustento en los tratados internacionales¡±, dijo.
Santos pidi¨® el respaldo internacional a su idea de que la justicia no puede ser un obst¨¢culo para la paz, un asunto que los colombianos no acaban de entender muy bien por cuenta del llamado Marco Jur¨ªdico para la Paz, un acto legislativo aprobado por el Congreso, que permitir¨¢ dise?ar un modelo de justicia transicional que satisfaga a las v¨ªctimas, pero que tambi¨¦n permita alcanzar la paz, si es que las FARC y eventualmente el ELN, la otra guerrilla colombiana, se desmovilizan. Esto quiere decir que para alcanzar la paz, el gobierno colombiano considera que tendr¨¢ que sacrificarse algo de justicia.
¡°Parte del discurso hay que leerlo con el trasfondo de una preocupaci¨®n real del gobierno de Colombia de que organismos internacionales como la CPI podr¨ªan ser un obst¨¢culo para la paz. Lo que estamos viendo es apenas el principio del debate nacional e internacional sobre la justicia transicional y sobre c¨®mo balancear, en la pr¨¢ctica, la justicia y la paz, la reparaci¨®n y la verdad¡±, dijo Cristian Voelkel, analista para Colombia de Crisis Group, una ONG que trabaja en la prevenci¨®n de conflictos.
Por su parte, el ahora candidato al Senado, ?lvaro Uribe V¨¦lez, una vez finalizado el discurso de Santos ante la ONU, trin¨® en Twitter y cuestion¨® como ya es costumbre que el mandatario colombiano haya ¡°permitido que el pa¨ªs regrese del avance de la seguridad al recrudecimiento de la violencia¡±. A lo que agreg¨® que el actual proceso de paz "convirti¨® en actores de la pol¨ªtica a unos terroristas que estaban proceso de derrota y aislamiento". Muy diferente piensa Fabrizzio Hochschild, delegado de la Naciones Unidas en Colombia, quien calific¨® como ¡°hist¨®rico¡± el discurso Santos, seg¨²n lo rese?aron medios colombianos, ya que se enfoc¨® en las v¨ªctimas e insisti¨® en que no habr¨¢ impunidad.
La justicia transicional es el conjunto de medidas que adopta un pa¨ªs en tr¨¢nsito de la guerra a la paz, intentando satisfacer los derechos de las v¨ªctimas y es en ella que se sustenta el pol¨¦mico Marco para la Paz. Este mecanismo plantea la posibilidad de juzgar a los ¡°m¨¢ximos responsables¡± de delitos de lesa humanidad, genocidio y cr¨ªmenes de guerra cometidos de manera sistem¨¢tica; algo que ha generado pol¨¦mica, ya que cabe la posibilidad de que estas personas reciban penas alternativas a la c¨¢rcel o incluso se les suspenda la pena.
Por un lado, est¨¢n quienes, afines a Santos, creen que es imposible juzgar a todos los culpables de delitos atroces y por eso, la f¨®rmula ser¨ªa procesar los casos m¨¢s graves, como lo propone el Marco para la Paz. En la otra cara de la moneda est¨¢n quienes piensan necesario procesar y encarcelar a todos los que han cometido delitos atroces. Son ¨¦stos ¨²ltimos los que han tildado la legislaci¨®n aprobada como el camino hacia la impunidad, ya que no garantiza que los guerrilleros vayan a la c¨¢rcel despu¨¦s de desmovilizados.
Al debate en Colombia se suma que la Corte Constitucional tuvo que pronunciarse sobre una demanda que afirmaba que el Marco era contrario a la constituci¨®n y a las obligaciones en la protecci¨®n de derechos humanos. Durante el tr¨¢mite de dicha demanda, que incluy¨® una audiencia p¨²blica donde intervino el propio Santos, la Corte recibi¨® dos cartas de la fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, advirtiendo que Colombia violar¨ªa sus obligaciones internacionales si se suspenden la totalidad de las penas. Tambi¨¦n advirti¨® que procesar solo a los m¨¢ximos responsables, generar¨ªa impunidad. Las cr¨ªticas de Bensouda fueron uno de los motivos principales del discurso de Santos en la ONU.
Para Voelkel, la importancia del discurso de Santos radica en que pone ante los ojos del mundo el proceso de paz y que se puede lograr con justicia y con paz. ¡°Ese es un inter¨¦s supremo para la comunidad internacional porque lo est¨¢ en juego es la viabilidad pr¨¢ctica de la doctrina internacional de los derechos humanos, que han sido muy ¨²tiles para la lucha contra la impunidad, pero no se sabe qu¨¦ tan ¨²tiles sean para Colombia. La respuesta es buscar una manera de conciliar la necesidad de lograr un acuerdo negociado con las FARC y el respeto por los derechos humanos¡±, dijo.
Pero si en Colombia el asunto ya es un tema espinoso, lo es aun m¨¢s en La Habana, donde los guerrilleros consideran al Marco Jur¨ªdico como un ¡°estorbo¡± para la firma de la paz.
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